El Día del Médico Cubano
Carlos Finlay (1833-1915)
Este 3 de diciembre, en el aniversario del nacimiento del insigne sabio cubano Carlos J. Finlay, se celebró el Día del Médico Cubano, un reconocimiento merecido de la sociedad cubana hacia esos profesionales que se han caracterizado por ejercer su profesión, dentro de Cuba y fuera de Cuba, con una dedicación ejemplar de carácter humanitario. El médico cubano ha sido considerado no sólo como profesional de la medicina sino como amigo de sus pacientes. Y es de esperarse que las nuevas generaciones, nacidas en el destierro, se inspiren en esos sentimientos tradicionales del médico cubano para que continúe ese profesional siendo lo que siempre ha sido, un elemento importantísimo de la sociedad y un cultor no sólo de la medicina sino también de la amistad.
En el exilio, el reconocimiento al médico cubano ha prevalecido aún en medio de las transformaciones de la vida social determinadas por múltiples circunstancias. Pero algo o mucho queda de sensibilidad humana en esos médicos cubanos que ejercen su profesión y que, en reconocimiento a esa virtud, son objeto del agradecido afecto de sus pacientes y de las familias de estos. Esa costumbre generosa continúa dando testimonio de tradiciones importantes de la Cuba de antes que por su naturaleza se convierten en las de la Cuba de siempre.
En la Cuba del destierro, los médicos cubanos han mantenido su prestigio y lo acrecentaron en el campo internacional hasta llegar a ser un miembro de esa profesión, el Dr. Enrique Huerta, Presidente de la Asociación Médica Mundial. Escaló esa máxima función en medio de las dificultades que representaba la presencia dentro de esa asociación de los que estaban, en Cuba, identificados con la tiranía totalitaria de Fidel Castro. Había que lograr la expulsión del Colegio de la Cuba de Castro para reconocer como representante de Cuba al Colegio Médico Cubano Libre. Y después, ir escalando, dentro de ese campo, las posiciones necesarias para llegar a la máxima, la presidencia mundial.
Es de esperarse que prevalezca siempre el espíritu generoso que hizo del médico cubano una figura importante dentro de la sociedad, no solamente por sus conocimientos científicos sino también por la forma generosa en que puso esos conocimientos al servicio de sus semejantes con un marcado sentimiento humano que hizo que cada familia viese en su médico un apreciado miembro de ella.