En San José, el presidente Oscar Arias abogó por una amnistía para Zelaya, junto con invitar al mandatario electo hondureño Porfirio Lobo a viajar a Costa Rica para tratar sobre la situación de Honduras.
En Washington, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulza, afirmó que era deseable "la reincorporación de Honduras a la OEA, pero eso dependerá de la voluntad efectiva y la velocidad para producir un gobierno de unidad nacional y eso implica el fin de la persecución a Manuel Zelaya, su plena libertad para vivir en su país y sin ninguna persecución".
"En vista de las circunstancias actuales parece que no habrá obstáculos internos para la toma de posesión" de Lobo el próximo 27 de enero.
La legislatura hondureña rechazó el miércoles reinstalar a Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el 21 de septiembre tras llegar secretamente a Tegucigalpa.
La votación de los 128 diputados de cinco partidos políticos con diferente ideología arrojó un resultado de 111 votos en contra de Zelaya y 14 a favor. Tres no asistieron a la reunión.
"Hemos cerrado ese capítulo de luchar en las calles ante la decisión del Congreso de no restituir a Zelaya, lo que golpeó el ánimo de nuestra gente", dijo el viernes a la AP el líder del Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado, Juan Barahona.
El Congreso cumplió con el punto número cinco del Acuerdo Tegucigalpa-San José, negociado por Zelaya el 30 de octubre con el presidente de facto Roberto Micheletti y el aval de Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
"Ya no pedimos el regreso de Zelaya porque el 27 de enero vence su gestión de cuatro años y asumirá el nuevo gobierno de Porfirio Lobo, pero nuestra lucha es por la Constituyente", subrayó Barahona.
Lobo, del opositor partido Nacional, triunfó en forma abrumadora en las elecciones generales del domingo ante su adversario liberal Elvin Santos.
Para Barahona sin embargo "Lobo fue elegido por una minoría que representa los intereses económicos de los empresarios y oligarcas de Honduras. Su gobierno será la continuación del golpe de estado, debido a que tanto Lobo como Santos son golpistas por participar en la planificación y ejecución de esa monstruosidad".
Advirtió que "nos preparamos a participar en el próximo proceso electoral con la unidad y la fuerza del Frente de Resistencia para tomar el poder y elegir una Constituyente". No está definido aún si lo harán como un nuevo partido político o de manera independiente, lo que analizan.
Pese a que la consulta popular fue transparente y con numerosa participación de votantes, algunos países se resisten a reconocer a Honduras que fue suspendida del seno de la OEA a causa del golpe de Estado.
En San José, el presidente Arias dijo a la prensa: "Hablé con Lobo y le dije que quería conversar, vamos a ver si la semana entrante viene a Costa Rica. Quiero hablar sobre el futuro de Zelaya, el Acuerdo de San José recomendaba una amnistía, que está pendiente y se debe dar".
Indicó que pretende que el congreso hondureño apruebe dicha amnistía no solo para Zelaya, sino para gente de ambos bandos, y lamentó de que los países de la región se encuentren divididos pero espera que conforme pase el tiempo apoyen al presidente electo.
En Panamá, el Parlamento Latinoamericano aprobó suspender al Congreso de Honduras de ese foro en una especie de sanción política por respaldar el golpe de estado a Zelaya.
La sanción fue aprobada por mayoría durante la 25ta Asamblea de Parlatino, en una votación en que participaron 12 de los 22 países que integran el foro.
En Brasil, Dilma Rousseff, secretaria general del gobierno del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el viernes que su país evalúa las opciones sobre la elección de Lobo.
Los zelayistas son en su mayoría del oficialista partido Liberal y permanecieron en las calles 159 días consecutivos desde el 28 de junio, cuando los militares sacaron de su casa a punta de pistola y en pijamas a su líder para expulsarlo a Costa Rica por intentar modificar la Constitución que no permite la reelección presidencial.
Para ellos, el país requiere una Constitución democrática y popular. La actual data de 1982 y es la que más tiempo ha estado vigente en Honduras, por 27 años.
Foto tomada en una marcha la semana pasada
en Nicaragua en contra de Daniel Ortega