Cuba, dilema católico
EL CARDENAL de Cuba, Jaime Ortega Alamino, pronuncia una homilía durante una misa el pasado 1ro. de enero en la Catedral de La Habana.
El 10 de enero el Papa emitió un mensaje " a las autoridades de Cuba... para que el diálogo... con la Iglesia se refuerce y amplíe'.
POR GUILLERMO DESCALZI
Radio Paz, monseñor Wenski y el cardenal Ortega. ¿Habrá relación entre estos? Un reportaje de noticias 41 echa luz sobre el asunto. El primer día útil de este año, lunes 3, Radio Paz despidió a 17 miembros de su personal. Quedaron solo seis.
Hay dos explicaciones. Una la da la nueva administración de Radio Paz, dirigida por el sacerdote Roberto Cid, vicario de la parroquia de Corpus Cristi. La versión oficial es que tenían que hacer recortes presupuestarios y lo lograrán con programación enlatada que vendrá de Radio Vaticano, Radio Católica Mundial, y EWTN, una emisora católica de Birmingham, Alabama. La otra versión salió de empleados que hablaron con Nara Roza, reportera de América TV. Monseñor Thomas Wensky, arzobispo de Miami, estuvo en La Habana con el cardenal Ortega y Alamino. El cardenal se habría quejado a Wensky de la postura anticastrista de Radio Paz como un obs-táculo a la reconciliación entre las comunidades de allá y de acá.
Un comunicado de la conferencia episcopal de Cuba pide por la salud de Fidel Castro. El 10 de enero el Papa emitió este mensaje: ``Quiero dirigir unas palabras de ánimo a las autoridades de Cuba... para que el diálogo que felizmente se ha instaurado con la Iglesia se refuerce y amplíe todavía más'. Lo que está sucediendo es un misterio misterioso, lo cual es una redundancia, pero se necesita más que una simple redundancia para explicar la sorpresa que causa esto en muchos en vista de que el cardenal Ortega y Alamino parece haberse convertido en una especie de apologista del régimen de los Castro. El cardenal despidió el 2010 diciendo que ``La cesación laboral de muchos será un proceso de readaptación'. Terminó diciendo que ``Yo diría que hay un poquito de expectativa'.
¿Readaptación? ¿Un poquito de expectativa? ¿Qué es lo que dicen estas palabras? Me dicen a mí que el cardenal se ve como pastor en el cambio que el castrismo ofrece, o quizás hasta como pastor del cambio. Es un cambio que ofrece el castrismo en busca de su propia salvación, la salvación del castrismo. Ojalá me equivoque y el cardenal vea su papel como el de simple pastor de su iglesia en medio del cambio. Sus acciones y palabras apuntan a otro lado. El cardenal dice que ``hay un giro' en el gobierno, que ``es en sí mismo positivo'. Parece decir que lo que viene en Cuba será bueno, o algo bueno. Es inescapable la inferencia de que el gobierno que promueve algo bueno algo de bueno debe tener.
La Habana ha iniciado el despido del 10% de su fuerza laboral. Insinúa que irá a trabajar en el ``sector privado'. ¿Dónde está el sector privado? ¿No es ese otro misterio misterioso? Pretende que el exilio subvencione con sus envíos la creación de empleos privados para ese 10%, 500 mil desempleados de inmediato, forzados a la calle por el gobierno.
Mientras el cardenal contemporiza con Raúl, la ultraizquierda denuncia los cambios y califica a Raúl de capitalista explotador. ¿Qué pasa? Pasa que en una movida totalmente nihilista el régimen ha trastocado los papeles en la isla y lo que viene es como uno de esos misterios profundos que la fe exige aceptar. El régimen ha elegido al cardenal para canalizar el descontento popular ante el cambio que impone para salvarse. El papel del cardenal va muy a tono con las bienaventuranzas que los evangelios proclaman para los sufridos en la tierra. Se espera el sufrimiento, de aquí a abril, de medio millón que perderá sus puestos, de 500 a 800 mil más después del recorte inicial, y hasta 50% de la fuerza laboral antes de que pase mucho. El régimen preparó al cardenal para su papel conciliador cuando lo escogió como co-libertador de presos de la primavera negra. Lo que ocurre en la isla me recuerda el dicho ``del agua mansa líbreme Dios, que de la brava me libro yo'. El cardenal Ortega y Alamino está para apaciguar el agua mansa. Del agua brava, la del izquierdismo radical de la isla, se ocupará el régimen. Así se lavan las manos, y las lava en parte el cardenal.
¿Cristo lavándoles los pies a sus apóstoles? Querrán compararlos pero sería una blasfemia. ¿Por qué habrá el cardenal aceptado el papel que la cúpula le ha adjudicado? Misterio misterioso. Al seleccionar al cardenal para el papel que le toca, el régimen ha tenido en cuenta que de paso así neutralizará a la jerarquía católica. Para muestra allí están el mensaje del Papa y las aparentes acciones de apoyo de monseñor Wensky al cardenal Ortega. A monseñor Wensky le toca un acto de cuerda floja sobre las 90 millas que separan a Cuba del exilio. Tras volver de la isla su comentario fue: ``En Cuba se consiguen cosas de manera callada... Se requiere muchísima paciencia. Miami, por otra parte, siempre ha sido un lugar muy volátil'. ¿Cómo manejará monseñor Wensky la aparente cooperación cardenalicia con el régimen fidelista de la isla? A juzgar por lo ocurrido en Radio Paz, el monseñor de aquí estaría cooperando a su vez con el cardenal de allá, calmando las aguas entre los fieles del exilio. Monseñor Wensky y el cardenal Ortega saben bien que la fidelidad a Dios demanda verdad y que la verdad salva pero también quema. A ambos les toca un delicado acto sobre la cuerda floja. No hay que temer. Al fin de cuentas la iglesia no se quemará ni en la isla ni aquí, porque la verdad que Dios demanda siempre acaba triunfante en su iglesia. Los seres humanos son otra cosa. Arderá Troya si hacen malabarismo con su verdad.