LE CAYÓ UN VEINTE DE MAYO
Cuando era niño, como parte de nuestra educación formal nos enseñaban en las escuelas y sobre todo en las casas, lo relativo a la moral y cívica, esto es, comportarnos en sociedad, respetar a las personas, preceptos morales y sobre todo el patriotismo. Sentirnos parte del país donde nacimos y vivimos, conocer el origen de nuestra nacionalidad, nuestras raíces, el surgimiento de nuestra patria como nación y las luchas por conseguir la independencia del país que al final no solo nos colonizó, sino que además nos hizo como somos, nos dejó una herencia cultural y cuya sangre corre por nuestras venas, era parte de lo que aprendimos. Y dentro de ello ocuparon una parte principal nuestros patriotas, aquellos que dieron su vida porque nuestro país fuera libre e independiente.
El 20 de Mayo marca el día de la Independencia de la República de Cuba. Después de una de las más largas historias de lucha sangrienta contra los colonialistas españoles, el pueblo cubano, peleando desde principios del siglo XIX, cuando se afianzó la nacionalidad cubana, voces como del Padre Félix Varela y otra generación de pensadores y patriotas, entre los que estaban Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Vicente Aguilera, Calixto Garcia, Antonio Maceo, Máximo Gomez, Tomás Estrada Palma, Manuel Sanguily y muchos otros, estaba claro que el alcanzar la soberanía era algo seguro.
De ahí que sintiéramos un respeto casi religioso por el himno nacional, la bandera, el escudo y nuestros principales patriotas, comenzando por José Martí, el principal artífice de nuestra independencia, el Lugarteniente General Antonio Maceo y el Generalísimo Máximo Gómez. Eran figuras y símbolos que no se identificaban con personas, facciones políticas ni ideológicas de ningún tipo porque eran la imagen sagrada de nuestra patria. Aquel país que se constituye como nación independiente el 20 de Mayo de 1902, tuvo sus luces y sus sombras por los defectos de los hombres que dirigieron el país, algo que no es exclusivo de Cuba y que ha ocurrido y ocurre en cualquier parte del mundo, más en una nación que se puede considerar joven.
A pesar de todos los problemas propios de una república en pañales, y después de un inicio desafortunado, donde se desarmó al Ejército Mambí y se permitió que los Estados Unidos interviniera en las decisiones internas del país, se logró llegar a los años cincuenta, tras medio siglo de independencia, a alcanzar un progreso tal que Cuba sobrepasó a casi todo el resto de los países del continente y a muchos otros del mundo con siglos de existencia, destacándose el auge económico, del comercio, el nivel de vida, la educación, la agricultura y otros logros en la industria.
…Hay que recordar que tras la extraña y fugaz guerra Hispano-Americana, la derrota española transformó por completo el régimen político de la Isla. La tozudez de la Corona de negar derechos políticos a Cuba llevó a los cubanos a una guerra para alcanzar su independencia que duró tres décadas y cuyo final fue acelerado por la intervención norteamericana, la cual desvió el curso del conflicto, ya casi perdido por España, la cual se vió obligada por el descalabro de su confrontación con el coloso del norte, a abandonar todo derecho de dominio sobre Cuba, y transmitir todos sus poderes al gobierno de los Estados Unidos.
Fue así que el 1º de Enero de 1899 comenzó un período intervencionista, que se puede considerar breve y en el que se prepararon las condiciones para establecer una república democrática, con la convocatoria a una Convención Constituyente, que redactaría la Ley Fundamental de la república, la Constitución, la estructuración de las distintas ramas del gobierno, el poder legislativo y el judicial y la celebración de elecciones.
Quedó como una asignatura pendiente, la espada de Damocles que representaba para la nueva nación, la llamada “Enmienda Platt”, que laceraba la independencia del país, pues permitía la intervención norteamericana en el momento que se considerara pertinente.
Fue así que se prepararon todas las condiciones para que en poco más de dos años estuvieron creadas todas las condiciones para que el 20 de Mayo de 1902, el patriota, que había sido Presidente de la República en Armas, Don Tomás Estrada Palma, asumiera la jefatura del Estado cubano y el Congreso estuviera listo para comenzar a sesionar.
Al mediodía del 20 de Mayo de 1902, fue izada en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales en La Habana Vieja, convertido ahora en Palacio Presidencial, la bandera cubana como anuncio de la aparición de una nueva nación, la que desde 1869 en la Asamblea Constituyente de Guáimaro, la habían declarado como tal.
Máximo Gómez al izar la bandera cubana con lágrimas en los ojos recordaba las luchas y sufrimientos de todo un pueblo por alcanzar este momento, pese a que muchos consideraban que lo que se había alcanzado era una independencia mediatizada. La Enmienda Platt, los tratados de reciprocidad y bases navales y aéreas, suponían para algunos, sobre todo los comunistas, que Cuba era soberana solamente porque teníamos un himno, una bandera y un presidente electo.
Pero no era así, la acción de muchos políticos e intelectuales honestos y valientes, entre los que destaca Herminio Portell Vilá, lograron la derogación de la Enmienda Platt en una fecha de gran simbolismo, esta vez el 20 de Mayo, pero de 1934.
Al margen de esta “mancha” sobre su soberanía, la dependencia se fue debilitando porque los embajadores norteamericanos no podían imponer sus criterios en un país donde existía una prensa libre, un sistema electoral democrático y destacados logros en la educación (los textos de pedagogos cubanos como Baldor, Mario González, Añorga y Levi Marrero se empleaban en muchos otros países hispanoparlantes), en la salud pública Cuba llegó a estar a la vanguardia, erradicando enfermedades endémicas y creando un eficiente sistema de atención en el que tuvieron un importante papel las clínicas regionales españolas y los hospitales públicos.
El patriotismo fidelista y el del exilio
Esos errores, en particular el golpe de estado de 1952 por el ex presidente Fulgencio Batista, que rompió con el orden constitucional, trajeron insatisfacciones que fueron aprovechados por los grandes oportunistas de la historia, y fue así que un comunista solapado, Fidel Castro, llegara al poder a través de un proyecto populista que no cumplió ninguna de sus promesas y se convirtió en una dictadura marxista y llevó al país a ser otro satélite del campo socialista y la Unión Soviética.
En otros artículos hemos abordado cómo el patriotismo que aprendimos y practicamos durante nuestra niñez, donde respetamos a las figuras patrióticas y otros símbolos de nuestra nación, fueron desvirtuados por el nuevo régimen.
Como ha ocurrido en todos los países comunistas, los nombres de lugares, accidentes geográficos, pueblos y ciudades y todo lo imaginable, adquieren otras identificaciones acorde con los intereses políticos que los gobiernos totalitarios quieren remarcar. Igual ocurrió en Cuba, donde se modificó (varias veces) la estructura político-económica del país, eliminando o creando nuevos territorios o provincias, renombrando ciudades, calles y establecimientos de acuerdo con su política ideológica, (aunque los viejos seguimos usando los nombres antiguos, al final las nuevas generaciones, por cansancio y costumbre, emplean los nuevos).
Y con el patriotismo ocurre algo muy singular. A los cubanos de hoy no les interesa el patriotismo, por varias causas. Primero, se ha transformado y falsificado la historia y los que ayer fueron patriotas, ahora son unos delincuentes, bandoleros, oportunistas o anexionistas. Narciso López, quien creó nuestra bandera y murió por la causa de la independencia, es ahora un anexionista. Tomás Estrada Palma, una vida de sacrificio y respetado por todos, incluyendo en Estados Unidos, es ahora un lacayo de los norteamericanos. Y así sucesivamente.
Los patriotas ahora son Julio Antonio Mella, un revoltoso delincuente comunista, el Che Guevara, un asesino extremista comunista, Fidel Castro, ni falta hace decir qué ha representado en nuestra historia y tristemente la figura de José Martí.
La figura de Martí ha sido empleada como el autor intelectual del desastre que Cuba ha sufrido durante más de seis décadas, y nada más alejado de la verdad.
Todo esto hace que al identificar la patria con estos criminales, que han sumido a Cuba en un caos y entre los que se encuentra el Apóstol de nuestra independencia, el cual es visto con el mismo prisma que los otros, hace que para el cubano, el patriotismo sea un valor que no vale nada.
Sin embargo desde hace muchos años, inclusive antes de irme a vivir a Estados Unidos, país donde por cierto el patriotismo es parte de los valores que se le inculcan a todos sus ciudadanos y constituye una de las cosas de mayor respeto, pude ver como se mantuvieron los valores patrios y el patriotismo por parte de los cubanos exiliados, hayan venido hace sesenta años, sean hijos de cubanos y hasta por los que llevan pocos años aquí y que reconocen el verdadero significado de lo que es la patria para los cubanos.
Triste signo que en Cuba los cubanos desprecien el patriotismo porque lo identifiquen con el régimen que los oprime y en el exilio abracen el patriotismo porque lo identifican con la patria y sus raíces.
La frase: “le cayó un 20 de mayo encima”.
Aquella frase de que “le cayó o se buscó un 20 de Mayo”, la escuché muchísimo durante mi niñez y juventud, primero la inocencia no me permitía definir de qué se trataba o qué significaba, hasta que comprendí su verdadero alcance.
Unos la identifican como positiva, porque la connotación del 20 de Mayo en la historia de Cuba es el establecimiento de la república, por lo que caerte arriba como un 20 de Mayo es un aviso de algo bueno.
Otros, sin embargo recuerda que por muchos años en este fecha se celebraban actos y fiestas y comenzando por el aguacero que cayó el mismo 20 de Mayo de 1902 y que aguó las fiestas y por otros donde hubo heridos por petardos y altercados.
Otras interpretaciones de esta frase están referidas a que la temporada de lluvias normalmente comienza en Mayo y ya para el día 20 ha caído bastante agua para limpiarlo todo; otra se refiere a cuando en 1912 ante un alzamiento en esa fecha por parte de militantes del Partido Independiente de Color, protestando por una ley que los imposibilitaba de votar en las elecciones y que fueron reprimidos con tal fuerza que se dice que “le cayeron arriba como un 20 de mayo”, es decir abrumadoramente abatidos en la Guerrita de Mayo o de 1912.
Ahora la frase está en desuso porque para los cubanos de la Isla, el 20 de Mayo no significa absolutamente nada. Lo mismo que fueron suspendidas las celebraciones de Navidad, los carnavales tradicionales, los Reyes Magos y otras celebraciones, la fecha donde nuestro país fue independiente por primera vez fue sustituida por el Primero de Enero, el triunfo de la revolución que ha destruido nuestro país y nuestros valores.
En fin, la frase era empleada principalmente, cuando alguien sufría una reprimenda o castigo.
Un resumen triste para esta fecha agridulce
En los cincuenta y siete años de Cuba republicana, aparte de los defectos, injusticias y otras lacras propias de cualquier país, en particular los republicanos, el país pudo avanzar y tener un desarrollo extraordinario, llegando a superar a muchos países que lograron su independencia muchos años antes que la Isla, e inclusive por encima de la Madre Patria y otros países con siglos de existencia.
Lo cierto es que la república cubana y la democracia sufrieron un duro golpe con el golpe castrense del 10 de marzo de 1952.
Pero lo que nadie puede dudar es que el primero de enero de 1959 a la república “le cayó un 20 de mayo”
Tal es así, que el gobierno castro-comunista, la dictadura que ya lleva 63 años en el poder, más que la etapa republicana, solo ha logrado llevar a nuestro país a ser uno de los países más atrasados del mundo, y muchísimo más miserable que el que recibió. Los robos, corrupción, crímenes, abusos, represión e injusticias llegaron a niveles nunca antes conocidos, ni siquiera con los peores gobiernos republicanos.
A ello le sumamos que la intervención de la Unión Soviética en los asuntos cubanos durante más de treinta años, tiene una gran diferencia con lo sucedido a partir del primero de enero de 1899. La imposición del estilo de vida soviético, la restricción de todas las libertades, el dictar una constitución socialistas y establecer bases militares soviéticas, con la agravante de lo sucedido con el armamento nuclear y que tuvo al mundo al borde de una guerra atómica, no es más que la más degradante y servil subordinación de la soberanía nacional de toda nuestra historia.
Otra razón más para afirmar que el primero de enero de 1959, con el comunismo y los rusos “nos cayó un 20 de mayo”.
ACERCA DEL AUTOR CARLOSBU
Cubano, Ingeniero Industrial que vive en Miami con experiencia en el área de la Informática la economía y la administración.
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