Nuevo suicidio de un adolescente gay tras sufrir acoso homófobo, ahora en Canadá
Mientras los homófobos campan a sus anchas… la tragedia no cesa.
Apenas unos días después del suicidio del joven Jamey Rodemeyer en California, Jamie Hubley, un adolescente canadiense de 15 años abiertamente gay, se ha quitado también la vida en Ottawa. El acoso y la sensación de soledad le llevaron a la depresión, y finalmente al sucidio.
“Estoy muy cansado de la vida. Es tan duro… Lo siento, ya no lo puedo soportar“, escribía Hubley en su blog el 14 de octubre, el mismo día en que se quitó la vida. “No quiero esperar todavía tres años, es demasiado doloroso. ¿Cómo sabes ni siquiera si de verdad esto mejora? No es así“, expresaba, desesperado. Un frase que sugiere que Hubley conocía bien la campaña “It Gets Better” (“Mejora”) contra el suicidio de adolescentes LGTB. Una campaña que en este caso parece no haber sido suficiente: Hubley sufría una fuerte depresión, por la que al parecer visitaba a un psicólogo y recibía tratamiento farmacológico. “No me pasa nada especial, estoy deprimido. Ojalá pudiera ser feliz. Lo intento, lo intento, lo intento… Solo quiere sentirme especial para alguien“, escribió. “Odio ser el único tío abiertamente gay en mi instituto“, había escrito previamente.
En su último post Hubley dio muestras de estar firmemente decidido a suicidarse. Dio las gracias a asu familia y amigos, hizo una última lista de sus cantantes favoritos (Adele, Katy Perry, Jessie James y Cristina Aguilera) y finalmente lanzó un “but to the people who didn’t like me (many) a big fuck you“. “A las personas a las que yo no les gustaba (muchos): que os jodan bien jodidos“, podríamos traducir…
“Llega uno y te llama maricón. Luego otro, y otro…”
Tanto los mensajes que después de su muerte sus amigos han dejado en Facebook y Twitter como los propios comentarios de Hubley indican que había sufrido acoso homófobo. “Ser abierto (en referencia a su visibilidad) no ayuda nada“, había escrito antes de empezar el curso. “Llega uno y te llama maricón. Luego otro, y otro, y otro. Puedo quejarme, pero les importa una mierda. Vuelven tras su expulsión (un día libre en casa, sin escuela y pasándoselo bien) y siguen llamándome maricón. No estoy preparado.
Un niño de 14 años se suicida en N.Y.,tras ser acosado