Michele Ugazzi
QUITO- Ecuador es un país que siempre ha estado influenciado por grupos de poder. Terratenientes conservadores en la sierra, liberales comerciantes en la costa; sea cual sea, ninguno ha tenido una tendencia política firme. En efecto, apoyan a la persona que está al mando, ya sea de derecha o de izquierda, con el solo fin de satisfacer sus intereses personales. Peor aún, durante las últimas décadas, las cabezas de gobierno han descuidado las guias para llevar al Ecuador a un continuo desarrollo y se han enfocado en una gestión populista para enriquecerse y fortalecer su imagen política.
Hoy, bajo el concepto de "Revolución Ciudadana", uno de estos grupos se ha tomado el poder de forma autoritaria. Ellos dicen ser de "izquierda" cuando en realidad son personas que controlan al Estado y se benefician del pueblo que cree en una patria mas socialista y justa a través de nuevos subsidios y bonos. Incluso al tener la mayoría en la Asamblea Constituyente, aprueban proyectos de ley sin oposición alguna, tal como lo sucedido hace unos días cuando la Policía Nacional y cierto grupo de las Fuerzas Armadas se vieron afectados por una nueva ley que supuestamente afectaría sus salarios.
Por tal motivo nació la insurgencia de los policías y algunos militares de las fuerzas aéreas (quienes bloquearon el aeropuerto de Quito) este pasado día jueves 30 de septiembre 2010, influenciados también por otros grupos de poder que los incitarion a reclamar por la vía del caos. Por más de un día las fuerzas del orden público, dejaron de asumir sus funciones, es decir proteger a la ciudadanía ecuatoriana, y por lo contrario manifestaron de manera violenta quemando llantas, interrumpiendo vías, y dejando a las principales ciudades del país abandonadas, donde la delincuencia aprovechó para asaltar gente, locales, bancos, y atentar contra la propiedad privada.
A todo esto se sumó una falta de comunicación y de información, ya que desde la mañana, el canal del Estado (ECTV) y otros medios públicos, se tomaron la señal del resto de canales ecuatorianos en una cadena "ininterrumpida e indefinida", truncando la libertad de expresión. La información estuvo manipulada por intereses políticos, populismo generalizado e información parcializada por más de horas.
Tristemente los únicos perjudicados fueron el resto de civiles ecuatorianos, totalmente desprotegidos, sin orden en las calles, y sin información transparente donde todas las personas puedan libremente expresar sus puntos de vista, pilares básicos de la democracia, pero a través del diálogo. Hoy por hoy existe descontento general por una falta de institucionalidad que no justifica las medidas tomadas por el legislativo, apoyado por un ejecutivo arrogante, sin apertura al diálogo y quien abrió las puertas a una violencia entre dos grupos armados: policías y militares.
Se rumoreaba de un posible golpe de estado, rumor que llegó hasta los oídos de la OEA la cual brindó su apoyo al presidente Rafael Correa. Sin embargo, esto sigue siendo una falta de comunicación en el país donde las fuerzas armadas se declararon desde un principio garantes de la democracia. ¿Populismo, señas de amarillismo? Es simplemente un capítulo más del llamado "Socialismo del Siglo XXI".
Categorías: Ecuador, América Latina, Opinión
Tags: motin ecuador, Rafael Correa
FUENTE AOL Inc
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