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General: Olímpiadas de Londres 2012 y el derrumbe del nuevo hombre cubano
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 09/08/2012 13:06
Londres, el derrumbe del hombre nuevo
El rotundo fracaso de Cuba en los Juegos Olímpicos de Londres 2012
no sólo constituye la más clara demostración de la decadencia de un sistema político sino de cómo el país de los Castro sobrevivió, durante más de 30 años, gracias al auxilio de la desaparecida Unión Soviética
 

Por Roberto Giusti
El rotundo fracaso de Cuba en los Juegos Olímpicos de Londres no sólo constituye la más clara demostración de la decadencia de un sistema político sino de cómo el país de los Castro sobrevivió, durante más de 30 años, gracias al auxilio de la desaparecida Unión Soviética. Una perogrullada podría pensar el menos avisado de los lectores porque hoy todos sabemos que el cubano era un modelo parasitario, medio alimentado por uno de los dos grandes contendores de la Guerra Fría, con una población sometida a la escasez crónica, a la tarjeta de racionamiento y a una estrechez que se manifestaba en todos los órdenes de la vida cotidiana.
Cierto. Pero debemos agregar que un rasgo del denominado socialismo real era compensar ese empobrecedor nivel de vida, con resonantes triunfos deportivos que darían cuenta de la fortaleza del hombre nuevo, más rápido, más preciso, más agresivo, mejor desarrollado y concentrado en el cultivo de sus potencialidades físicas y por tanto mentales, que los representantes de la degenerada civilización capitalista. Y si esa superioridad se manifestaba en el orden deportivo, por extensión debía extenderse a los otros ámbitos de la actividad humana.
 
Así, las Olimpíadas no eran unos juegos entre países para fomentar la concordia y sustituir la guerra por la competencia, sino una lucha política de honda raigambre ideológica, con marcado acento propagandístico que, en el fondo, tapaba la verdadera realidad de unas sociedades en las cuales los atletas, mimados por los privilegios de toda clase, debían retribuir en metales, dorados mejor, la inversión que se hacía en ellos. Todo en medio de una brutal exigencia que, a veces, llegaba al doping.
 
Hoy Cuba no vive de la URSS, sino de Venezuela y de las 31 medallas de Barcelona 92 (con 8 de oro) descendió al pobrísimo desempeño de Londres 2012, con magra cosecha, hasta ahora, de 5 preseas, sólo dos de oro. Y no se diga la colonia nutricia, Venezuela, que, con sus entrenadores antillanos y presupuestos mil millonarios, ha logrado una medalla de oro, producto del esfuerzo individual del esgrimista (radicado en Polonia) Rubén Limardo. Mientras, Colombia, aún pesando el influjo del malhadado Álvaro Uribe, lleva 4 medallas, ninguna dorada, pero señal de una política integral que permite aciertos notables en 4 diferentes modalidades.
 
Ciertamente el deporte puede servir de termómetro al progreso de una sociedad y eso es inevitable. Pero a estas alturas, cuando la China capitalista parece imponerse en Londres, está visto que la competencia no es entre sistemas, sino entre países que, con todas las taras y dificultades, hace rato se liberaron del falso dilema y se han globalizado (a pesar de sus diferencias) en torno a una sola forma de organizarse en sociedad.


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