¿Más grande o más lejos?
El anuncio de que la celebración por el Día de la Lucha contra la Homofobia se realizará este año en el teatro más grande de la capital cubana, el Karl Marx, ha provocado opiniones controvertidas.
La celebración del Día de la Lucha contra la Homofobia hasta el pasado año tuvo por sede el céntrico Pabellón Cuba, situado en La Rampa, esa sección de la calle 23, en el mismo corazón de La Habana moderna. Mientras los espectáculos artísticos vinculados a la celebración se realizaban en teatros más pequeños, pero muy céntricos y visibles, como el Astral, el América y hasta en el dilapidado teatro Fausto, sito en el Paseo del Prado.
La razón argüida por los organizadores para alejar los espectáculos de las zonas céntricas de la ciudad es que el Karl Marx tiene casi cinco mil butacas y así todos los que quieran podrán asistir al ya tradicional show de travestís, que cantan y bailan en escena, pues en ocasiones anteriores la mayoría se quedaba fuera de la sala y para entrar era necesaria una invitación.
Resulta además que estas jornadas se celebran los 17 de mayo, pero la fecha coincide con el día en que la oficialista asociación de los campesinos cubanos (ANAP) conmemora la Ley de la Reforma agraria y celebra el Día del campesinado. La coincidencia de ambas celebraciones que aparentemente molesta a algunos en el gobierno, que piensan que la supuesta fiesta del campesinado está siendo opacada con tantas pelucas, lentejuelas, pailletes, tacones y rímel.
Habrá que esperar a la celebración del anunciado VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) para saber qué dirección tomarán los acontecimientos: si prevalecerá la línea “permisiva” o veremos un regreso a tiempos menos tolerantes con los gays, que hoy ya reclaman más visibilidad real.
No obstante, vale la pena precisar que en Cuba no es consentida ninguna agrupación LGTB, ni organización alguna alejada de los intereses gubernamentales, la propaganda oficial, ni del organismo que auspicia toda ésta supuesta “movida gay” cubana. Toda actividad LGTB que no sea regida y “parametrada” por el CENESEX (el llamado Centro de Educación Sexual que dirige Mariela Castro, la hija del Dictador), no tiene derecho a realizarse.