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General: ¿Por qué los papeles presidenciales no pertenecen a los presidentes?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 09/08/2022 16:11
¿Por qué los papeles 
Presidenciales no pertenecen a los presidentes?
 
Por Dora Mekouar
La Ley de Registros Presidenciales de 1978 estableció que todos los registros presidenciales son propiedad del público y se transfieren automáticamente a la custodia de los Archivos Nacionales tan pronto como el comandante en jefe deja el cargo.
 
Las circunstancias que rodearon la búsqueda del lunes por parte del FBI en la propiedad Mar-a-Lago del expresidente estadounidense Donald Trump en Palm Beach, Florida, no quedaron claras de inmediato, según informes de los medios. Sin embargo, el Departamento de Justicia ha investigado activamente el descubrimiento de cajas que contenían información clasificada que fueron llevadas a la residencia de Trump en Florida después de que dejó la Casa Blanca en enero de 2021.
 
¿Por qué los registros de llamadas, borradores, discursos, notas escritas a mano y otros documentos del mandato de Trump en el cargo están en posesión de los Archivos Nacionales?
 
“Los registros presidenciales son propiedad del gobierno de los Estados Unidos y son administrados por los Archivos Nacionales”, dijo Meghan Ryan Guthorn, subdirectora de operaciones interina de la agencia. “Entonces, todos los documentos, materiales y registros presidenciales bajo la custodia de los Archivos Nacionales, ya sean donados, incautados o regidos por la Ley de Registros Presidenciales, son propiedad del gobierno federal”.
 
La Ley de Registros Presidenciales de 1978 estableció que todos los registros presidenciales son propiedad del público y se transfieren automáticamente a la custodia de los Archivos Nacionales tan pronto como el comandante en jefe deja el cargo. Todas las bibliotecas y museos presidenciales forman parte de los Archivos Nacionales. La biblioteca presidencial del expresidente Barack Obama será la primera en ser totalmente digital.
 
“La Administración Nacional de Archivos y Registros es el encargado oficial de los registros del gobierno de los Estados Unidos”, dijo Ryan Guthorn. “Solo alrededor del uno al tres por ciento de los registros se consideran registros permanentes, y esos son los documentos que son esenciales para comprender los derechos y derechos de los ciudadanos estadounidenses, que responsabilizan a nuestros funcionarios electos por sus acciones, [y] documentan nuestra historia como una nación."
 
Los registros presidenciales no siempre fueron propiedad del público.
 
“Desde George Washington hasta Jimmy Carter, los documentos de una administración presidencial se consideraban propiedad privada de un presidente para hacer con ellos lo que quisieran”, dijo Ryan Guthorn.
 
La mayoría de los comandantes en jefe han donado sus documentos presidenciales, un precedente iniciado por el presidente Franklin D. Roosevelt en 1940. Eso continuó hasta la década de 1970 cuando el presidente Richard Nixon luchó para destruir sus registros, incluidas las grabaciones secretas, durante el escándalo de Watergate que eventualmente motivó su renuncia al cargo.
 
El Congreso sospechó que las cintas contenían pruebas que podrían incriminar al presidente. Los legisladores aprobaron la Ley de Preservación de Grabaciones y Materiales Presidenciales de 1974, que se aplicaba solo a los materiales presidenciales de Nixon e instruía que NARA retuviera los materiales relacionados con Watergate.
 
Durante su vida, Nixon luchó para mantener en privado sus registros presidenciales. NARA recibió la mayoría de las grabaciones relacionadas con Watergate, pero no todas. Después de la muerte de Nixon, su familia donó sus documentos presidenciales y otros materiales.
 
“Julie Nixon Eisenhower me llamó, dijo que quería reunirse conmigo, dijo que la familia quería establecerse”, dice John Carlin, quien se desempeñó como archivista de los Estados Unidos desde 1995 hasta 2005.
 
La hija de Nixon se acercó a Carlin durante su primera semana en el trabajo en junio de 1995, más de 20 años después de Watergate.
 
“Hay que recordar que en esos días, los registros del presidente eran personales”, dijo Carlin. “Nixon se los iba a quedar y tenía la ley de su lado. … Y entonces, cuando llamó ese día y dijo: ‘Estamos listos para llegar a un acuerdo’, fueron buenas noticias. … Cuando él [Nixon] estaba vivo, luchó contra eso. Quiero decir, dientes y uñas. No iba a haber ningún arreglo”.
 
Entre quienes acceden a los registros de la Casa Blanca se encuentran académicos presidenciales como Shannon Bow O'Brien, que están interesados en documentar la historia.
 
“El público puede comenzar a hacer solicitudes a través de la Ley de Libertad de Información cinco años después de que termine una administración, pero también el presidente puede invocar ciertas restricciones para el acceso público por hasta 12 años”, dijo O'Brien, profesor en el departamento de gobierno en La Universidad de Texas en Austin College of Liberal Arts.
 
“Si no tenemos acceso a este material, no tenemos acceso a la verdad. Solo tenemos acceso a verdades seleccionadas, en muchos sentidos, que es lo que la gente quiere decirnos, o lo que la gente quiere que veamos, y eso no siempre es lo más preciso”.
 
   El FBI registra la mansión de Donald Trump en Florida en busca de pruebas de un posible delito.
El expresidente se llevó documentos, entre los que podría haber papeles secretos, a su residencia de Mar-a-Lago.
 
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, aseguró el lunes que agentes del FBI, la Oficina Federal de Investigación, habían entrado para practicar un registro en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida). El FBI solo puede realizar ese tipo de registros con autorización judicial, y para concederla el juez tiene que valorar como probable que se haya cometido un delito.
 
Ni la agencia de investigación ni el Departamento de Justicia, del que depende, han dado explicaciones sobre la actuación. Fue el propio Trump el que aseguró a través de un comunicado que su casa estaba “bajo asedio, allanada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI”. “Nunca le había ocurrido nada parecido a un presidente de Estados Unidos”, escribió Trump. Algo así, añadió, “solo podría suceder en países rotos del Tercer Mundo”.
 
El magnate está inmerso en varios casos judiciales. Se encuentra bajo el escrutinio del Departamento de Justicia por sus intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 y hace unos meses surgieron sospechas de que se había llevado a Mar-a-Lago documentos oficiales clasificados como secretos. La ley castiga a quien “oculta, elimina, mutila, borra, falsifica o destruye voluntaria e ilegalmente” documentos federales bajo su custodia con penas que van de multa a tres años de prisión y que pueden inhabilitarle para desempeñar cargos públicos.
 
El registro, según dos fuentes conocedoras de la investigación que cita The New York Times, parece centrarse precisamente en el material que Trump se había llevado a Mar-a-Lago después de abandonar la Casa Blanca y que podría incluir cajas con papeles clasificados. Trump tardó meses en devolver 15 cajas con documentos que le habían sido reclamadas por los Archivos Nacionales.
 
Mar-a-Lago es un complejo que fue construido en estilo arquitectónico español entre 1924 y 1927 por la heredera multimillonaria y filántropa Marjorie Merriweather Post, que a su muerte, en 1973, lo legó al Servicio de Parques Nacionales, con la esperanza de que pudiera utilizarse para visitas de Estado o como un lugar de descanso invernal para los presidentes de Estados Unidos. Sin embargo, como los costes de mantenimiento superaban los fondos aportados por Post y era difícil asegurar las instalaciones (al estar situadas en la trayectoria de vuelo del aeropuerto de Palm Beach), la propiedad fue devuelta a la Fundación Post por una ley del Congreso en 1981. En 1985 fue comprada por Donald Trump por unos 10 millones de dólares (9,8 millones de euros) y siguió usándola al convertirse en presidente en 2017. El complejo, de 126 habitaciones y 10.000 metros cuadrados, también contiene el exclusivo Mar-a-Lago Club. La familia Trump mantiene su vivienda privada en un área cerrada de la casa y los jardines.
 
Papeles en el retrete de la Casa Blanca
El registro de la mansión de Trump, aparentemente relacionado con el hecho de haberse llevado papeles secretos a la misma, llega el día en que el medio Axios ha publicado unas imágenes de notas lanzadas al retrete que asegura que son papeles de los que el entonces presidente se deshacía.
 
Varios medios han acusado a Trump de incumplir las leyes de mantenimiento de registros presidenciales y de romper documentos, borradores e informes después de leerlos. Las fotografías en cuestión van a ser publicadas en el libro Confidence Man, de Maggie Haberman, una periodista del diario The New York Times.
 
Un portavoz del expresidente ha señalado a Axios como respuesta a la publicación de las fotografías que hay que estar "muy desesperado por vender libros si las fotos de un papel en una taza de inodoro son parte de tu plan de promoción".

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 10/08/2022 17:57
 POR QUÉ UN PRESIDENTE NO PUEDE 
QUEDARSE CON DOCUMENTOS OFICIALES TRAS ACABAR CON SU MANDATO
La legislación federal de Estados Unidos prohíbe expresamente destruir o almacenar cualquier tipo de registro durante un cargo público, y esa documentación debe ser trasladada de inmediato a los Archivos Nacionales al terminar el mandato.
 
LOS PRESIDENTES NO ESTAN POR ARRIBA DE LA JUSTICIA
 
 MIAMI, EEUU — Varios agentes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, en inglés) entraron en la residencia privada del expresidente Donald Trump en el exclusivo club de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida. Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Justicia han dado detalles acerca de esta operación policial pero varios expertos en la materia aseguran a la Voz de América que si un juez federal ha dado luz verde es porque se ha visto que hay suficientes evidencias para que el caso pueda llevarse ante un tribunal.
 
“Lo que sabemos hasta ahora es que hay una orden de cateo que se firmó por parte de un juez federal y eso quiere decir que hubo causa probable de considerar que se haya cometido un delito y de que pudiera haber evidencia referente a ese posible delito en el sitio del allanamiento”, dijo Ángel Leal, abogado constitucionalista con más de 30 años de carrera en la materia.
 
“Hay suficiente evidencia”
En esa línea, Rafael Peñalver, también abogado constitucionalista con práctica en Washington DC y Florida, recalcó que “no se toman esos pasos a no ser que se tenga la seguridad de que se tiene un caso sólido contra una persona, especialmente cuando esa persona es un expresidente de Estados Unidos”.
 
“Hay que recordar que para que se pueda obtener esta orden judicial autorizando a entrar en la casa del expresidente y revisarla en busca de documentos, se debe haber presentado evidencia a un juez federal indicando que se cometió un crimen o un delito”, dijo, subrayando que este tipo de operaciones no se basa en simples sospechas, ya que, de lo contrario, “el Departamento de Justicia no tomaría este paso si no tuviera una seguridad completa de lo que estuviese haciendo”.
 
¿Se contempla algún tipo de protección a un expresidente frente a la ley?
Es la primera vez que se realiza un allanamiento de este tipo en el domicilio particular de un expresidente. Pero, tal y como apuntan los expertos en la materia, un mandatario que ya no ejerce el poder es considerado ante la justicia como cualquier otro ciudadano y debe cumplir con sus obligaciones legales sin ningún tipo de beneficio adicional.
 
Dos investigaciones paralelas
Aunque no hay información oficial sobre la causa investigada en las pesquisas de Mar-a-Lago, donde Trump fijó su residencia oficial tras salir de la Casa Blanca, es cierto que en los últimos meses se ha estado llevando a cabo una investigación con respecto a sus intentos de revocar los resultados de los comicios presidenciales de 2020.
 
No es el único caso, ya que el Departamento de Justicia también ha iniciado una investigación tras confirmarse que los Archivos Nacionales y Administración de Documentos habían recogido de ese lugar 15 cajas con información clasificada.
 
“Sí se sabe que (este caso) se trata de documentos perdidos o documentos que faltan, y tienen que ser documentos de gran importancia. Estoy seguro de que estamos hablando de documentación que implica la seguridad nacional de Estados Unidos y el Departamento de Justicia”, apuntó Peñalver.
 
“Todos los documentos pertenecen al Estado norteamericano”
Sobre eso, el abogado constitucionalista hizo hincapié en que “todo lo que pasa en la Casa Blanca, con excepción de las cartas personales a sus hijos y a su familia, pertenece al Estado norteamericano, y más cuando se trata de una situación que, como se sospecha, implica temas de seguridad nacional”.
 
“Un punto muy importante es que cuando un juez federal firma autorizando al FBI para entrar a una propiedad privada, cualquier cosa que esté a la vista de los investigadores lo pueden coger. Así que no es solamente que hayan conseguido la documentación que buscaban, sino que cualquier otra documentación que esté a plena vista, pues también están autorizados a quedarse con ella”, agregó.
 
Y es que, según dice Leal, muchos de estos documentos podrían contener información relacionada con la seguridad nacional o los métodos o prácticas para obtener cierta información, que incluso “pudiera hasta implicar y poner en peligro a fuentes de información”.
 
El papel de los Archivos Nacionales
El problema principal, según indican ambos expertos, es que la legislación obliga a cualquier presidente a entregar al Registro Nacional de Archivos y Documentos de EE. UU. toda la documentación en su poder al terminar su mandato.
 
“Toda la documentación que tiene que ver con su oficio como presidente tiene que pasar a este Registro Nacional”, dijo Ángel Leal, haciendo alusión al caso de las 15 cajas que fueron transportadas de Mar-a-Lago al Registro federal ya que “se reportaron documentos de naturaleza clasificada, de alto secreto”.
 
¿Qué legislación regula este tipo de prácticas?
La clave de la discordia estaría precisamente en los estatutos federales que regulan el mal manejo o la destrucción de documentos federales o presidenciales. Exactamente se hace referencia a eso en la sección 2071 del tomo 18 del Código Federal. “Hay un estatuto en particular que tiene que ver literalmente con quitar, mutilar o destruir deliberadamente o ilegalmente cualquier registro depositado en cualquier cargo público o en cualquier funcionario público de Estados Unidos es un delito federal y está castigado con hasta tres años de cárcel e inhabilitación pública”, dijo Leal.
 
Apoyo de los republicanos a Trump
Por otro lado, los principales representantes del Partido Republicano apoyaron públicamente al expresidente Donald Trump, alegando que detrás de esta operación policial hay una persecución política para impedir que el magnate pueda volver a presentarse a las elecciones de 2024.
 
La presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, describió el allanamiento del FBI como un “abuso de poder” por parte de las filas demócratas.
 
“El poder absoluto corrompe absolutamente, y en innumerables veces hemos tenido ejemplos de demócratas que se burlan de la ley y abusan del poder. Los demócratas arman continuamente a la burocracia contra los republicanos. Esta redada es indignante”, manifestó en un comunicado.
 
 


 
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