Compañeros e hinchada de un equipo brasileño de voleibol
arropan a un jugador gay que recibió insultos homófobos
Ejemplar reacción la del Vôlei Futuro, equipo de la superliga de voleibol brasileña. Uno de sus jugadores, Michael Santos, es gay, y en un partido disputado en la cancha del Cruzeiro, un equipo rival, los aficionados empezaron a dedicarle insultos homófobicos. Gritos de “¡Bicha! ¡Bicha! ¡Bicha!” (término despectivo equivalente a “maricón”) resonaban en el pabellón cada vez que Santos ponía en juego el balón. El incidente ha desencadenado la solidaridad hacia Santos por parte de sus compañeros y de su propia hinchada y ha supuesto, además, una multa para el Cruzeiro.
En el siguiente partido, ya en casa, el equipo del Vôlei Futuro decidió saltar a la cancha ataviado con unas camisetas de color rosa y el nombre de Michael Santos, como gesto de apoyo a su compañero. El líbero (jugador que viste una camiseta distinta al del resto de equipo) se adornó, por su parte, con los colores del arco iris. También la hinchada quiso mostrar su solidaridad con el jugador, desplegando una gigantesca pancarta que rezaba “Vôlei Futuro contra los prejuicios” y agitando bates decorados en rosa con el nombre del jugador.
La reacción de los tribunales deportivos brasileños ha sido también ejemplar: el Cruzeiro tendrá que pagar una multa equivalente a unos 30.000 dólares por la actuación de sus hinchas.
Si algo demuestra el ataque a Michael Santos es que basta con el conocimiento o la sospecha de que alguien es homosexual para desatar el acoso homofóbico. Santos, abiertamente gay en su entorno personal, nunca había querido hacer de su orientación sexual el centro de la atención ni lo había comentado en los medios. “Soy gay. Todo el mundo lo sabe. Mi equipo lo respeta totalmente. llevo diez años jugando y todo el mundo me ha tratado bien. No siento la necesidad de hacer saber a todo el mundo mi sexualidad”, ha declarado…