Carmen Sevilla lucha contra el mal del olvido,podría tener Alzheimer Pese a todo ella quiere volver a trabajar
Recogió el premio Estrella de la Prensa en 2004
POR BEATRIZ CORTÁZAR / madrid Son muchos quienes se preguntan desde hace tiempo dónde está Carmen Sevilla y por qué ya no se la ve en televisión o en galas del mundo del espectáculo, donde solía ser un rostro fijo. Desde que en diciembre de 2010 dejó el espacio «Cine de barrio», de TVE, donde hoy figura Concha Velasco, Carmen apenas aparece en los medios de comunicación. La respuesta es la que ya se rumoreó al finalizar su trabajo en la pequeña pantalla: su memoria se va perdiendo poco a poco.
Su retirada en 2010 hizo presagiar que algo ocurría. Carmen Sevilla dejó su amado Cine de Barrio y se retiró de la vida pública tras conocerse la desafortunada noticia de que podría padecer Alzheimer. Ahora este rumor cobra fuerza después de que sus amigos más íntimos decidieran contar que Carmen está perdiendo la memoria "poco a poco". El próximo octubre, uno de los rostros más bellos del cine español cumplirá 82 años. Sevillana de nacimiento, Carmen vive hoy tranquila en su casa de Madrid, próxima a Rosales, en compañía de sus dos cuidadoras y sus tres caniches, que son su pasión. Aunque la discreción reine entre su gente, se comenta en círculos muy íntimos que la actriz podría tener alzhéimer, la misma enfermedad que padeció su madre, por la que vivió sus últimos años en una residencia. Para Carmen, el final de su madre fue muy triste, y a eso no ayudó su compañera de profesión Sara Montiel, cuando la acusó públicamente de no atenderla personalmente. Fue un golpe muy bajo y sucio al que Carmen nunca quiso responder.
«Carmen tiene días, pero, en general, está mucho mejor que hace un año y medio», cuenta uno de sus amigos más cercanos. Otra amiga comenta que acude a la consulta del doctor Anciones, de ahí su mejoría. «Hace una vida tranquila y lo que más echa de menos es trabajar», añade. Su día a día es el normal para una persona de su edad. «El problema de Carmen es que siempre ha sido muy perezosa en todo, y por eso la animamos a que salga a pasear, porque se suele quejar de las piernas. Pero esto es de toda la vida, no de ahora». Es su fiel Moncho Ferrer, con quien le unen décadas de amistad y trabajo, el que algunas tardes la lleva a tomar café para pasear por la zona, al igual que su leal Angelines, su ayudante de siempre, con la que esta Semana Santa viajó a Marbella para estar junto al Cristo que regaló a un iglesia.
La más generosa
El círculo más estrecho de la actriz lo integran amigos como la diseñadora Marilí Coll; el director del Museo de Cera, Gonzalo Presa; la bailarina María Rosa; Moncho Ferrer; el pintor americano Tom Cowsert; Luis Méndez y los restauradores Lucio y José Luis. Y de sus compañeras, a la que única que trata de cuando en cuando es a Marujita Díaz, con quien ha celebrado alguno de sus cumpleaños. Todos coinciden en señalar que la actriz es una mujer sumamente generosa a la que le encanta salir a comer o cenar. Sus aniversarios en el restaurante Zalacaín con todos sus íntimos son antológicos, así como los regalos que suele hacerles.
«Además de su diseñadora durante los años que ha estado en “Cine de barrio”, soy una gran amiga. Es una mujer adorable, simpática, divertida y cariñosa. La otra tarde me sorprendió mucho porque me llamó para decirme que me había visto en el programa de María Teresa Campos, donde presenté mi colección de verano. Dijo que le gustó la ropa y que me quedaba muy bien el peinado. Carmen es genial», cuenta Marilí Coll, quien añade que la anciana actriz suele repetirles que «mi gran ilusión es volver a trabajar».
Los domingos es el día que pasa con su hijo Augusto, su nuera y sus dos nietos. El resto del tiempo permanece en su casa, donde la visitan muy a menudo su sobrina, su hermano y sus amigos, y donde suele estar tumbada en el sofá viendo la tele. «Se levanta tarde porque siempre ha sido muy perezosa y luego le encanta ver la tele. Eso sí, a los amigos nos pide que la saquemos a cenar porque dice que le damos vida», comenta otro de sus íntimos. Su suerte es que su situación económica es bastante buena y que está en manos expertas. La pena es que hoy los famosos despistes de Carmen Sevilla ya no forman parte del show televisivo, sino de la cruda realidad.