Es importante que tomemos conciencia de que todo lo que queremos atraer a nuestra vida es energía y que la energía debe ser compatible para que pueda fusionarse con otra. Nuestros pensamientos son energía, nuestras emociones son energía y esa energía vibra. Entonces, las vibraciones de aquello que quiero sumar como experiencia a mi vida debe ser compatible con mis vibraciones. Por eso es que lo que pienso y cómo me siento son ingredientes fundamentales en este proceso de crear nuestra realidad. Porque, finalmente, lo que atraeremos será la energía similar a lo que pensamos y sentimos. Si mi pensamiento está enfocado pero emocionalmente estoy perturbado, quizás atraeré algo similar a lo que pienso, pero seguramente manifestaré perturbación. Y quizás no lo pueda ver, ni disfrutar, ni podrás vivir esa experiencia en plenitud. Debemos hacernos conscientes de cuidar la energía que disponemos para crear. Todos tenemos suficiente energía para poder crear, transformar y cambiar lo que queramos. Y en esto no excluyo a ninguno de nosotros. ¡Todos lo tenemos! Eso es lo que nos hace hermanos e hijos de Dios. Tenemos el poder desde nuestro espíritu de recurrir a nuestra mente y nuestras emociones, usando esa energía para crear lo que nos proponemos. Pero ¿Por qué no ocurre? Porque la energía que necesito para crear me la gasté discutiendo, enojándome o quejándome. Cuando sintamos que no podemos seguir adelante, preguntémonos dónde hemos perdido la energía que necesitamos para ese momento. Y hagamos el compromiso de comenzar a estar más atentos a no desperdiciarla alimentando nuestros miedos, usandola para nuestra expansión, nuestra evolución. DEL LIBRO "ABUNDANCIA", VIVIR SIN MIEDOS
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