Lady Gaga se corona en Madrid como nueva 'reina del pop'
Dos horas de concierto
Por Carlos del Amo (Efe) | Madrid
Con tan sólo 24 años, indiscutiblemente, Lady Gaga se ha convertido en uno de los iconos de este joven siglo XXI y este domingo ha demostrado en Madrid que es la reina de la teatralidad y principal representante de ese 'electropop' que ella califica de "monstruoso" con el que deslumbra a medio mundo desde hace dos años.
El madrileño Palacio de los Deportes recibía a reventar a su nueva diosa, venida de un Olimpo 'freak' o monstruoso que ella misma ha ido creando desde la aparición en 2008 de su primer álbum 'The fame' y que ha coronado con temas de éxito como 'Just dance', 'Pokerface' o 'Alejandro'.
La nota negativa, que fuera se quedaban cientos de personas sin poder entrar, porque la organización había detectado la venta fraudulenta de entradas falsas.
Los porteros del Palacio de Deportes, principales afectados por la gran aglomeración de publico, que obligó a que la policía tuviera que intervenir, hablaban de 4.000 entradas, pero un portavoz de la promotora (Livenation) confirmaba que unas 300 y recordaba que nunca se deben comprar localidades en lugares no oficiales.
Volviendo a lo que realmente importa, Stefani Joanne Angelina Germanotta, conocida como Lady Gaga, con 15 millones de álbumes vendidos, a los que hay que sumar 40 millones de sencillos, no defraudaba a su público durante las dos horas de concierto.
Y es que esta neoyorquina, cantante, compositora, productora, bailarina y pianista, como heredara confesa de la auténtica 'reina del pop', Madonna, es una maestra del disfraz, la trasgresión, la provocación, la imagen y, en resumidas cuentas, el espectáculo, y una parlanchina empedernida, porque una buena parte de las dos horas las dedica a hablar, contar, gritar, susurrar y charlar con su público.
"Olvidad a todos aquellos que os digan que no sois lo suficientemente valientes o buenos, cuando salgais de aquí quiero que os améis a vosotros mismos más de lo que me amais a mi". "Jesús ama a todo el mundo. Hay mucha gente confusa, como yo, sobre si eres varias personas o sobre tu orientacion sexual, pero estoy segura de que amas a todo el mundo.
Tampoco estaria de mas que enseñaras los dientes... Enseñame los dientes!" grita Gaga para enloquecer al público al que llama durante toda la noche "mis pequeños monstruos".
Lo que también quiso dejar claro Gaga es que ama Madrid. La cantante recordó anoche la primera vez que visitó la capital para ofrecer un concierto en "un club gay". "Era muy pequeño para unas 400 personas y se quedó mucha gente fuera. Así que le pregunté al dueño del garito hasta qué hora se podía actuar y cuando me dijo que toda la noche, volví a repetir el show para la gente que se había quedado fuera y fue un momento jodidamente especial, por eso llevo a Madrid en el alma y esta noche lo volvería a hacer sin pensarlo", afirmó sentada al piano.
Reina del 'freak' y del exceso
Defensora a ultranza de los inadaptados y la diferencia, Lady Gaga llegaba a Madrid, tras pasar por Barcelona y Lisboa, con su segunda gira mundial, 'The Monster Ball Tour', y era recibida por un público entregado y que la esperaba desde hacía horas, algunos hasta habían hecho noche en las puertas del edificio.
Para empezar y tras una introducción visual, Lady Gaga elegía 'Dance in the Dark', el primer tema de un repertorio en el que no han faltado 'Glitter and grease', 'Just dance', 'The fame', 'Telephone', 'Alejandro', 'Pokerface', 'Paparazzi' y 'Bad romance', estas cuatro últimas elegidas como broche final del espectáculo.
En boca de todos estaba eso de que "la Gaga canta de verdad" y es que la mayoría se acercaba al Palacio de Deportes con la duda de si la nueva diva era de esas que disimulan la falta de voz con mucha parafernalia, pero comprobaban in situ que la neoyorquina cantar, canta.
Veinte bailarines y músicos la arropaban en escena, y eso sí, por lo menos 20 veces se cambiaba de vestuario y no dudaba en disfrazarse de 'dominatrix' encuerada en negro y morado, de monja vestida de blanco y plástico transparente a modo de muñeca hinchable con los pezones cubiertos con tiritas, de madrastra de Blancanieves, de hada de las nieves tipo carnaval de Tenerife, de heroína atacada por un gran monstruo, de mujer galáctica cristalizada y hasta se enfundaba en la bandera de España.
En cuanto a los escenarios, un poco de todo, eso sí, demasiada proyección visual que cortaba el ritmo del concierto. Para empezar un paraje urbano con luces de neón y un gran coche averiado, por el que pasaba el 'Gaga Express' y recogía a la diva; un bosque petrificado al más puro estilo Tim Burton, en el que incluso, para el tema 'Alejandro', una gran fuente coronada por un ángel terminaba chorreando sangre, y para terminar con 'Bad romance' en una especie de nave espacial.
Lo cierto es que la reina del 'freak' y el exceso ha dado lo que su público esperaba, una buena dosis de espectáculo.
Los mayores fans de la cantante han soportado
largas colas desde horas antes del incio del concierto para ser los primeros de la fila.