El mítico líder afroamericano nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta. A los 15 años empezó a estudiar la Biblia y acabó licenciado en Teología en Boston y a los 25 fue ordenado sacerdote en la ciudad de Montgomery.
Inspirándose en Gandhi, rápidamente se convirtió en exponente de la lucha pacífica por los derechos civiles.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en el estado de Alabama para comenzar una campaña que tuvo repercusión en todo el país.
Fue encarcelado, pero consiguió para los negros la igualdad de acceso a los comedores, bibliotecas y parqueos.
Martin Luther King se entregó a la causa de la igualdad y el respeto de los derechos humanos de la población negra de Estados Unidos, de las personas más pobres y de todas las víctimas de injusticias. Su arma de combate fueron las protestas pacíficas, en las que pronunció discursos que siguen resonando en la actualidad.
“Tengo un sueño, sueño que mis cuatro hijos vivan un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por su carácter. (…) sueño que un día en Alabama las niñas y los niños negros puedan tomarse de la mano con las niñas y los niños blancos como hermanas y hermanos”, dijo el luchador social en su discurso más recordado, ofrecido en una movilización que tuvo lugar en Washington en agosto de 1963 y a la que acudieron más de 250 000 personas.
El líder afroamericano fue ultimado a balazos el 4 de abril de 1968 mientras estaba parado en un balcón fuera de su habitación del segundo piso en el Motel Lorraine, de Memphis, estado de Tennessee. Su victimario, James Earl Ray, era un fugitivo de 40 años que luego confesó el crimen, por lo que fue sentenciado a 99 años de prisión.
La noticia del asesinato del destacado luchador social provocó grandes brotes de violencia racial, derivando en más de 40 muertes en Estados Unido.