Octavos de final un bloque contra Cristiano - Cuba Eterna

Octavos de final

Un bloque contra Cristiano

La 1 pierde una décima antes del decisivo España-Portugal

España debe imponer su juego colectivo ante un rival que no ha encajado ni un gol en la fase de grupos
Se prevé una fuerte tormenta durante el encuentro en Ciudad del Cabo

Hoy se enfrentan la mejor coral, España, frente al mejor solista, Cristiano Ronaldo, que no quiere decir el mejor jugador, en este caso Messi, pero más necesitado de un engranaje para ponerse en valor. Cristiano es capaz de no conectar con nadie, pero hacerlo consigo mismo, con el gol. [Previa: España-Portugal]

Esa dualidad, con matices, es el punto de partida del duelo que a partir de las 20.30 disputan Portugal y España en Ciudad del Cabo, en el moderno estadio Green Point, frente al islote de Robben Island donde estuvo preso Nelson Mandela. Diseño futurista y el pasado que es mejor no olvidar, para que nunca se repita, en el horizonte. También lo recuerda esta generación española, que antes de la Eurocopa se marchó del Mundial de Alemania precisamente en octavos. Francia no era ya la del 98, pero conservaba el pie incorrupto de Zidane en un bidón de formol. La diferencia con Cristiano es que el francés activaba a todos los demás y el portugués se activa a sí mismo. En su camino hacia la inmolación frente a Materazzi, Zidane dejó también fuera de combate a Portugal, en semifinales.

Era una selección híbrida, porque incorporaba aún miembros de la mejor hornada que ha tenido, como Figo o Rui Costa. Eso se acabó. Ahora está formada por buenos jugadores de equipo y una sola prima donna. Más que su solidez en defensa, habría que destacar la buena actitud defensiva en todo el campo. Carlos Queiroz ha optado en el Mundial por la fórmula de tres centrocampistas casi en línea por delante de la defensa, para los que ha utilizado a Tiago, Mendes, Meireles y hasta Pepe, porque Bruno Alves y Carvalho son fijos como centrales. El dibujo ha ofrecido seguridad, como prueba que Portugal no haya encajado ni un solo tanto en los tres partidos de la primera fase, en el grupo más duro. Pero al mismo tiempo, ha debilitado las conexiones y la frecuencia ofensivas. Sólo marcó a Corea del Norte, siete goles nada menos, aunque de un valor relativo. Queiroz tiene la alternativa de forzar la entrada de Dani o Deco, y de esa forma ocupar mejor los espacios, pero parece excesivo cambiar ante un choque de tanto calado.

Muy criticado, el técnico luso pasó el trago de la repesca para llegar a Sudáfrica y, en cambio, Portugal ha ofrecido una imagen distinta ya en el escenario principal, más sólida. Como si se hubiera liberado. También España tiene esas sensaciones tras su derrota contra Suiza y haber tenido que jugar la primera fase a contrapelo. Pasado ese rubicón, Del Bosque confesó ayer, por primera vez, que la inesperada derrota «produjo un gran trastorno y nos creó mucha angustia». Ahora, en su opinión, el equipo se encuentra perfecto en lo anímico y en condiciones físicas adecuadas, pese a las sensaciones que pudo ofrecer frente a la presión de Chile. Quizá, porque sin el control de la pelota, España no se reconoce.

Esas expectativas renovadas se palpan entre los futbolistas de la selección, ya desde la victoria contra el conjunto de Bielsa. Han recuperado el optimismo. Si hay un jugador en quien personalizar ese cambio, es Iniesta, una pieza fundamental, uno de los jugadores mágicos. Su activación es la mejor medicina para Xavi, su «socio». Como rivales, conocen bien a Cristiano, al que siempre ha frenado la marca Barça, y en concreto Piqué y Puyol, fuera como futbolista del Manchester o del Madrid. Si pueden hacerlo, habrán ganado medio partido y quizá uno entero en lo psicológico, el día del segundo cumpleaños de la Eurocopa.