Iván García | La Habana
En 52 años de revolución, los cubanos se han habituado a asistir a marchas, desfiles y actos. No siempre de una manera espontánea. Los pertenecientes a las brigadas de respuesta rápida -tropas de choque paramilitares- son citados para realizar mítines de repudio y linchamientos verbales contra los opositores, en particular contra las Damas de Blanco.
Dos semanas después del desfile militar en la Plaza de la Revolución, el 16 de abril, los habaneros vuelven a ser movilizados. Esta vez a las 7.30 de la mañana, por el Día Internacional de los Trabajadores, desde hace más de un siglo conmemorado en el mundo, Cuba incluida.
Antes de 1959, los desfiles eran combativos y se enarbolaban consignas propias de la efemérides, o sea, demandas obreras y sindicales. Ahora, al existir una sola central de trabajadores y los sindicatos haberse convertidos en apéndice de administraciones y núcleos del partido comunista, el único permitido, la celebración del Primero de Mayo tiene un claro y definido matiz político.
Baste leer la convocatoria oficial: "El desfile proletario será expresión de la unidad de todo el pueblo y de su voluntad de contribuir a desarrollar la actualización del modelo económico cubano tras los estratégicos acuerdos del VI Congreso del Partido y para establecer el compromiso de apoyar y participar activa y conscientemente en las transformaciones que demanda ese proceso para garantizar la continuidad del socialismo y la preservación de la independencia y la soberanía nacionales".
El costo de la vida ha aumentado ferozmente en el país, pero quienes desfilen en La Habana y el resto de las provincias, no podrán quejarse. Tampoco podrán gritar o levantar carteles pidiendo aumentos salariales o reclamando una serie de medidas en favor del empleo por cuenta propia. No. Entre otras consignas políticas, deberán pedir la liberación de los cinco espías cubanos condenados a largas penas en prisiones estadounidenses y que Washington ponga fin al embargo comercial, vigente desde 1962.
Pese a la cercanía con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo, ni pensar que un Primero de Mayo a alguien en la isla se le ocurra pedir libre circulación de la información o Internet para todos.
En Cuba se puede desfilar. Siempre y cuando se haga a la hora y día convocado por el gobierno, el partido o el ministerio del interior. En este acápite están prohibidas las iniciativas privadas.
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