Cuando un pueblo emigra hasta para
Haití, sus gobernantes no saben ni hacer limonada
Los cubanos no solo emigran para EE.UU, lo hacen hasta para Haití; en cambio no vemos haitianos, mexicanos o salvadoreños emigrando hacia Cuba.
Las últimas cifras de llegada de cubanos en Estados Unidos son de récord, más de 32 mil cubanos han entrado por la frontera de México solo en Marzo, sumando mas de 78 mil desde octubre pasado. En medio de este éxodo masivo, que va en camino de convertirse en el más grande desde 1959 el oficialismo se ha lanzado a normalizar la emigración cubana y a culpar de esta a Estados Unidos. Ahora resulta que para el régimen emigrar es un derecho y EE.UU. son los culpables de que los cubanos no puedan ejercerlo, mientras son los principales instigadores de esta emigración.
Dicen que no es el fracaso del socialismo lo que obliga a los cubanos a emigrar, porque hay migración de Haití, Honduras, El Salvador, Guatemala o México hacia EE.UU. Pero veamos las cifras y comparemos nuestra migración con otros países latinoamericanos. En la siguiente tabla se muestra el número total de emigrantes por países y la proporción que estos representan respecto a la población total de los mismos. La última columna muestra el número de emigrantes cubanos residente en cada uno de estos países.
Cuba ocupa el tercer lugar en migración per cápita de la región, solo superado por Venezuela, donde “casualmente” se ha impuesto una brutal dictadura, con grandes similitudes y relaciones políticas, militares y policiales con el régimen cubano: y El Salvador, país que estuvo sumido en una brutal guerra civil entre los años 1979 y 1992 que forzó a la emigración a cientos de miles de salvadoreños. Como dato de interés: la guerrilla salvadoreña, el FMLN de ideología “socialista”, mantuvo relaciones de cooperación con la URSS, Nicaragua y claro está, Cuba.
Resumiendo, solo nos superan un país “socialista” y otro que estuvo en guerra durante años.
Cuba rebasa en emigrantes per cápita a Haití, el país mas pobre de la región. Aunque, basándose en las estadísticas de la ONEI, Cuba tendría un PIB superior a muchos países de la región Cuba ha logrado convertirse en 2021 en la economía más miserable del mundo.
Más de 1,76 millones de cubanos, el 15,5% de los nacidos en la isla, vivimos en el exterior, contando solo los que nos encontramos en un estatus regular en los países de destino, si sumamos los irregulares y los hijos de estos cubanos, la cifra pudiera subir enormemente.
Como dato curioso, los cubanos no solo emigran a EE.UU. sino también a estos países desde los que sus ciudadanos emigran. Por ejemplo, hay más de mil cubanos residiendo en Haití y casi 13 mil en México y, en cambio, no vemos haitianos, mexicanos o salvadoreños emigrando hacia Cuba. En total, hay cerca de 50 mil cubanos residiendo en varios países de América Latina.
El éxodo cubano no es nuevo: comenzó en 1959 y no ha parado ni un instante. Sucesos como Camarioca, Mariel, o el Maleconazo son solo momentos de explosión en un proceso continuo de balsas, “deserciones”, exilios, matrimonios con extranjeros, nacionalizaciones en terceros países y reclamaciones familiares. Este mes de abril se cumplen 42 años de la avalancha de cubanos a la embajada de Perú y la estampida de más de 125 mil cubanos por Mariel. La migración de los cubanos huyendo del “paraíso socialista” ha sido constante; solo desde octubre han entrado por la frontera sur de EE.UU. mas de 78 mil cubanos, en lo que va en camino a convertirse en el éxodo mas grande desde el triunfo de la revolución.
El gobierno culpa además a EE.UU. de la separación de las familias cubanas, y aunque es cierto que la situación actual de la embajada americana dificulta los trámites de reagrupación familiar, parece que olvidan quiénes son los principales culpables de separar a las familias cubanas.
El oficialismo sufre de amnesia selectiva. Se le olvidó la época en que los cubanos salieron de Cuba para no volver, los años que pasaron hasta que pudieron volver a su país los cubanos de “La Comunidad”, la confiscación de bienes y viviendas a todos los que salían del país de forma definitiva, los actos de repudio, las frases de “pin pon fuera abajo la gusanera”, los discursos de Fidel Castro repudiando a los cubanos que no fueran revolucionarios, la tiradera de huevos, la violación constante de la correspondencia del exterior, los precios exorbitantes de las llamadas a Cuba, la crítica y expulsión de sus trabajos a los cubanos que mantenían relaciones con familiares “gusanos”, las cartas de invitación, los permisos de salida, los regulados, los pasaportes en dólares, las embarcaciones hundidas al interceptar “salidas ilegales”, los calificativos de “excubanos” y “cubanos malnacidos”.
Pero no todo queda en el pasado, todavía hoy sigue vigente el destierro por ocho años a médicos, deportistas y profesionales “desertores”.
Los cubanos que decidimos emigrar perdemos nuestros derechos en Cuba, no podemos tener propiedades, fundar una empresa, ni votar en las elecciones o participar en los referendos. Y cuando hablamos desde aquí no son pocos los que dicen que los problemas de Cuba no nos atañen, que eso es cosa de los que viven allí, somos cubanos de segunda. ¿Cuándo dejaremos de ser “excubanos”?
La lista de los atentados del régimen contra la familia cubana es infinita. Nadie ha hecho más por separar a la familia cubana que el régimen de los hermanos Castro y Díaz-Canel con su continuidad; y ahora se rasgan las vestiduras por las “injusticias” de EE.UU. que no facilita la emigración. Una vez más, aplican la política del catalejo.
Pero empezando por el principio: ¿Debería haber tanta emigración en Cuba que nos debemos comparar con países “terribles”, “capitalistas” del “tercer mundo”? ¿Acaso el socialismo no iba a ser un sistema superior? ¿Las conquistas logradas no deberían hacer que los cubanos estuviéramos felices en nuestra patria?
Fidel Castro dijo el 13 de marzo de 1959:
“Nosotros hemos dicho que convertiremos a Cuba en el país más próspero del mundo. Hemos dicho que el pueblo de Cuba alcanzará el estándar de vida más alto que ningún país del mundo.”
¿En qué quedaron esas promesas, en qué quedaron tantos planes, proyectos e ideas, cada cual más loca, de convertir a Cuba en una potencia mundial casi que por arte de magia? ¿Para qué nos sirven las decenas de institutos agrícolas, universidades tecnológicas, de ciencias…? ¿En qué quedaron los planes quinquenales, trabajos voluntarios, escuelas al campo, procesos de “rectificación de errores y tendencias negativas”, o más recientemente la llamada “tarea ordenamiento”... ? ¿Para qué graduamos tantos científicos, ingenieros, farmacéuticos, economistas, técnicos…?
Pudiera pensarse que los cubanos huyen por las dificultades económicas que afectan al país, pero estas son producto directo del sistema político y social existente. Cuba es un país donde la iniciativa privada estuvo prohibida hasta hace poco y aún hoy las iniciativas y emprendimientos que se permiten están maniatados por impuestos elevados y regulaciones y prohibiciones excesivas.
Hoy el régimen sigue machacando incansablemente que el sistema socialista será la principal fuerza económica, aun cuando después 62 años de socialismo y más de un año de “ordenamiento” seguimos viendo cientos de empresas estatales con pérdidas, y las pocas que tienen resultados positivos lo hacen gracias a que comercializan sus productos en las tiendas en divisas: leche en polvo, tilapias, queso, pescado y langosta ,arándanos, bicicletas, etc., a precios de boutique europea.
Hoy, un científico cubano es incapaz de comprar comida, ir de vacaciones a un hotel, salir con su pareja a comer a un restaurante, comprar ropa a sus hijos, pintar su casa o reparar un mueble. Adquirir un auto o una vivienda no es ya ni siquiera parte de sus sueños. Si puede comprar algo de comida en una tienda en divisas es porque tiene un familiar en el extranjero, que quizás tenga un trabajo humilde, pero aun así puede ayudar a su pariente universitario en Cuba.
La economía de Cuba es mantenida por su emigración. Quizás por esa razón es que los medios de propaganda oficialistas ahora salen a defender los lazos familiares y sus voceros se lanzan a crear puentes de divisas. Necesitan el dinero de los “excubanos”, si no fuera así los cubanos aún no tuviéramos internet, no pudiéramos entrar a un hotel o viajar con cierta libertad al extranjero.
Pero la economía es la consecuencia, todo esto tiene de punto de partida la falta de libertad política, la imposición de la doctrina de un solo partido, de un solo sistema económico, la imposibilidad de los cubanos de expresar su descontento. Los sucesos del 11 de julio y la reacción criminal y ejemplarizante del régimen solo fueron la tapa al pomo.
Cuba es un país en ruinas, sin libertades, sin futuro, dirigido por una banda de delincuentes que al parecer viven en un mundo paralelo, donde todo son victorias y éxitos.
Díaz-Canel con su continuidad y su ordenamiento ha creado la mayor crisis migratoria desde el inicio de la revolución cubana y, al paso que va, no va a haber nadie para apagar El Morro, porque si no ha podido ni siquiera hacer limonada qué va a saber cómo apagar un faro.
Cubanos, entre los principales grupos de inmigrantes en EE.UU.
Los cubanos han estado entre los diez principales grupos de inmigrantes en los Estados Unidos desde 1970, según el Instituto de Política Migratoria (MPI por sus siglas en inglés). En el año fiscal 2018 conformaban el séptimo grupo más grande, con más de 1,3 millones de cubanos que representan aproximadamente el 3 por ciento de la población inmigrante total de 44,7 millones.
Se estima que más de dos millones y medio de cubanos residen fuera de su país. Algunos cálculos indican que alrededor del 70 % de la población cubana en el exterior reside en los Estados Unidos, concentrándose principalmente en el estado de Florida, y también en otros como California, Nueva Jersey, Nueva York (estado) y Texas.
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