Heteroflexibles: los nuevos bisexuales
Ellos aseguran ser heterosexuales comunes y corrientes, digamos “del montón”, y -de hecho- todo parece apuntar a ello: tienen esposas, hijos, compromisos económicos con el colegio de los nenes… Sin embargo, la historia es otra tras bastidores.
Ocasionalmente, sin que sus parejas lo sepan, tienen relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. Nada de ataduras emocionales, nada de “obligaciones de pareja”, nada de reclamos. Sólo quieren tener aventuras sin compromisos.
Se trata de los heteroflexibles, un término acuñado por psicólogos y sociólogos para definir a aquellos heterosexuales que intentan conservar su identidad sexual, pero que están abiertos a los placeres homosexuales cuando las circunstancias lo permiten.
Fantasías privadas
Según explican los sexólogos, las prácticas homosexuales de los heteroflexibles son casuales y se dan dentro del clóset, por lo que suelen llevar una doble vida. No obstante, ellos niegan rotundamente ser gays reprimidos o bisexuales no declarados/disfrazados.
Y es que aunque la heteroflexibilidad podría visualizarse como un grado de bisexualidad, o al menos un camino previo a ella -o la misma homosexualidad-, los expertos no necesariamente lo entienden así.
No es de extrañar, entonces, que algunas personas -confundidas con la etiqueta de heteroflexible- han optado por llamarlos “heterosexuales con licencia”.
“Ellos no se catalogan ‘homosexuales’. La heteroflexibilidad es una inclinación y no una necesidad de que tiene que acostarse con alguien de su mismo sexo, como sucede con el homosexual”, subraya la sexóloga Alicia Fernández.
“Es como una curiosidad, que suele darse cuando hay alcohol y fiesta. Ellos piensan ‘estamos en un ambiente de juerga o de vacilón, así que déjame tirarme al lado de allá”, precisa la especialista, quien labora en la Clínica de Sexualidad Humana.
Sin duda, como señala la propia sexóloga, atrás quedaron las clasificaciones que se limitaban a heterosexual, homosexual y bisexual. Hoy día, estas categorías son menos rígidas, más flexibles de hecho, abriéndose no sólo al término ‘heteroflexibilidad’, sino a otros que comienzan a escucharse: bicuriosidad, homoflexibilidad, etcétera.
“El ser humano evoluciona, por lo que se van asumiendo nuevos papeles en el campo de la sexualidad. Surgen otros tipos de relaciones, de categorías, de significados”, reconoce la Dra. Fernández.
Diferente a los bi
Como se planteara anteriormente, los heteroflexibles niegan a toda costa ser bisexuales. Al sólo tener relaciones esporádicas con personas de su mismo sexo, muchos se consideran más bien heterosexuales con urgencias homosexuales.
En este sentido, la sexóloga Fernández aclara que “el bisexual desea a ambos sexos por igual y sus relaciones no son furtivas ni de clóset”.
“Se presupone que a partir de este rango (bisexual), el individuo se puede enamorar de alguien del mismo sexo, por lo que la fidelidad sí juega un papel importante en cualquier relación que sostenga. Los heteroflexibles, por su parte, no acostumbran a enamorarse ni ser fieles”, indica la doctora.
La experta en sexualidad humana recalca que la mayoría porcentual de los heteroflexibles son varones, aunque acepta que esta variación sexual podría verse en féminas.
Nada nuevo bajo el sol
Si bien pareciera ser una moda liberal del siglo XXI, la realidad es que ya para el 1948, el psicólogo estadounidense Alfred Kinsey había descrito las manifestaciones heteroflexibles.
Lo hizo en su libro Comportamiento sexual del hombre y, aunque no le asignó una categoría como tal, sí habló de “grados” de la práctica.
Fue en el año 2000 cuando la también estadounidense Laurie Essig, socióloga de profesión, acuñó el término como tal, describiéndolo como “la más nueva permutación de la identidad sexual”, según apunta la Dra. Fernández.
“En términos más sencillos, ella indica que el heteroflexible es un individuo que tiene o intenta tener un estilo de vida con un apego sexual y emocional hacia alguien del sexo opuesto, pero que está abierto a encuentros sexuales e incluso a relaciones con alguien del mismo sexo”, resume la sexóloga.
Al preguntársele si la heteroflexibilidad es una inclinación saludable, la especialista responde que cada caso es particular, por lo que no conviene hacer generalizaciones al respecto.
“Yo siempre he dicho que tu práctica sexual va a ser tan saludable en tanto y en cuanto que no te ocasione daño ni a ti ni a las personas involucradas”, puntualiza Fernández.