Una imagen desafiante
César Beltrán ha conseguido plasmar en sus obras un laberinto de ideas
donde pinta su historia personal, mezclándola con la angustia y la fuerza de sus propias vivencias
Por María Cristina Alarcón, Baltasar Santiago Martín,
El cubano César Beltrán tiene en sus manos de artista el instrumento prodigioso a través del cual canaliza sus rabias y logra morder la conciencia de otros con los audaces e inusuales símbolos creados y recreados por él.
César considera que su carné es la patria, y se ha atrevido a usar el arte de consignas como su arma, algo por lo que ha tenido que pagar un precio muy alto, ya que hasta ha sido víctima de atentados, pese a lo cual sigue paseándose por el mundo enarbolando su arte “subversivo”.
Como pocos, César tiene el don y la valentía de los grandes artistas, y ha conseguido plasmar en sus obras un laberinto de ideas donde pinta su historia personal, mezclándola con la angustia y la fuerza de sus propias vivencias.
Al igual que todos los cubanos, César creció bajo una carga política muy fuerte. De aquellos años, el artista recuerda su despego de todo lo que le rodeaba, lo cual era visto como un acto de rebeldía.
Obra de César Beltrán.
César nació en La Habana y se crió en el barrio de Santo Suárez. Se graduó en la prestigiosa Academia de San Alejandro, y continuó sus estudios en el Instituto Superior de Arte (ISA). Ya graduado, pasó a formar parte del grupo de diseñadores gráficos de la Casa de las Américas, y posteriormente trabajó en la revista cultural El caimán barbudo, donde comenzó a ser observado muy de cerca por las autoridades, que lo veían como un provocador y como un “diversionista ideológico”. El acoso lo obligó a buscar alternativas para salir del país, y logró escapar de Cuba vía México.
Al llegar a México se instaló en el Distrito Federal durante casi tres años. Le parecía increíble poder decidir qué hacer y adónde ir libremente, algo que lo conmovía profundamente, ya que le hacía recordar las tristes y tenebrosas imágenes que vio durante el puente marítimo del Mariel, cuando miles de personas fueron vejadas y golpeadas por el simple hecho de querer salir de Cuba.
En el año 2002 César se sumó a los numerosos artistas que estaban exponiendo sus obras en las galerías de Miami, particularmente en la Calle 8. Fue justamente en una galería de esta emblemática calle donde presentó su primera exposición, y tanto él como los dueños de la galería fueron amenazados de muerte y atacados violentamente por un grupo extremista del exilio histórico cubano, que vio en sus obras un acto de “provocación”, al mostrar imágenes del Ché, de Fidel y de otros personajes de la iconografía castrista.
Pese a la incomprensión inicial de ese minoritario pero poderoso sector del exilio cubano, César continuó desarrollando su “estilo” en Miami, ciudad de la que ya dice formar parte y extrañar cuando viaja a otros lugares.
De su obra más reciente, su cuadro Andrógino patriótico ha generado una corriente de opinión tan fuerte y controversial como la imagen misma.
A continuación, una entrevista realizada al artista:
Cubaencuentro: ¿A qué le teme un artista tan controversial como tú?
César Beltrán: A todo y a nada, o tal vez a la incertidumbre del día a día, o a la bella y complicada tarea de ver crecer a mi hija Amalia.
CE: ¿Cuál consideras que es tu mejor pintura?
CB: Tengo varias que me gustan mucho, y una de ellas es el Cubama, que lleva implícito un mensaje de fe y de esperanza en un líder natural que considero que puede hacer mucho para destrabar la política de los Estados Unidos hacia Cuba. Otra que me gusta también mucho es Andrógino Patriótico, obra que refleja el dolor y el desconcierto de todos los cubanos que no tenemos patria; esa necesidad de pertenencia a su terruño que sí pueden tener otros hombres y mujeres emigrados, pero que los cubanos no tenemos; vagamos por el mundo así, sin guía, por eso esta obra tiene implícito un mensaje para todos que nos hace reaccionar.
CE: ¿Qué nos puedes contar de tus inicios como artista?
CB: Mi trabajo en Cuba no fue muy prolífico, como algunos podrían pensar; más bien creo que estaba en una etapa de formación "contestataria", algo que se puede apreciar en la mayoría de mis trabajos.
CE: ¿Qué te queda por hacer?
CB: Volver a mi tierra y caminar por los lugares que amé, sin preocupaciones y sin angustias.
La edición francesa del libro La Ficción Fidel, de Zoé Valdés, destacada novelista y poeta cubana residente en París, cuenta con un diseño de César en su portada, reflejo del compromiso del artista con la causa de la libertad de Cuba.
César también sueña con volver a ver su viejo auto, y mientras espera, se dedica a mostrar la que pudiera ser su obra cumbre, el Cubama, y aunque lo dice bromeando, ya su mensaje ha llegado lejos: ser libre es su obsesión.
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Baltasar Santiago Martín es ingeniero estructural y tiene una maestría en Educación. En 1987 fundó en La Habana el Grupo ARAR (Arte y Arquitectura). Desde el 2000 reside en la ciudad de Hialeah, Florida. Tiene cuatro libros publicados: Amaos los unos a los otros, Editorial Betania, Madrid, 2006; Esperando el velorio, Editorial Alexandria Library, Miami, 2007; Calentando el bate, Editorial ZV Lunáticas, París 2008, y Una vida, un tren, Editorial Alexandria Library, Miami, 2010.
María Cristina Alarcón es egresada del Colegio Superior de Telecomunicaciones de Bogotá, Colombia, su país de origen. Ejerció el periodismo en Miami y ahora se dedica a escribir ficción. Terminó su primera novela, Detrás de aguas cristalinas, y prepara la segunda, La isla de las mariposas.
Fuente de información cubaencuentro.com