Llegar a viejo hoy en Cuba es una desgracia, pues hay cada vez más jubilados y ancianos pero menos personas produciendo bienes y servicios para mantener a quienes ya no pueden trabajar y para "satisfacer las necesidades crecientes de la población", como reza la propaganda de los manuales marxistas.
En la Isla está ocurriendo lo que los expertos llaman crecimiento demográfico negativo; o sea, decrece el número de habitantes del país, de la mano del envejecimiento extremo de la población, que ya era crónico y se ha acelerado en los últimos años con el drenaje impresionante de tantos cubanos jóvenes hacia el extranjero, y otros factores concurrentes.
En 63 años de tiranía han emigrado unos dos millones de cubanos. Hoy los hay hasta en las Islas Seychelles, India, Japón, Chipre, la Patagonia argentina, Paraguay, la invadida Ucrania, Madagascar, Dubai, Egipto, o Nueva Zelanda, y decenas de otras naciones.
Ese éxodo ocurre en un país que antes de 1959 era un imán para atraer inmigrantes. Durante la república precastrista llegaron a Cuba para quedarse unos 1,7 millones de extranjeros de todas partes del mundo
Pero con el castrismo-comunismo se invirtió el flujo migratorio. Cuba devino enorme emisora de emigrantes en proporción al tamaño de su población. Hoy el 18% del pueblo cubano vive en el extranjero, una cifra cercana al 24,8% de los salvadoreños emigrados, igual al 18% de los uruguayos, supera el 14,5% de los dominicanos, y duplica el 9,3% de los mexicanos que han emigrado, según datos oficialas.
Actualmente está en curso la más masiva estampida de cubanos, incluso mayor que la del Mariel en 1980, básicamente hacia EEUU. Según datos oficiales de Washington, en los últimos seis meses llegaron a EEUU más de 80.000 cubanos. Se estima que desde 2015 han entrado en EEUU más de 220.000 cubanos.
Esto es lesivo para Cuba. Al abandonar la Isla tantos jóvenes, se acelera el envejecimiento y se reduce la población económicamente activa (PEA). Hoy el de Cuba es el pueblo más envejecido y el que más rápidamente envejece en toda América Latina.
Más muertes que nacimientos y tasa de fecundidad muy baja
Ya el 23% de la población cubana tiene más de 60 años. El porcentaje de ancianos en Cuba supera el 17,2% de Uruguay y el 13,1% de Barbados, otros dos países con la población envejecida. Con menos gente trabajando, el Estado castrista tiene menos recursos para salud pública, educación, seguridad social, o mantener la imprescindible libreta de abastecimientos, etc.
El colmo es que hay ya en la Isla hay más muertes que nacimientos. En 2020 hubo en Cuba 112.439 defunciones y 105.038 nacimientos. Ello se debe a que la tasa de fecundidad no alcanza el índice de reemplazo de la población. La cantidad de hijos que tienen las mujeres fértiles no llega al índice de reemplazo poblacional de 2,06 hijos por mujer, que es el promedio latinoamericano según el Fondo de Población de la ONU.
El promedio tiene que ser como mínimo de 2,1 hijos por cada mujer fértil para que la población se reemplace a sí misma y no decrezca. En República Dominicana la tasa de fecundidad es de 2,4, en Honduras (2,5), Panamá (2,5), Bolivia (2,9) Guatemala (3,0), México (2,2), Argentina (2,3), y Perú (2,4).
Lógicamente, las mujeres cubanas no quieren tener hijos para que sean pobres, pasen hambre y necesidades de todo tipo. Así, entre emigración masiva y no reemplazo de la población, Cuba va perdiendo el poco know how que le queda, se evapora el capital humano y se achica la PEA, la palanca que mueve al mundo.
En las naciones desarrolladas del Primer Mundo para compensar una baja tasa de fecundidad y de la fuerza de trabajo se estimula la inmigración. ¿Pero quién quiere emigrar a Cuba a sumergirse en la pobreza extrema?
El número de habitantes disminuye en vez de aumentar
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de la dictadura, la Isla terminó 2020 con 11.181.595 habitantes, 11.875 cubanos menos que en 2019. Pero esa disminución poblacional fue mayor pues no restó la emigración ilegal, e incluyó como residentes en la Isla a cubanos que viajaron al exterior temporalmente y no regresaron.
El Banco Mundial calcula que a fines de siglo en la Isla habrá apenas 4,5 millones de habitantes. En tanto, Panamá pasará de 3,9 millones de habitantes a 6,9 millones, y Perú de 33,2 a 51,8 millones. Claro, ese desplome poblacional en Cuba no va a ocurrir, muchísimo antes la tiranía castrista será historia antigua.
Es falso el argumento castrista de que una baja tasa de fecundidad es sinónimo de desarrollo. Ciertamente, en el Primer Mundo las mujeres tienen menos hijos que en el resto del planeta. Según el Banco Mundial, en la Unión Europea la tasa de fecundidad es de 1,5, mientras que en África, es de 4,7 y en Asia es de 2,32 nacimientos por cada mujer. Pero en las naciones desarrolladas la PEA genera recursos para sostener a quienes ya no trabajan, y suficientes para tener un alto o al menos aceptable nivel de vida.
Los trabajadores de naciones industrializadas pueden acumular ahorros o bienes, con vistas al retiro. Muchos turistas europeos y canadienses que van a Cuba son jubilados. Son personas que, incluso luego de retirarse, emprenden negocios propios. Siguen siendo consumidores y hacen crecer la economía, lo cual fortalece los sistemas de seguridad social.
En Cuba eso es imposible. Quienes se retiran nunca tuvieron capacidad de ahorro, ni oportunidad de inversión o creación de negocios prósperos, y sus propiedades inmobiliarias están depauperadas o incluso a punto de derrumbarse.
Las pensiones de los jubilados en Cuba no solo son sumamente bajas, sino que con la inflación desmesurada que azota al país se han hundido en la miseria y el hambre, sobre todo a quienes no tienen familiares que los ayuden económicamente. La pensión mínima es de 1.528 pesos (63 dólares), y la máxima es de 1.733 pesos (72 dólares) y el costo de la canasta básica oscila alrededor de los 4.000 pesos mensuales, o sea 166 dólares.
En El Salvador, un país pobre que no llegó a ser "liberado de la explotación del imperialismo" por las guerrillas comunistas entrenadas, armadas y financiadas por Fidel Castro, la pensión mínima para los jubilados es de 304 dólares. Un obrero salvadoreño "explotado" por el capitalismo al retirarse recibe como mínimo 241 dólares más que su colega cubano "emancipado" revolucionariamente.
Un jubilado cubano, con su sola pensión, no puede adquirir ni lo mínimo para no pasar hambre y necesidades básicas. Y ni hablar de las personas viejas que no son jubiladas, y los ancianos desamparados.
Llegar a viejo hoy en Cuba es una desgracia
El régimen insulta a los cubanos cuando arguye que gracias a la "revolución" la expectativa de vida de los cubanos es de 78 años. Chile tiene una expectativa de vida de 80,2 años, en Costa Rica es de 80,3 años y en Uruguay es de 78 años igual que en Cuba, sin ninguna revolución comunista mediante.
Además, esa autocracia que se jacta de alargar la vida de los cubanos se desentiende precisamente de los jubilados y ancianos en general. Particularmente desde que Raúl Castro asumió como dictador y militarizó la economía e inició el montaje de un capitalismo militar de Estado mafioso de corte fascista, más cruel, frío y cínico que el fidelista, que es mucho decir.
El general Castro desideologizó la economía, hizo añicos el pacto social socialista del Estado marxista-leninista que da algo a cambio de ser esclavo del sistema. Se eliminaron subsidios que dejaron en el desamparo a los ancianos, jubilados o no.
Con su ridícula pensión, los jubilados simplemente pasan hambre, y no es una metáfora. Demacrados y delgados por la desnutrición, se visten con harapos. Muchos hurgan en los depósitos de basura algo de comer, o para vender. Otros cuidan parques y baños públicos para ganar unos pesos y poder tomarse un vaso de agua con azúcar prieta como desayuno.
En fin, estamos ante otro gran "logro de la revolución".