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General: NOCHE MALA Y NAVINÁ EN LOS HOGARES CUBANOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2011 16:34
 
Noche mala y naviná
 
CubaNet NoticiasPor Frank Correa,Desde La Habana Cuba
-Entre los malos recuerdos que guardarán muchos cubanos  de este 2011,  se contará sin dudas  haber sido testigos de las peores fiestas de  Navidad de  los últimos tiempos.
 
Aunque  esta vez  aparecían en las esquinas los carretilleros parqueados con sus artefactos fabricados con los más increíbles recursos vendiendo sus productos,  y la carne de puerco no faltaba,  la alegría fue la gran ausente los días 24 y 25 de diciembre.
 
No fue solo la falta de dinero, ni los precios cada vez más altos de los alimentos básicos lo que desmotivó al pueblo en estas  fiestas navideñas. Nuestra tristeza es ya existencial; la felicidad se ha marchado de las casas de los cubanos; es el peso de la familia destruida, separada lo que se sentía en las tristes felicitaciones y los augurios de un 2012 mejor, que por puro  hábito se trasmitían unos a otros.
 
La esperanza, que en lugar de ser lo último que se pierde, según el proverbio, parece ser lo último que llegará para los más de 11 millones de cubanos que este año se sentaron a la mesa ante un plato medio vacío, que saborearon con  sufrimiento  y nostalgia de  familiares y amigos perdidos  por tantas leyes injustas y una economía inválida.
 
Dania y Andrés,  un matrimonio que reside en avenida 51, en Marianao,  históricamente  festejaban la Noche Buena y la Navidad  reunidos con su numerosa familia hasta el amanecer,  con mucha música y bullicio, pero esta vez cerraron la casa y se fueron a dormir antes de la doce. Y la falta de música no fue porque tuvieran el equipo de música roto. No había dinero, porque a Andrés no le pagan su miserable salario hasta el día 29, y además perdieron  al  hijo mayor en el estrecho de Florida hace unos meses, cuando intentaba abandonar el país en una balsa rústica.
 
Marta, de 56 años y trabajadora de la fábrica del vidrio de La Lisa,  a las doce de la noche rompió a llorar  de tal manera que tuvieron que llevarla al policlínico a inyectarla. Tiene al esposo preso y   sus  tres  hijos que viven en la provincia Granma la llamaron por teléfono para decirle que este año no tenían dinero ni siquiera para el pasaje del viaje a La Habana.
 
Yamilé, recién graduada  de la Escuela Nacional de Arte,  tras  mucho esfuerzo logró comida y bebida para dar lo que pensó sería una buena fiesta  de Navidad. Varios de los invitados se emborracharon y la fiesta terminó en una trifulca,  le  rompieron el televisor y varios adornos, además le robaron dinero y unas prendas que guardaba en el escaparate del cuarto.
 
Las calles de la ciudad a medianoche, al llegar la Navidad, estaban vacías, oscuras, casi todas las casas cerradas y apagadas. La amargura  y  la decepción fueron los verdaderos platos fuertes en esta Noche Buena y  las Navidades, que en tiempos mejores fueron las más importantes celebraciones tradicionales de los   cubanos. Claro  preludio de lo que serán las fiestas de fin de año y año nuevo para este pueblo, cansado ya de andar por tan  largo y tortuoso camino sin salida.
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 28/12/2011 15:36
 
Noche buena sin lechón
Una calle de La Habana el 24 de diembre del 2011
 
CubaNet NoticiasPor Gladys Linares / Desde Cuba
-“Mi hijo me trajo una pierna de puerco desde Pinar del Río, y voy a dividirla en dos, un pedacito para el 24 y otro para el 31”, decía un hombre mientras compraba un mazo de lechuga a un vendedor ambulante.
 
El puerco asado es un plato tradicional, que nunca faltaba en la cena tradicional cubana de Nochebuena. Pero debido al encarecimiento de dicha carne en estos días, muchas familias lo han sustituido por pollo.
 
Los dulces caseros no han podido acompañar la cena debido a la escasez de frutas y lo caro del azúcar, y los clásicos turrones y golosinas importados de España principalmente en la era pre revolucionaria, son desconocidos por muchos jóvenes y niños, pues no se importaron durante décadas y hoy solo se venden en divisa a precios que no están al alcance del pueblo.
 
Las amas de casa hacen malabares para poner la mesa ese día. “Tengo guardados los frijoles negros de la bodega (diez onzas), porque en los mercados estatales no se ven, o muchas veces haces la cola y no alcanzas”, comentó una anciana mientras esperaba su turno en la CADECA, para cambiar una pequeña remesa que le envió un familiar desde Miami.
 
Este año, por la libreta de racionamiento vendieron ocho onzas de picadillo de soya, lo cual hizo exclamar a una señora: “Con picadillo de soya o con pollo, vamos a celebrar la Nochebuena. Esa costumbre no se puede perder, porque si nos dejamos quitar nuevamente el 24, luego nos quitan el 31.” Lo cierto es que el característico olor a  cerdo asado proveniente de las cocinas habaneras, que siempre se percibía por las calles, aun en los peores tiempos, se sintió poco este pasado 24 de diciembre.
 
La mayoría de las calles permanecieron desiertas y oscuras en Nochebuena. Pocos portales se veían iluminados. Mientras tanto, ni la televisión, ni la radio ni los periódicos hicieron alusión a la fecha, como tampoco se vendieron tarjetas de Navidad. No obstante, algunos, desde sus celulares, enviaron mensajes de texto para felicitar a sus amigos y familiares.
 
 


 
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