By ARTURO ARIAS-POLO
De las cantantes de su generación, Myriam Hernández es de las pocas que puede darse el lujo de ``desaparecer' del panorama sin que se olviden de ella. Basta con echarle una ojeada al video de Youtube para verla recibiendo la ovación de 18,000 personas en un concierto en Guayaquil, una de las escalas de la gira que viene haciendo desde hace un año por Sudamérica, República Dominicana y Estados Unidos, donde se presentó en el Madison Square Garden de Nueva York.
``Estoy tremendamente emocionada por hacer un concierto en Miami', expresó la cantante chilena mientras ultimaba detalles de su presentación del viernes en el teatro Fillmore de La Playa. ``Será una noche de mucha complicidad en la que cantaré nuevas canciones y aquéllas que la gente identifica', anunció.
Myriam viene dispuesta a pulsar la reacción de una audiencia que conoce de sobra por haber vivido en esta ciudad por espacio de 10 años. Para ello cuenta con el respaldo de un equipo de 25 personas, que incluye una banda de siete músicos y siete bailarines, y un programa donde figuran El hombre que yo amo y Huele a peligro, sus caballos de batalla, y ¿Dónde estará mi primavera?, su éxito más reciente, grabado a dúo con Marco Antonio Solís en un CD que pronto saldrá al mercado.
``Aún mantenemos nuestra casa de Pinecrest, pero mi esposo y yo decidimos trasladarnos a Chile para darle mayor estabilidad a nuestros hijos. Allá tienen sus abuelos, sus primos, sus raíces', dijo al referirse a Jorge Ignacio (15) y Myriam Isidora (13), fruto de su matrimonio con el productor Jorge Saint Jean, su manager.
Cuando la cantante decidió formar familia siempre tuvo claro que, al margen de los paréntesis impuestos por las giras y grabaciones, su vida transcurriría igual a la de una mujer común. De ahí que no tenga reparos en acompañar a sus hijos al colegio, revisar sus tareas y llevarlos a la pizzería cuando se les antoja. ``Tengo `un cable a tierra' muy potente que me permite desempeñar mis roles de madre, esposa, hija y dueña de casa sin ningún problema. Creo que ése es el mejor tesoro que puedo dejarle a mi familia', aseveró.
Entre otros temas relacionados con su prole, la intérprete comentó que su hijo canta muy bien y ya tiene su banda. Hecho que la llena de aprensión y la remite a la época de sus propios comienzos como artista infantil cuando su madre no veía tan claro su futuro.
Siempre al tanto de lo que ocurre en el ámbito musical de su país, la cantante elogió los últimos trabajos del grupo rockero Natalino y del cantante Américo, ídolos de la juventud poco conocidos en este mercado porque, entre otras razones que ella esgrime, ``Chile está al sur del mundo...'
Al comparar los años en que luchaba por hacerse de un nombre a nivel internacional con la situación por la que atraviesan las nuevas generaciones de músicos que no cuentan con el apoyo de un sello discográfico, Myriam reconoce que para nadie es un secreto que la industria está en crisis.
``Yo trato de mirarlo de la manera más positiva, pero lo cierto es que en estos momentos a ningún cantante le resulta fácil vender discos. Si antes había un sistema que permitía sacar seis canciones al año, ahora hay que hacerlo a través de la internet', comentó, no sin destacar que los conciertos siguen siendo una vía para mantenerse en contacto con el público.
``Espero que esta noche sea mágica. Nadie imagina la sensación que siento cuando la audiencia repite mis canciones', dijo al despedirse.