Celebrarán una misa en el Orgullo Gay de Valencia
La celebración del Orgullo Gay en Valencia tendrá fiesta, marcha, carrozas... y misa. El Col·lectiu Lamda de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales celebrarán, el próximo domingo, una Eucaristía del Orgullo en su sede de Valencia.
No es la primera, pero sí será más especial que el resto. Según el coordinador del grupo de Asuntos Religiosos de Lambda, Rafa Abat, mostrará "una iglesia de base real que no se esconde detrás de los prejuicios". Podrán comulgar a una semana para el Día del Orgullo.
La ceremonia, claro, no está reconocida por la jerarquía eclesiástica, que excluye a los homosexuales. El sacerdote que la oficia también ha sido expulsado por la Iglesia. "Está casado y, técnicamente, suspendido a divinis", precisa el responsable del grupo.
Ceremonia alternativa
La misa tampoco sigue las pautas convencionales, aunque no se aleja en exceso de ellas. Según Abat, es mucho más participativa: "Nos sentamos alrededor de una mesa, que sirve de altar, como se reunían las primeras comunidades cristianas".
En este regreso a los orígenes también se incluye el sacramento de la comunión. El pan (real, no las hostias convencionales) y el vino se consagran para convertirse en el cuerpo y la sangre de Cristo. Como en cualquier eucaristía cristiana.
Si no clandestinas, estas ceremonias son, cuanto menos, poco visibles. No en vano, carecen del amparo de la Iglesia, que en la práctica arrincona a homosexuales y lesbianas. Sin embargo, el domingo confían en contar con la presencia de numerosos grupos de cristianos de base.
'Abandonados' por la Iglesia
En realidad, las misas de Lambda representan el último reducto para los gays que no quieren renunciar a su identidad sexual ni a sus creencias religiosas. El grupo, que se constituyó hace 13 años, se reúne una vez por semana. Cada mes celebran una eucaristía.
Frente a los discursos homófobos de la Iglesia, Abat mantiene que "el amor de Dios es igual para todas las personas, sean cuales sean sus identidades". Asegura, de hecho, que existen estudios que incluso avalan la existencia de enlaces entre personas del mismo sexo en las primeras comunidades cristianas.
En su opinión, los fieles gays "se sienten abandonados por la Iglesia oficial". Abat maneja su propia teoría para explicar esta aversión : "Muchos de los sacerdotes son homosexuales, pero reprimidos".