Más de 7 mil personas participaron este jueves en la Marcha del Orgullo LGBT de Jerusalén, entre un amplio despliegue policial y con las fuerzas de seguridad en alerta máxima tras amenazas de muerte contra los organizadores.
En medio de un dispositivo formado por unos 2.400 agentes, los congregados recorrieron algunas calles céntricas de Jerusalén Oeste enarbolando banderas arcoíris, al ritmo de la música y coreando cánticos reivindicativos para los derechos de la comunidad LGBT.
Se trataba del regreso a la calles de la capital israelí, tras dos años de impasse por la pandemia, de la llamada “Marcha del Orgullo y la Tolerancia de Jerusalén”, que se celebra desde 2002 y en una fecha diferente al más masivo Pride de Tel Aviv, en la que cada año se congregan decenas de miles de personas, y cuya edición 2022 se realizará la próxima semana.
Horas antes del inicio de la marcha, la Policía cerró los accesos a la calles por donde debía pasar el desfile, que rodeó con vallas, cerrando el paso a peatones y vehículos.
Los cuerpos policiales arrestaron el jueves a un sospechoso de haber hecho amenazas de muerte contra uno de los organizadores de la marcha, al que identificaron como un ciudadano europeo que residía en Jerusalén. Antes del inicio del evento, los agentes detuvieron también a dos hombres sospechosos de planear ataques contra los congregados.
“No permitiremos que se lleve a cabo el Desfile del Orgullo en Jerusalén, la ciudad santa. El destino de Shira Banki te espera”, decía la amenaza enviada al legislador liberal del Partido Laborista y activista histórico de los derechos LGBT Gilad Kariv.
El mensaje hacía referencia a un episodio ocurrido en 2015, cuando una de las participantes de la marcha, la adolescente Shira Banski, fue apuñalada por un extremista, un suceso que es recordado en cada uno de los desfiles anuales.
Israel, oasis LGBT en Medio Oriente
En la marcha de este año participaron también varios ministros de la actual coalición de Gobierno y diputados del Parlamento israelí.
El presidente de la Knesset, Mickey Levy, se dirigió a la multitud al final del desfile, y dijo estar “conmocionado hasta lo más profundo de mi alma” por las amenazas de violencia. “Así que vine hoy para enfrentarme a este espectro malvado”, agregó Levy, quien explicó que con su presencia quería dejar claro su respaldo a la comunidad LGBT de Israel.
“Tienes derecho a amar a quien quieras, tienes derecho a casarte con quien amas, tienes derecho a criar una familia como cualquier otra persona. Estos no son privilegios, son derechos básicos para todos los ciudadanos del país”, expresó.
Israel se ha convertido en los últimos años en un destino turístico importante para el colectivo diverso, en marcado contraste con el resto de la región, donde las personas LGBT son perseguidas e incluso asesinados.
En Israel, los miembros de la comunidad LGBT sirven abiertamente en el Ejército y el parlamento de Israel, y muchos artistas populares, así como el actual ministro de salud del país, son abiertamente homosexuales.
El nuevo gobierno de Israel, encabezado por Naftali Bennett, prohibió este año las llamadas terapias de conversión para personas LGBT, y también levantó la prohibición para que los hombres gays pudiesen donar sangre.