¿La cerveza engorda?
Cerveza cubana Hatuey
Existe la creencia popular de que la cerveza es la principal responsable de esos kilos de más en la zona abdominal. ¿Mito o verdad?
Sobre el ‘pan líquido’ , como se denominó a la cerveza en sus orígenes, se han tejido muchos mitos. Entre ellos, se destaca el que más preocupa a los consumidores –tanto hombres como mujeres–, y que tiene que ver con la famosa ‘barriga cervecera’: esa masa abdominal que muchas personas atribuyen al consumo de esta bebida milenaria.
Sin embargo, universidades e institutos de investigación como el Centro Internacional para la Salud y la Sociedad del University College de Londres; el Instituto de Medicina Experimental y Clínica en Praga, y el Colegio Oficial de Médicos de Asturias, entre otros, han comprobado que el consumo moderado de este fermentado no implica un aumento ni del peso ni de la masa corporal.
Profundizando en el trasfondo teórico, la explicación está en la premisa universal de la que depende el efecto de la cerveza sobre el consumidor: el sobrepeso y la obesidad son una acumulación producto de ingerir más calorías de las que el cuerpo necesita.
Las calorías que contienen las bebidas y alimentos son las encargadas de brindar el aporte energético que necesita el cuerpo para desarrollar sus funciones, un cálculo que varía de acuerdo con el género, la edad y la actividad física que desarrolla cada persona.
Un consumo mayor al necesario es el principal causante de la acumulación de grasa y masa abdominal.
En el caso de la cerveza, el aporte calórico por botella se encuentra entre 90 k/cal y 140 k/cal, dependiendo de la marca –una menor cantidad respecto a bebidas gaseosas–. Este proviene de los azúcares residuales no fermentados y del alcohol, que es el mayor contribuyente de calorías.
Es así como un consumo controlado de cerveza puede no tener consecuencias apreciables en la masa corporal de una persona. Sin embargo, si se hace en exceso –y se tiene como acompañamiento otros alimentos con alto poder calórico como grasas y harinas– los efectos se notarán rápidamente.
En Colombia y en otros países como Argentina y Estados Unidos, la cerveza se acompaña tradicionalmente con comidas grasas y es por esto que se asocia a la tradicional ‘barriga cervecera’ . Sin embargo, países como España incluyen las bebidas fermentadas, como cerveza, vino y sidra, dentro de la dieta mediterránea, que se conforma a partir de la pirámide de alimentación saludable.