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General: La noticia de la muerte de la Guillot en Argentina
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 14/07/2010 01:06

 

 
Olga Guillot
Murió la Reina del Bolero Leyenda de la música latina, la cantante cubana
radicada en Miami tenía 87 años.
Se casó cinco veces y ganó más de 30 discos de oro y platino.
  
La cantante cubana se exilio a comienzos de los años 60.
  
Reina del bolero. Amiga de Sandro. Enemiga de Fidel Castro. Partenaire de Edith Piaf. Madre soltera. Esposa cinco veces... En 87 años, Olga Guillot supo escribir con tanta intensidad su vida que, a la hora de su muerte, resulta difícil elegir por qué anzuelo empezar a contar. Ayer, en un hospital de Miami, la cantante cubana sufrió un infarto y pasó a ser leyenda de la música latina, título que justamente tres años atrás le había otorgado la Academia Latina de la Grabación, la productora de los Grammy latinos.

Fornida, extravagante, extrovertida y luchadora, la mujer de los labios carnosos y la voz ronca supo abrirse camino en la música casi de niña. Había nacido en Santiago de Cuba un 9 de octubre de 1922 y, mudada a La Habana, conformó junto a su hermana Ana Luisa el dúo Hermanitas Guillot.

Fue en 1938 cuando inició sus preparación musical con maestros como la soprano Hortensia Cohalla y el cantante Mariano Meléndez, gracias a los que llegó a integrar el cuarteto Siboney. Pese a la cantidad de datos que se contradicen, se cree que fue el pianista Facundo Rivero quien descubrió las posibilidades de Olga como solista y la hizo debutar en La Habana en 1945, en el Zombie Club. Un año después, grabó la versión en español de Stormy Weather, con la que alcanzó un éxito sin precedentes. Así fue como la Asociación de Críticos la seleccionó como la cancionera más destacada de Cuba, y la distinción le permitió aterrizar en Nueva York.

A esa altura era estrella internacional. En 1958 se despachó con una gira europea que incluyó actuaciones en Italia, España y Alemania. La perla del tour: una presentación en Francia junto a Edith Piaf.

Miénteme, Tú me acostumbraste, La noche de anoche, Contigo en la distancia o La gloria eres tú fueron algunos de los grandes clásicos que interpretó inconfundiblemente.

Dejó Cuba en los ‘60, luego de que la revolución liderada por Fidel Castro tomó control del país. Pasó por Venezuela y luego, ya instalada en México, consiguió imponerse como actriz y cantante. “Fidel me quitó mi casa y mi carrera de 18 años. Me llevaron presa tres veces. Y cuando mi hija tenía 18 meses, me dijeron Como sigas hablando mal de la revolución, no la ves más”, le contó a Clarín en una entrevista, en 2003. “Me maltrataron mucho (...) La patria duele”, repetía.

En 1963, la Academia de Artes John F. Kennedy de Hollywood le otorgó el premio Palmas de Oro como la Mejor Bolerista Latinoamericana. Perolejos de las cifras y la biografía obligada, una anécdota sobre sus fans, contada a Clarín, la pinta hoy visceral, desvergonzada y graciosa. Confesó que un seguidor le arrancó media cabellera. Pero que no los culpaba por la pasión: “Son efusivos, como yo. Una vez me caí de culo y me quedé sentada en el escenario. Pero salió mi temperamento y, antes de que el público comenzara a reírse, empecé a cantar desde el suelo con todas mis fuerzas”.

Con frondoso pasado amoroso, pasó por cinco matrimonios y tuvo a su hija Olga con el actor cubano Alberto Insúa. Despotricaba por la “nueva música”. Afirmaba que lo nuevo “no es tan nuevo”, porque “todo lo que se está cantando hoy es lo que hicieron Los Panchos, Guillot, Lucho Gatica, Pedro Vargas”.

Tuvo su propio ciclo de TV (El Show de Olga Guillot), actuó en casi veinte filmes, se animó a ser actriz de teatro, cantó con Frank Sinatra, ganó 20 discos de oro, 10 de platino y uno de diamante. Pero su amiga, la intérprete Vicky Roig, aseguró que “todo lo que ella quería era regresar a Cuba para cantar en Tropicana”. Sus acérrimos seguidores ayer llenaban la web de mensajes tristes. Y de protestas: “Se fue sin poder ver a Cuba libre”.


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 14/07/2010 01:22

 

EN ESPAÑA La razón

Muere Olga Guillot, la reina del bolero
La cantante cubana, autora de himnos como «Miénteme», falleció ayer a los 87 años
sin ver cumplido su sueño de poder regresar a una «Cuba libre»

 
Murió Olga Guillot, la reina del bolero
 
Si la versión más extrema del bolero es pasión sublime, desgarro y deseo incontenible hasta ese límite en el que el amor se confunde con la locura, su intérprete suprema era Olga Guillot. Nadie como ella cantó con una voz tan agresiva como desgarrada, al borde mismo del precipicio que tantea el suicida enamorado de un imposible, los boleros más bonitos. Ayer falleció, con 87 años, en Miami, donde vivía. La cantante caribeña, que nunca pudo volver a Cuba, volcó su amor hacia su isla perdida interpretando un repertorio de boleros que han quedado como hitos de la música amorosa hispana. Ahí está esa plegaria del amor ciego que es «Miénteme», que la convirtió en la Reina del bolero en todo el mundo: «Miénteme más, que me hace tu maldad feliz».

Como Celia Cruz
Los años 50 y 60 fueron sus dos décadas triunfales. Hasta que la entrada de los barbudos en La Habana le impidió volver a pisar la isla bonita, como a otra genial cubana, Celia Cruz. Otro de los grandes éxitos de Guillot fue «Bravo», el bolero más violento que nunca se haya escrito contra el amante traidor y al que sólo ella sabía imprimirle esa ambivalencia que igual encandilaba a la gente que  bailaba en una elegante boîte como servía para dar rienda suelta al deseo amoroso en un cuchitril gay, a media luz, cuando el amor que no osaba decir su nombre era clandestino: «Te odio tanto que yo misma me espanto de mi forma do odiar. Deseo que después que te mueras no haya para ti un lugar». Un himno del desamor que casi superó a «Soy lo prohibido», una de las canciones en español más aterciopeladas que nunca se han escrito: «Soy ese vicio de tu piel, que ya no puedes desprender. Soy lo prohibido. Soy esa noche de placer, la de la entrega sin papel». Otra canción sobre la traición y el desengaño que trata de salvar el sentimiento amoroso que hace posible sobrevivir a la traición en el imaginario del enamorado.

Ése era el registro enloquecido de una cantante temperamental que se gozaba en el sufrimiento y transmitía ese dolor en forma de amorosa comunión con su público. Ahí está para certificarlo la ranchera de Juan Gabriel «Se me olvidó otra vez», que Olga Guillot interpretaba con la resignada delectación de quien sabe que el amor es un ciclo que comienza y acaba en dolor: «Se me olvidaba que ya habíamos terminado, que nunca volverás, que nunca me quisiste, se me olvidó otra vez, que sólo yo te quise». En su repertorio también cabían momentos desquiciados de entrega amorosa, como «Me muero, me muero»: «Por cabalgar vientre con vientre igual que antes que el día nos encuentre en un abrazo de amantes».

Una carrera como actriz
Guillot obtuvo un disco de Diamante a la cantante que más discos ha vendido entre 1954-1960 y participó en 20 películas haciendo de ella misma. Si hubiera que recordarla por una canción, esa sería «Voy»:  «Voy a mojarme los labios con agua bendita para lavar los besos que una vez me diera tu boca maldita. Voy a ponerme en los ojos un hierro candente pues mil veces prefiero estar ciega que volver a verte». Ése fue su maravilloso legado: el bolero como pasión amorosa.


 
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