Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Alicia Alonso:El ego perpetuado gracias a Fidel
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2010 15:14
 
La prima ballerina assoluta dice que 'baila por dentro'
 
 
 
Está casi ciega y tiene problemas para andar, pero la 'prima ballerina assoluta' Alicia Alonso, que dirige aún el Ballet Nacional de Cuba que fundó hace 62 años, transmite, a sus casi 90 años, una alegría y pasión por la vida que dice se debe a que "baila por dentro", informa AFP.
 
"Yo amo la vida, y amo el baile", dijo Alonso, para explicar qué es lo que la mantiene trabajando a diario, inspirando y guiando a nuevas generaciones de bailarines, soñando nuevas coreografías, descubriendo nuevos talentos, en vísperas de cumplir, en diciembre próximo, nueve décadas de vida.
 
"Ese es mi secreto. Amo la vida. Estoy con vida, y estoy bailando por dentro", dijo Alonso, que ofreció el jueves una conferencia de prensa en el Centro de las Artes de Enghien-les-Bains, una pequeña localidad cerca de París, donde el Ballet Nacional de Cuba presenta el viernes y sábado Giselle.
 
La coreógrafa, que impuso un estilo en el mundo internacional de la danza, con sus versiones de los grandes ballets clásicos, como Giselle y El Lago de los cisnes, es la única de las grandes leyendas del ballet con vida.
 
Varias capitales del mundo le han ofrecido homenajes, en ocasión de su 90 cumpleaños. En Londres fue la semana pasada, y en Nueva York, será la próxima, en el Metropolitan Opera House, en Lincoln Center. ¿Por qué en Francia el homenaje es en la pequeña localidad de Enghien-les-Bains?, se le pregunta.
 
"Yo no escogí. Ellos me escogieron a mí. Y me encanta. Es muy lindo aquí", dice en la rueda de prensa, donde habló sobre su trayectoria y su legado, pero también sobre sus proyectos futuros.
 
"Tenemos tantos ballets todavía por hacer, por crear", dijo. "Ballets clásicos pero nuevos también".
 
Alonso recordó en la rueda de prensa, donde estuvo acompañada por su esposo, Pedro Simón —director del Museo de la Danza de Cuba—, su primera interpretación de Giselle, que pasó a la historia, y que ha inspirado y sigue inspirando las producciones de ese ballet en la Opera Garnier de París, en la Opera de Viena, en el Teatro Colón de Buenos Aires, entre muchos otros.
 
¿Cómo una bailarina cubana, de cabello oscuro y sangre latina, se apropió del papel de campesina rubia y delicada en Giselle, un ballet romántico francés inspirado en un poema alemán?
 
En ese momento era solista en el New York City Ballet, y se enfermó la bailarina que iba a interpretar Giselle, cuenta. "Me preguntaron si yo podría bailarlo. Era un reto, y a mí me gustan los retos y dije que sí", dice Alonso, recordando que había ensayado casi 24 horas seguidas.
 
"Un coleccionista de ballet vino después a mi loggia, y cuando me quité las zapatillas, había sangre. No me las había quitado en 24 horas. Y nunca sentí dolor", recuerda.
 
Alonso se muestra sobre todo orgullosa de haberse dedicado por completo a la danza, y de haber hecho que el Ballet Nacional de Cuba sea uno de los mejores del mundo, por esa mezcla de gran técnica, y de sensualidad.
 
"Una sensualidad suave, pero muy sensual", concluye. "Esa sensualidad que los cubanos tenemos en la sangre", dice.
 
"No sé qué es, quizá el clima. Pero hay algo diferente", dice.
 
"En Cuba se ha plantado un árbol, y ha dado muy buenos frutos y seguirá dando buenos frutos, porque es muy buena tierra. Ese árbol tiene muy buenas raíces. Y ese es mi legado. Mi legado se queda aquí. No sólo para Cuba, sino que yo espero que para el mundo entero, para el mundo del ballet", declaró Alonso.
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 29/04/2010 15:15
 
Alicia Alonso: el ego perpetuado gracias a la política
 
Alicia Alonso: el ego perpetuado gracias a la política
 
Isis Wirth, París
Cuando leí  acerca de un homenaje que la pequeña localidad de Enghien-les-Bains, en las afueras de París, le rendiría a Alicia Alonso, entendí, en principio, que el "bailar por dentro" al que aludía la otrora "prima ballerina" se refería a cómo podía hacerlo ella, coreografiando y dirigiendo artísticamente una compañía de ballet —un arte visual por excelencia—, pese a sus conocidas dificultades de visión.
 
Ésta, al ser "por dentro" se convertiría en el "conocimiento interior". Después de todo, sólo si se baila "al borde del abismo" se alcanza la verdadera libertad.
 
"Yo amo la vida, y amo el baile. Ese es mi secreto. Estoy con vida, y estoy bailando por dentro", había declarado la directora del Ballet Nacional de Cuba en conferencia de prensa previa a las dos funciones de Giselle —en versión coreográfica suya— en Enghien-les-Bains, como homenaje a su aniversario noventa.
 
Desde luego, el "secreto" de Alonso para mantenerse en tan buena forma vital, no obstante su longevidad, es el poder, lo mismo que sucede en otra escala —aunque no tan alejada— con Fidel Castro, tan "heroico sobreviviente" como ella.
 
De igual modo, recuerdo haber leído alguna vez acerca de las relaciones inexplicables entre algunos"padrinos" y ciertos políticos que no podían, pese a situarse en contra de los primeros, sustraerse de la atracción de los inefables jefes de las famiglias. Y la conclusión era que unos y otros comprendían el "secreto del poder".
 
'Giselle'. (JACQUES MOATTI)
 
La carrera de Alicia Alonso sobre la escena está entre las más largas que recuerda la historia de la danza. En las funciones de Giselle —la única carta de presentación que todavía posee el Ballet Nacional de Cuba, junto a El lago de los cisnes, y en ocasiones, Don Quijote—, especialmente en la primera, del viernes 23 de abril (Centre des Arts), comprendí que cuando Alonso se refiere a "bailar por dentro" no es sólo en lo que respecta a su falta de vista para coreografiar y dirigir, sino que, en realidad, insiste en continuar "bailando" gracias a estos homenajes que le rinden por doquier, incluso en el suburbio de Enghien-les-Bains, cuyo alcalde es de derechas. (Paradojas que no sorprenden: si el "homenaje" hubiera ocurrido en la fiesta del periódico comunista L’Humanité, habrían abucheado al Ballet Nacional de Cuba por encarnar a un "arte burgués".)
 
Ella continúa "bailando por afuera" porque impone que tengan que ver todavía su figura, en fotos y en filmes, lo cual artísticamente, sí que es magnífico.
 
Ya en la entrada del Centre des Arts, el cartel que anunciaba la función reproducía tan sólo las piernas de Alicia Alonso, a las que reconocí enseguida, en una foto de los años cuarenta del pasado siglo. No se trataba siquiera de una imagen de Giselle, ni de una de las bailarinas que asumirían el rol protagónico, ese día y el siguiente, en el Teatro del Casino. ¿A quién había ido a ver bailar el público? Bueno, después de todo se trataba de un homenaje a la nonagenaria...
 
Antes de que se abriese el telón, en el vestíbulo del Centre des Arts, tres pantallas, más o menos simultáneas, ofrecían una edición de fotos célebres y pasajes de diversos filmes de varios de sus roles, donde todavía brilla (dicho sea) la perfección que poseyó, aunque sea en la imagen congelada y en la del movimiento apresado por la cámara.
 
La realización y su buen gusto fueron impecables. Alicia Alonso todavía "baila", pues. Ha encontrado el sucedáneo para ello, con homenajes como éstos, en los que su presencia icónica sustituye a la ley biológica, tan cacareada como solución para acabar la obra de la Revolución.
 
¿Y los bailarines, que son los que en verdad bailan y sudan, y pueden dar todo de sí?
 
Inútil pregunta.
 
Porque el Ballet Nacional de Cuba es su compañía, creada por ella y para ella. En 1959, se dio cuenta enseguida de cuál era el modo de eternizarse, incluso más allá del día en que no pudiera aparecer en un ballet como tal. Y, amén de su arte excepcional, debe reconocérsele la capacidad previsora para perpetuar su ego, gracias a una sagaz alianza política. Una capacidad aún más excepcional que su propio arte.
 
'Giselle'. (NANCY REYES)
 
Debo confesar que disfruté con intenso placer las imágenes de Alonso que se mostraban. La soberbia artista "estaba ahí", como el breve cuento de Augusto Monterroso. Y, aunque la artista en sí no será nunca un dinosaurio, es un caso quizás único de ego que se ha servido lo más posible de la política. Único, entre otras cosas, porque no ha sido en "nombre del pueblo", sino del Ballet Nacional de Cuba.
 
El escenario del Centre des Arts era pequeño, y todavía más el del Teatro del Casino. En consecuencia, los bailarines no pudieron desplegarse. Y, pese a que la versión coreográfica de Alicia Alonso de Giselle es aún una de las mejores que puedan verse (aunque tenga que quitarle cierto polvo, justo el credo estético que ha solido enarbolar respecto a los "clásicos del repertorio"), su posible riqueza palidece en esas condiciones algo precarias.
 
¿Y cuándo van a acabar de quitarle la capa de tul verde a los tutús de las Willis en el segundo acto? Insisten con obstinación en ello, lo que contradice el carácter "blanco" de este ballet romántico.
 
Pero, qué importa. Alicia Alonso ha continuado "bailando"… en el vestíbulo del Centre des Arts de Enghien-les-Bains.
 
Sólo dejará de hacerlo el día en que sus "padrinos" de la alianza ya no estén más. Mientras tanto, es la decadencia, ¿sin fin?. ¿O sólo doscientos años, como los que vivirá la ex-bailarina?
 
Ya lo dijo José Lezama Lima: "en realidad lo que ella baila es nuestra historia en relación con la historia universal".


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados