Cuando comenzaron a aparecer en las redes sociales imágenes de video de la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk, comenzó a circular una broma con Vladimir Putin preguntándole a Stalin qué debía hacer con los tanques alemanes que avanzaban hacia Kursk. El fantasma de Stalin responde que la receta para la victoria es simple: enviar las mejores divisiones ucranianas a la batalla, como lo hizo en 1943, y luego pedir tanques y dinero a los estadounidenses. Pero Putin no dispone de ninguna de estas opciones. Ahora se enfrenta al ejército ucraniano en su propio suelo y considera a Estados Unidos su principal enemigo.
Cada año desde la invasión rusa, Ucrania ha sorprendido al mundo. Primero, al comienzo de la guerra en 2022, sus fuerzas repelieron un asalto ruso a la capital, Kiev. Luego, en 2023, liberaron a Kherson. Ahora, sus tanques están entrando en territorio ruso. Las fuerzas armadas ucranianas han estado avanzando durante los últimos 10 días. Ya controlan unos 1.000 kilómetros cuadrados de tierra y más de 80 asentamientos. Se han arriado banderas rusas; En la ciudad de Sudzha se ha creado una administración militar para gobernar el territorio y se han capturado cientos de prisioneros de guerra.
Las ganancias territoriales de Kiev, en contraste con el tamaño del territorio de Rusia, son, por supuesto, pequeñas. El ejército ucraniano ha tomado el equivalente a aproximadamente el 10% del Gran Londres. Puede que la incursión de Kursk no sea una batalla decisiva en esta guerra, pero cambia radicalmente la narrativa predominante sobre cómo se libra y cómo podría terminar. Ataca la raíz de la estrategia del Kremlin, que ha sido lograr que Occidente “razone libremente hasta llegar a la conclusión de que el predominio de Rusia en Ucrania es inevitable y que debemos permanecer al margen”, según el Instituto para el Estudio de la Guerra .
El Kremlin ha tenido éxito con esta narrativa desde el comienzo de la guerra. Como resultado, Occidente sólo armó cautelosamente a las tropas ucranianas e impuso restricciones al uso de sus sistemas de armas, lo que obligó a Ucrania a luchar con una mano atada a la espalda. Mientras tanto, Putin acumuló tropas y equipos y desató un infierno en la línea del frente oriental lanzando bombas planeadoras desde bases aéreas rusas, sabiendo que Ucrania no podría contraatacar antes de que los aviones comenzaran sus ataques.
La ofensiva de Kursk está invirtiendo esta narrativa a favor de Kiev. Demuestra que esta guerra no es un punto muerto. En los últimos meses, las fuerzas ucranianas han llevado a cabo una serie de operaciones dinámicas. Una de sus victorias más importantes es despejar el Mar Negro para la navegación comercial, destruyendo el 30% de la flota rusa y empujando a los barcos restantes a sus bases en el Mar de Azov. Los meticulosos ataques con drones que destruyeron las sofisticadas defensas aéreas rusas y apuntaron a aeródromos en la península de Crimea también han sido una parte integral de esta campaña.
En lo profundo de Rusia, más de 30 de las mayores refinerías de petróleo han estado bajo ataques constantes desde marzo. Esto ha provocado una caída de la producción de petróleo y una disminución del 30% en las ventas de diésel. Ahora, con Kursk, hay fuerzas enemigas ocupando territorio ruso por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Al parecer , Ucrania ha capturado más territorio ruso del que Rusia ha capturado dentro de Ucrania desde principios de 2024.
Kursk también disipa la narrativa de que esta guerra sólo debería librarse en suelo ucraniano y que, de alguna manera, Ucrania podría prevalecer atacando posiciones rusas sólo dentro de sus propias fronteras. Estados Unidos y Alemania se han mostrado especialmente reacios a permitir el uso de misiles de mayor alcance para atacar a Rusia por temor a una escalada, por lo que Ucrania ha tenido que depender de sus drones. Esto le ha hecho el juego a Rusia, permitiéndole lanzar nuevas incursiones en Ucrania desde sus regiones fronterizas. Al estirar las defensas ucranianas, Rusia esperaba lograr avances más rápidos en Donbás.
El ejército ucraniano está desplegando ahora tácticas similares. Los acontecimientos de los últimos 10 días han demostrado que Ucrania puede cruzar las líneas rojas rusas con impunidad. Fuentes oficiales estadounidenses informan que Rusia ha tenido que sacar algunas de sus tropas de Donbass para realizar un contraataque en Kursk. La ofensiva también ha roto un tabú sobre el uso de equipos occidentales dentro de Rusia, lo que parece estar surtiendo efecto: la Casa Blanca estaría considerando proporcionar misiles de largo alcance para acompañar a los aviones F-16 que ya ha enviado. Esto podría complicar significativamente los intentos de Rusia de reclamar su territorio.
En última instancia, Kursk proporciona la mejor respuesta posible al argumento quizás bien intencionado pero en última instancia peligroso de que Ucrania debe poner fin a esta guerra intercambiando su territorio por paz, que siempre se basó en la creencia de que Ucrania no podía competir en el campo de batalla. Presionar a Ucrania para que se comprometa, acepte la anexión de sus tierras y deje de buscar justicia para esta guerra es fundamentalmente un error en la determinación del pueblo ucraniano y la fuerza de su ejército. Esta incursión demuestra que son capaces de lograr triunfos militares y que la ayuda occidental vale la pena. Es el teatro militar, no la mesa de negociaciones, el que definirá el resultado de esta guerra.
¿Podrá Ucrania aprovechar plenamente su éxito en Kursk? Sus soldados están consolidando el territorio que han tomado, cavando defensas y siguen avanzando donde pueden. Los rusos se están preparando para lanzar un contraataque y construir nuevas líneas de defensa para detener el avance de Kiev. El episodio se ha convertido en una humillación para Putin, y Kiev espera sacar provecho de ello y obligar a los gobiernos occidentales a comprometer más recursos. Comienza el nuevo juego.
Orysia Lutsevych es subdirectora del programa Rusia y Eurasia y directora del foro sobre Ucrania en Chatham House.
Nuevo golpe a las tropas de Putin: la aviación ucraniana destruyó un puente clave en la región rusa de Kursk
La aviación de Ucrania aseguró haber destruido un puente en territorio ruso en la región de Kursk, según informó su comandante Mikola Oleshchuk en un mensaje en Telegram, que incluía un video del ataque.
“La aviación de las Fuerzas Aéreas participa activamente en las operaciones de combate en la región de Kursk”, informó Oleshchuk a última hora del viernes, en un mensaje en el que se muestra el video de la destrucción del puente.
“Los pilotos ucranianos utilizan ataques de alta precisión contra bastiones enemigos, reservas de equipos, así como centros logísticos enemigos y rutas de suministro”, subrayó.
El video, presumiblemente grabado por un dron, muestra una única y potente explosión que hace que gran parte del puente se derrumbe sobre el río.
Los expertos ucranianos sugieren que el puente fue destruido por una bomba aérea guiada, ya sea JDAM-ER, de fabricación estadounidense, o AASM Hammer, de fabricación francesa.
Al principio del video, antes de que se produjera la explosión, también se aprecian cuatro puntos de impacto anteriores, consistentes con los efectos de ataques con misiles HIMARS.
Según la plataforma de análisis DeepState, con sede en Ucrania y que sigue la evolución del conflito, el puente destruido se encuentra en el río Seim, al norte de Glushkovo, uno de los distritos de la región de Kursk, en el sur de la Federación de Rusia.
Según esas fuentes rusas, el ataque forma parte de los preparativos de la operación ucraniana en el distrito, que crea una posibilidad de cerco de las fuerzas rusas allí situadas y complica la evacuación obligatoria de 28 asentamientos anunciada el viernes.
“Las fuerzas de Defensa están apuntando activamente a los cruces de ríos en el territorio de la región de Kursk para complicar el movimiento del enemigo”, subrayó DeepState en su canal de Telegram.
Según DeepState, fotos tomadas vía satélite confirman que Rusia ya ha establecido un cruce de pontones a la derecha del puente.
En otro orden, la Fuerza Aérea de Ucrania informó de la destrucción en la noche del viernes a este sábado de 14 drones modelo ‘shaheds’, de fabricación iraní, lanzados en un ataque aéreo en el que las fuerzas de la Federación de Rusia también usaron un misil de balístico Iskander K que no pudo ser derribado.
FUENTE: THE GUARDIAN - EFE
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