Luisa María Güell:
Prohibida en Cuba y exitosa en el exterior
Su delito fue interpretar géneros musicales extranjeros, lo cual era considerado “diversionismo ideológico”
POR JORGE LUIS GONZÁLEZ SUÁREZ — CUBANET
LA HABANA, Cuba. — La cantante, compositora y actriz Luisa María Güell partió al exilio hace 53 años, el 20 de octubre de 1968. Cuando se fue, era la intérprete más popular entre la juventud cubana; pero había sido silenciada por las autoridades culturales del castrismo. Su delito fue interpretar géneros musicales extranjeros, lo cual era considerado “diversionismo ideológico”. Cuando solicitó el permiso para viajar al exterior, sufrió la humillación de ser enviada a trabajar en la agricultura.
La gran simpatía de Luisa María Güell entre la población, sobre todo entre los niños, presionó a las autoridades para facilitar que pudiese emigrar a España. Su extensa trayectoria artística comenzó cuando tenía cinco años, bajo la influencia de su madre, quien se ocupó de que aprendiera danza española, ballet y piano. Posteriormente hizo estudios de pantomima y arte dramático en la Escuela de Arte, y aprendió los idiomas inglés y francés.
Sus primeras actuaciones fueron en el programa televisivo infantil de José Sanabria, el famoso “Viejito Chichí”. En los comerciales de radio y televisión era la niña que anunciaba la pasta dental Gravi.
A principios de la década de los 60 interpretó papeles secundarios en telenovelas y películas. En 1964 inició su carrera como cantante. Su primera presentación fue en el programa de Rosita Fornés, “Desfile de la Alegría”, donde estrenó una canción de su autoría: Y digo no.
Su número más popular fue su versión de No tengo edad, canción con la que ganara el primer premio en el Festival de San Remo la italiana Gigliola Cinquetti, y de la cual Luisa María hizo una magistral interpretación, al extremo de que aún es uno de los temas representativos de su repertorio.
En Cuba, Luisa María Güell grabó un solo LP para la firma EGREM: Cuando el Sol, titulado así por la canción de Teresita Fernández. Ese disco, cuya foto de portada fue hecha en el Acuario Nacional, contenía la mayoría de las canciones que se difundían en aquel momento, como Anda di, Melodía de un amor, Es mi juventud y Estás lejos, de Pablo Milanés.
Curiosamente, en aquel disco de larga duración no aparecía su mayor éxito: No tengo edad, que apareció impreso solamente en un disco de 45 rpm. El motivo de la omisión fue, probablemente, para no pagar los derechos de autor de la canción (se estilaba entonces poner solamente, en vez del nombre del compositor, DR, que significaba Derechos Reservados).
En mis años de juventud fui a varias presentaciones de Luisa María Güell. La última a la que asistí fue allá por 1966, en el antiguo cine-teatro “Rodi” (hoy Teatro Mella), en El Vedado. Allí, acompañada por el grupo Los Cinco, de Armandito Sequeira, estrenó piezas que nunca llevó al acetato en Cuba, entre ellas su versión de Escríbeme, de la italiana Rita Pavone.
Una vez llegada a España, Luisa María Güell ganó fama internacional. Guillermo Álvarez Guedes, que era empresario de la casa discográfica “Gema”, la contrató y con él grabó cinco discos.
Por medio de una amiga cubana, también emigrada, conoció al renombrado compositor español Manuel Alejandro, el cual le entregó la canción Ya no me vuelvo a enamorar, con la cual ganó el primer premio en el Festival de Málaga (1969).
A partir de entonces, y hasta hoy, la sucesión de galardones ha sido extensa. Entre otros, figuran la Medalla de Oro “Edith Piaf” que se otorga nada más que a artistas franceses (ella es la única extranjera que la ha recibido) y la nominación al Grammy Latino en el año 2007 por su disco de tangos, Una.
Luisa María Güell, quien radica en Miami desde 1982, produce sus discos y espectáculos. Ha realizado conciertos en el Miami Dade County Auditorium y el de New York. El más conocido es el que ofreció en 2018, en el Miami Dade County Auditorium, para conmemorar sus cincuenta años en el exilio.
Ha actuado en numerosas ciudades del mundo y grabado más de treinta discos en su extensa trayectoria artística. Entre los más apreciados por la autora, sobresale el que dedicó a “La Edad de Oro”, de José Martí.
Su versatilidad la llevó a grabar, en el año 2003, un disco de música cubana (en la que no había incursionado hasta ese momento) que tituló Frijoles Negros y Arroz Blanco. Luisa María Güell ha mantenido la costumbre de incorporar en sus espectáculos poemas de Reinaldo Arenas, Armando Valladares, Octavio Paz, Alfonsina Storni, Sor Juana Inés de la Cruz y, por supuesto, de José Martí, su poeta preferido.
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