Hay una historia casi olvidada entre la célebre actriz Gina Lollobrigida y el Comandante en Jefe Invicto.
Considerada como ¨La mujer más bella del mundo¨, a finales de la década del setenta del siglo pasado vino la Lollobrigida a Cuba como reportera gráfica.
Fidel Castro estaba inmerso en la construcción de una central nuclear soviética en Cuba y muy preocupado porque los dirigentes neoyorkinos de los Black Panthers lo acusaban de enviar negros a una muerte segura en África.
Aún así, sin pensarlo dos veces, acudió a la cita de la Lollobrigida.
Como no hay fechas exactas, es probable que el encuentro con la italiana se efectuara antes o después de hacer un largo viaje, más largo que el de la cantante Farah María, por Africa, Europa Oriental y la URSS.
El asunto es que chocaron de frente estas dos personalidades: la más bella del mundo y el más famoso de Cuba. Quedan las fotos como prueba evidente, aunque de aquel encuentro, hoy nada se dice. Ni siquiera el escribidor oficializado que escribe con pies de plomo, Ciro Bianchi, ha puesto sus ojos en esa vieja historia.
Ante esos truenos, ¿quién puede dudar de que, exuberante todavía en sus años cincuenta, después de tomar fotos de algunos grandes como Salvador Dalí, Paul Newman y otros, viniera a Cuba en busca de otro affaire con el hombre que construía el socialismo en las mismas narices de los yanquis y que a pesar de no existir la Internet, ya tenía fama de Don Juan?
Si la Lollobrigida tenía tremenda fama, su entrevistado no se quedaba atrás: incontables amores y en el caso del Líder Histórico, hasta féminas espías que no pudieron matarlo, de tanto amor que inspiró el oriental de Birán.
Con Gina no hubo espías, pero sí millonarios, como el excéntrico Howard Hughes, que se volvió loco cuando la vio en un filme y voló a Roma para proponerle matrimonio.
En el 2000, cerca ya de los ochenta, Gina confesó a la prensa que su verdadera vocación fue la pintura, pero que se hizo actriz por error. Luego agregó: ¨He tenido muchos amantes y romances. Estoy muy cansada. En toda mi vida solo he tenido muchos amantes.¨
Por último, cansada y todo, en 2006 anunció su boda con un catalán, 34 años más joven que ella.
¿Habrá sido el Invicto uno de los tantos?
Tal vez no, porque regresó demasiado rápido a Italia.
La entrevista no salió en la prensa nacional. Tampoco Arleen Rodríguez la tuvo en cuenta cuando publicó Los afortunados entrevistadores de Fidel, en 2007. Ni siquiera el investigador Leonardo Depestre Catony, uno de los historiadores más importantes del país y autor de numerosos libros, pudo ofrecer información alguna sobre este hecho en su volumen Cien mujeres célebres en La Habana, editado en 2014, cuando trata sobre la visita a la isla de la actriz y comenta, eso sí, ¨lo más explosivo de la anatomía de Gina: su cubierta interior¨.
Si se sabe algo íntimo entre ellos, algo que tampoco señala el investigador, es que Gina se fue contenta, porque aprendió a fumar del mismo puro que fumaba Fidel.