Ecuador , mi país, esmeralda del mundo incrustada en al aro equinoccial, tú consagras la alianza del hombre con la tierra, las telúricas bodas con la novia profunda de volcánicos senos y cuerpo de cereales, novia vestida siempre de domingo ...por el sol labrador, padre de las semillas. Quiero besar todo tu cuerpo verde,tus cabellos de selva, tu vientre de maíz y de caña de azúcar y reposar mi sien en tu pecho de flores. Me enseñaste las ciencias naturales del árbol dadivoso y el árbol curandero, de las aves que parlan, más pintadas que frutos, la nueva zoología de un mundo fabuloso y la historia de un pueblo que gime hasta en la danza disparando su anhelo hacia las nubes en cohetes de fiesta, fuego que se deshace en lágrimas azules. Tú me enseñaste a amar el universo y aceptar mi destino de habitante planetario, pastor de vicuñas fantasmas por ciudades extrañas donde nadie corre en auxilio de una estrella herida que se ahoga en un charco. Ecuador, tú me hiciste vegetal y telúrico, solidario de todo lo que vive, humilde cual vasija llena de sombra fértil. Soy desolado, abrupto como la cordillera, profundo como cueva de tesoros incaicos. En mi interior dormita un lago sobre un cráter Mi frente es un paisaje de páramo con lluvia, mi corazón un cacto sitibundo que pide una limosna de rocío. Ecuador, vuelvo a ti con vestido de prioste para danzar sobre tu seno verde, danzar hasta morir oyendo como late tu corazón antiguo de pimiento y adobe. Golpeo con la mano el arpa de siglos despertando a la música en su ataúd de polvo y al viejo dios del trueno. Dame tu bienvenida de rocío, tu gran abrazo verde !Oh madre coronada de hielo y colibríes! Señálame el camino de la mina perdida que guarda los profundos metales del origen. Dame tus planta mágicas, tus prodigiosos bálsamos y el talismán de piedra memorable donde el sol ha marcado sus signos protectores.