ÁRBOL DE NAVIDAD EN LA HABANA
El circo del árbol navideño en La Habana en un país en penumbras
Un convenio de Cuba con Italia trata de ilusionar a los habaneros con el árbol
La gran atracción de estos días en La Habana es el árbol de Navidad recién inaugurado en el Parque Fe del Valle, en Centro Habana, en su lado de la calle Galiano. El pino, alto y no muy frondoso, cobra brío por la noche, cuando se enciende su decoración.
Recientemente, los habitantes y transeúntes de La Habana, miraron con asombro un árbol navideño que adornaría la concurrida esquina de Galeano y San Rafael.
Al momento de escribir la primera nota sobre el famoso adorno, no se conocían detalles de a quién se le había ocurrido, en medio de la miseria, las necesidades y los apagones, ubicar un árbol, para recibir con alegría la llegada de Jesucristo.
Una investigación que fue publicada en la página de Manuel Milanés, da algunos detalles interesantes de por qué, justo en ese sitio, se ha posicionado el árbol. Y es que resulta, que a la famosa calle Galeano, ahora le dicen Avenida Italia, pues la repartición del patrimonio cubano a empresarios italianos es cada vez más notable.
El “Árbol de la amistad” nombraron el pino que adorna, la calle habanera, según los promotores del proyecto Avenida Italia, con el árbol de 300 metros de luces, “los campos y los campesinos de Cuba llegaron a La Habana”.
Asimismo, como si estuvieran hablando de una Cuba paralela, los promotores detrás de esta idea, comunicaron que el adorno tiene “dos lazos, testigos de las vidas que se salvaron en Italia (Turín y Crema) en el medio de la pandemia de la Covid-19, gracias a la ayuda de la brigada médica Henry Reeves, que fue a curar personas y a calentar corazones”, cosa que no hicieron los médicos cubanos en su propia tierra.
En Cuba ningún corazón ha podido estar caliente en mucho tiempo, porque ni comida, ni cobija, ni deseos queda en una sociedad derrumbada por una ideología turbada y un gobierno macabro.
Según explicaron en un artículo del blog del economista cubano antes mencionado, este proyecto de Avenida Italia, está dentro de los planes de un empresario que tuvo algunos problemas en Turín, y escogió a la Isla comunista para negociar.
Michele Curto, sospechoso de fraude en la región italiana citada, “fundó una start-up con la intención de atraer a Cuba empresas italianas e inversionistas del sector agroalimentario. Comenzaron a exportarse aguacates, chocolate y café cubano para «ayudar» al pueblo a través de la agencia AICEC (Agencia de Intercambio Cultural y Económico con Cuba) creada por Michele en 2015. Actualmente, esta agencia se encuentra detrás de los negocios del régimen con Italia”, aseguraron en el blog de Milanés.
Lo cierto es que al árbol se le prendieron sus luces en la destruida Habana Vieja, el pasado 13 de diciembre, como “símbolo vivo de la fraternal amistad entre los pueblos de Cuba e Italia”. Además, según expusieron en la página de Facebook, de Avenida Italia, “el Pino ha sido donado por el Grupo Agroforestal que se suma a la Avenida Italia, y simboliza el vínculo profundo entre los cubanos y sus montañas, lugar de producciones orgánicas, tradición y cuna de la Revolución.”
La misma revolución que mencionan los italianos, fue la misma que prohibió la navidad, y la que cohíbe que hoy el pueblo celebre la fecha como se debe.
La tradición germánica de decorar con esferas y guirnaldas una conífera –un pino o un abeto–, popularizada en toda Europa a partir del siglo XIX y exportada universalmente por la cultura estadounidense –con fuertes raíces alemanas, como se sabe–, estuvo mal vista desde el principio de la Revolución.
Los nacidos antes del final del siglo pasado saben que tener un arbolito de Navidad, incluso en la intimidad de la casa, era visto como una "desviación ideológica", algo pequeñoburgués, peligrosamente cercano al imperialismo enemigo.
En 1995, incluso, el Gobierno emitió una circular prohibiendo la instalación de estos objetos en enclaves oficiales o gubernamentales. (Atribuida a José Ramón Machado Ventura, fue por ella llamado como "el hombre de los arbolitos"). Aunque la realidad se impuso, y son raros los negocios privados que no tienen este tipo de decoración a finales de diciembre, la vía pública hasta ahora nunca la había ostentado.
De ahí el asombro esta semana de los habaneros ante el gigantesco pino de Galiano. "Házmela aquí, que se ve mejor", "¡Mira, mejor así!", gritaba la gente con regocijo colocando sus móviles y posando. El árbol de Fe del Valle parece ser el único elemento luminoso en este oscuro fin de año en la Isla, en el que la inflación, que hace muy difícil poner sobre la mesa comida acorde con los festejos, y la tristeza, por tantos familiares que han emigrado, ahogan las casas cubanas.
CON INFORMACIÓN DE PERIODICO CUBANO Y 14YMEDIO |