Gandhi y otras cosas
Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. Él respondió así:
La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.
La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente se enoja, si yo estoy enojado; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
*La vida es como un espejo:
*Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
*El que quiera ser amado, que ame”.
* No compliques las cosas, es asi de simple:
*Extrañas ? LLAMA !!
*Quieres ver a alguien? INVITA !!
*Quieres que te comprendan ? EXPLICA DE NUEVO !!
*Tienes duda ? PREGUNTA !!
*No te gusta algo? DESECHALO !!
*Te gusta algo ? CUIDALO !!
*Tienes metas ? Cumplelas!!
*Estar VIVO no es lo mismo que vivir!
*Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
*El Amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el ser humano.
*El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado.
*Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos.
*La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia."
*La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores.
*Vive más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir.
¿Gandhi era gay?
Great Soul, la polémica biografía de Gandhi, ha sido condenada en India,
donde el homosexualismo era delito hasta hace algunos años.
Gandhi en 1906 y la portada del libro. Imagen bajada de New York Times
Gandhi siempre ha sido noticia, pero vuelve a la palestra mediática con mucha fuerza, debido a las declaraciones de un nuevo libro recientemente aparecido en los Estados Unidos de Norte América titulado "Great Soul". Es una nueva biografía sobre Gandhi, escrito por el ganador del Pulitzer, Joseph Lelyveld, quien fue antiguo editor ejecutivo del “New York Times” y que sin mas ni mas afirmó que Mahatma Gandhi era homosexual. Dicha afirmación extractada del libro en cuestión, apareció en el diario “Wall Street Journal” y se tornó en escándalo, sobre todo en la India. El autor del libro se basa para afirmar esto, en diversas cartas donde Gandhi le escribe al hombre, del que supuestamente estaba enamorado, que era un guapísimo arquitecto alemán-judío, fisioterapeuta y culturista, llamado Hermann Kallenbach. Gandhi le escribe a Kallenbach diciéndole: «cómo has tomado completamente posesión de mi cuerpo”. En otra carta Gandhi le dice al alemán: "Siempre estás en mi mente".
La escandalosa biografía del Premio Pulitzer, Joseph Lelyveld, sugiere que el gran líder espiritual de India tuvo un romance con un alemán cuando vivió en Suráfrica. Basado en sus cartas, también lo muestra como racista y cruel con sus allegados.
Ahora que el género de la biografía está en auge, la moda es replantear las verdades aceptadas como dogmas sobre los grandes personajes. Entre las celebridades que son blanco de tal revisionismo está el Mahatma Gandhi, el líder espiritual que llevó a India a la independencia de Gran Bretaña en 1947, con su movimiento de la no violencia.
Muchos lo ven como un semidiós, otros guardan la arena que pisó como una reliquia y sus biografías se han equiparado a las hagiografías, o vidas de los santos.
Ese halo divino se enfrenta hoy a las picantes revelaciones de Joseph Lelyveld, ex editor del New York Times y ganador del Premio Pulitzer, en su nueva biografía, Great Soul: Mahatma Gandhi and his Struggle with India, que expone su afectuosa relación con un judío alemán que conoció cuando vivía en Suráfrica, a comienzos del siglo XX. Aunque el autor aduce que el término “bisexualidad” no aparece en su libro, y que no ha afirmado que esta relación fuera homosexual, todos los comentaristas han sembrado la duda.
El libro, que ha hecho rasgarse las vestiduras a los pudorosos indios, está basado en las cartas de Gandhi e insinúa que él habría dejado a su esposa Kasturba por Hermann Kallenbach, un fisicoculturista y arquitecto con quien vivió durante dos años. “Cómo has tomado completa posesión de mi cuerpo. Esto es esclavitud con venganza”, le escribe. También remarca que se han dado “más amor y mucho más amor un amor que el mundo nunca ha visto”.
Pero a nada se le ha puesto más malicia que a las líneas en las que el Mahatma le dice a Kallenbach que el algodón y la vaselina se lo recuerdan todo el tiempo. Para algunos, esto se refiere a sus frecuentes enemas rectales, pero otros aseguran que alude a sus relaciones sexuales.
Gandhi, además, le promete al alemán no volver a mirar a ninguna mujer con lujuria y le asegura: “No puedo imaginar una cosa más fea que el coito entre un hombre y una mujer”.
Estas citas le han echado leña a la afirmación de que Gandhi era gay, y muchos no explican de otra manera el que también le diga a Kallenbach que conserva su retrato frente a su cama. Los amigos se separaron en 1914, a raíz de la Gran Guerra, pero se siguieron enviando cartas, en las que Gandhi le manifestaba sus deseos sin fin y calificaba a su esposa como “la mujer más venenosa que he conocido”.
La biografía menciona otras costumbres sexuales de Gandhi ventiladas ya en otras obras recientes, como que dormía con jovencitas desnudas para probar su castidad, entre ellas su sobrina nieta Manu. Una vez, le dijo a una mujer al respecto: “A pesar de mis esfuerzos, el órgano permanecía excitado. Fue una experiencia extraña y vergonzosa”.
El libro no sólo ha sido condenado por los temas eróticos en India, donde el homosexualismo era delito hasta hace dos años, sino por los apartes que lo muestran como racista, clasista, cruel y torpe políticamente.
En Suráfrica, por ejemplo, se mostró discriminatorio con los kaffir, la población negra del país, cuando él y los seguidores de su movimiento pacifista fueron detenidos: “Podemos entender que no nos clasificaran como blancos, pero ponernos en el mismo nivel de los negros fue demasiado. Los kaffirs son, por regla, incivilizados Son problemáticos, muy sucios y viven como animales”. También escribe: “Nosotros (los indios), creemos tanto en la pureza de las razas como ellos (los blancos de Suráfrica)”.
Gandhi apoyó acabar con la inferioridad de los intocables, la casta más baja de India. No obstante, dice el libro, organizó el Gran Ayuno de 1932 para impedir que tuvieran asiento en el Parlamento cuando el país se independizara, y decía que el hecho de que su inferioridad fuese abolida no significaba que las demás castas fueran a sentarse con ellos a la mesa.
Aunque fue adalid de la bondad, la biografía registra gestos contrarios. Una vez, mandó a Manu a un paraje donde se habían cometido asaltos sexuales. Cuando volvió, llorando y asustada, él rió socarronamente y le espetó: “Si algún rufián te hubiera raptado y hubieras encontrado la muerte con valentía, mi corazón habría danzado de alegría”.
Gandhi predicaba la negación del ego, pero el texto cuenta que fue un gran promotor de sí mismo. Tenía que aprobar todo lo que la prensa publicaba sobre él y compró íntegra la edición de una biografía suya, para asegurarse de que la leyera mucha gente y conducir a una redición.
Tushar Gandhi, nieto del líder, le dijo a The Hindu que censurar el libro sería nocivo para la democracia, y agregó: “¿Qué importa si el Mahatma era heterosexual, gay o bisexual? Siempre será el hombre que llevó a India a la libertad”.
La verdad es que tales afirmaciones de amor en las cartas de Gandhi hacia un hombre, son poco motivo para tildarlo tan apresuradamente de Gay. Para ser completamente Gay se necesitan más elementos.
Muchos hombres aman a seres de su mismo sexo sin ser completamente Gay, es más, pueden llegar hasta tener relaciones íntimas, sin serlo. Hay hombres y mujeres que no les atrae su mismo sexo, sino a una persona en particular que quieren y a veces llegan tener con ese ser un acercamiento sexual, no por razones de género sino por puro amor. Hay hombres que se han acostado con su mejor amigo porque lo aman y son incapaces de tener sexo con otros hombres. Aman es a su amigo, no al hombre como elemento sexual.
El que Gandhi hubiera sido Gay, no tiene nada de malo, ni es de extrañar, ya que él era un líder declarado de la “no-violencia” y qué mejor prueba de “no violencia”, que no ir contra los hombres y amarlos. Al pasearnos por la historia universal y las noticias más recientes, nos damos cuenta que entre los seres existentes en el mundo, los que más pelean y se matan unos contra otros son los hombres. Sería justicia que se amaran los hombres o ¿acaso no hay mayor pecado en el mundo que los hombres se maten unos contra otro? Y si esto moralmente es condenable, verosímilmente, tiene que ser aceptable lo contrario, que los hombres se amen.
Gandhi hizo voto de castidad con su esposa Kasturbay y si fue así, tal vez lo haya hecho con todos los demás seres y es posible que tuviera su idilio con el alemán, ya que Gandhi tenía un corazón muy grande capaz de amar a todo el mundo, pero de allí a que tuvieran sexo, deduciéndolo por unas declaraciones afectivas en unas cartas, es darle mucho vuelo al asunto.
De cualquier manera esta cuestión de la noticia de “Gandhi Gay”, resulta inesperada y de cierta forma induce a la reflexión sobre el amor que se deberían de tener los hombres, y que de una vez por todas dejen tanta división, ataques, condenas, competencias y se amen en vez de odiarse. Tal vez Gandhi y Hermann se conviertan en un ícono mundial del amor entre los hombres, sin que esto tenga que asociarse a sexo o a la reafirmación de una orientación sexual determinada.