Continuará el bloqueo a la información en Cuba
LA HABANA, Cuba, agosto 2011
En los lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista, ninguno se refiere a las limitaciones a la internet, la televisión satelital y todas las oportunidades que brinda las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
En Cuba, hasta diciembre del pasado año, existían 724 000 computadoras, 64 por cada mil habitantes, la mayoría instaladas en establecimientos del Estado. De ellas, sólo el 60% están conectadas a Internet. De una población de 11, 2 millones de habitantes, sólo 1,8 millones cubanos fueron usuarios de internet.
La conectividad a Internet en Cuba es la más baja del hemisferio occidental y el gobierno cubano utiliza el embargo norteamericano como excusa para negar a los cubanos el derecho a conectarse a la red.
Parecía que con el tendido del cable de fibra óptica entre Venezuela y Cuba, con un costo de 70 millones de dólares y una capacidad de 3 000 gigabytes, la población cubana tendría una mayor posibilidad de conexión a internet con banda ancha, una mejor calidad en los enlaces y acceso más seguro a una mayor velocidad.
En torno a este asunto ronda un gran secretismo, pero como las viejas paredes de los edificios del gobierno tienen muchas grietas, algunos indiscretos han escuchado que en julio ya el cable era operativo, pero estaba sometido al traslado y ajuste de los canales y la discusión con los proveedores. A finales de octubre iniciará sus servicios normales a los usuarios a quienes el Estado les quiera conceder el derecho de conectarse.
Con la actual política de conexión selectiva a internet, dicho cable estará subutilizado y la amortización de tan costosa inversión, no se corresponderá con lo previsto por los inversionistas.
Los medios oficiales guardan un total mutismo al respecto. El Ministro de Informática y Comunicaciones, general de brigada Medardo Díaz Toledo, en su comparecencia ante la Comisión de Atención a los Servicios de la Asamblea Nacional del Poder Popular, no hizo ninguna referencia sobre la entrada en servicio del nuevo cable de fibra óptica.
Algo similar ocurrió con el viceministro Boris Moreno en la información que brindó a los integrantes de la Comisión de Relaciones Internacionales del máximo órgano legislativo. Moreno aclaró que por una decisión política, el nuevo cable de fibra óptica no debe asumirse como una apertura de internet a la población en general. Dijo que su expansión, por el momento está dirigida solamente hacia los centros laborales e investigativos, escuelas y hospitales, la administración y los servicios. Advirtió que el derecho de la población a conectarse dependerá de los recursos que se dispongan, con los que por el momento el gobierno no cuenta.