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De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 12/08/2012 14:31 |
Morir dos veces
La reina del bolero,en vida alzo su voz muy en alto contra la dictadura de los hermanos Castro.
Por Camilo Ernesto Olivera Peidro
Durante décadas, el destino de los cubanos que abandonaban el país pareció ser el de morir dos veces. Primeramente, cuando sus familiares veían elevarse el avión que les transportaba con rumbo norte. Después, la segunda podía ser la inevitable muerte biológica.
Este destino fue compartido por muchos, sin distinción. Pero las figuras con un prestigio ganado en el medio artístico han sufrido con mayor intensidad esa doble muerte.
Era 1980, en plena crisis del Mariel, momento en que la TV nacional ponía al aire, en vivo, una versión de la novela “Rojo y Negro”, de Sthendal. A las ocho y treinta, previo a la salida del capítulo correspondiente, una locutora anunció la sustitución del actor Evelio Taillacq, por Frank González, en el papel protagónico. El comunicado concluía con una frase leída de manera enfática por la locutora: Que se vaya la escoria. Modo eufemístico de notificar la salida del país de ese popular actor y condena a la primera de sus dos muertes.
El Instituto Cubano de Arte y Cinematografía (ICAIC), tampoco escapó a este modo de censura y asesinato político de la memoria. Durante varios años no se exhibió en la isla el filme “Guarda fronteras”(1980), el cual era protagonizado por varios de los animadores del entonces muy popular programa televisivo “Para Bailar”. La supresión de la película comenzó a raíz del frustrado intento de salida en una lancha, con rumbo norte, de uno de ellos, el carismático Salvador Blanco.
Durante la segunda mitad de los años ochenta, del pasado siglo, fue muy popular en Cuba “Contacto”, un espacio televisivo que conducía la locutora y animadora Hilda Rabilero.
El programa se caracterizaba por combinar las entrevistas a figuras de la cultura o el deporte locales, con presentaciones de agrupaciones musicales. En cierta ocasión, Hilda invitó al set del espacio a su mamá, la recordada actriz Eloísa Álvarez Guedes. Durante el dialogo, Eloísa se refirió a la familia y en especial a sus hermanos. Entonces Hilda le preguntó cuál de éstos era para ella el más querido y recordado.
Eloísa quedó pensativa por unos segundos y dudó en responder, luego preguntó si de veras podía decirlo. El brillo de la añoranza estaba en sus ojos. Por un instante, ambas olvidaron que estaban en un estudio de tv, en medio de un programa en vivo, que era seguido por casi todo el país. Hilda le habló a Eloísa con una sonrisa cómplice y le indicó que podía decir lo que quisiera, pero esta última decidió no hacerlo. El más querido para ella, pero innombrable, entre los hermanos Álvarez Guedes, era Guillermo.
En ese momento habían pasado casi treinta años desde que los dos se vieron por última vez. Eloísa permaneció en Cuba hasta el fin de sus días, y fue querida y respetada por todos. Guillermo Álvarez Guedes no soportó a la dictadura castrista, que convirtió cada bar de esquina en un convento con victrolas apagadas, mientras el futuro de su firma de discos “Gema” se trocaba en una oscura incógnita. Se estableció en Miami, a inicios de los sesenta, y es hoy día respetado y venerado como uno de los grandes comediantes de habla hispana. Su nombre no puede ser mencionado en los medios de difusión de la Isla. Sin embargo, su recuerdo pervive en los cassetes y los discos que, por generaciones, han pasado de mano en mano entre las dos orillas.
Muchos nombres han pasado a formar parte de las listas negras en los medios de difusión cubanos. Y en varios casos sigue siendo así: Raúl Gómez, Annia Linares, Mirtha Medina, Donato Poveda, Arturo Sandoval, Vicente Rojas, Tanya Rodríguez,Martha Strada, Maggie Carles, Celia Cruz, Olga Guillot, Paquito D’Rivera, Luisa María Güell,Meme Solis, más un muy largo etcétera. Para algunos, el “rescate” llegó después de su segunda y definitiva muerte, como en el caso de La Lupe, cuyas grabaciones han sido difundidas en la isla después de su fallecimiento, en 1992. Otros no han tenido ni siquiera esa suerte.
Muchas cintas de músicos y cantantes fueron borradas de los archivos en Cuba, cuando éstos emigraron. El genocidio cultural ha sido letra corriente a través de reglamentaciones para las emisoras de radio y televisión, orientadas desde el Departamento Ideológico del Comité Central del PCC.
En los últimos tiempos, algunos “hijos pródigos” han vuelto de visita a Cuba, desde el “más allá”. Es notable el reciente regreso de la valiosa cantante Xiomara Laugart, de quien muchos en la isla no supieron nada durante años, y que, sin embargo, fue fundadora, en Nueva York, junto a Descemer Bueno, otro “hijo prodigo”, de la interesante agrupación “Yerba Buena”.
La agonizante necesidad de dinero duro y fresco que hoy exhibe sin recato la corrupta cúpula gobernante, ha convertido a los antiguos “gusanos” en “mariposas” y a los “traidores” de antaño en “trae dólares”.
Ahora se habla de una posible derogación de las prohibiciones a cantantes y músicos cubanos exiliados, tanto en la radio como en la televisión. Ojalá sea cierto. Pero en cualquier caso, el daño está hecho. Demasiados murieron ya dos veces, víctimas de la censura.
Luisa Maria Guell y Celia Cruz
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La Habana levanta el veto a artistas disidentes Desconfianza, sorpresa y optimismo en Miami
tras la 'apertura musical' de Cuba
Celia Cruz, Bebo Valdés y Gloria Estefan.
Para algunos es una maniobra demagógica
o un engaño más de La Habana
El próximo levantamiento de la censura a la presentación de los cantantes cubanos exiliados en las emisoras radiales de la isla ha sido acogido con una mezcla de desconfianza y optimismo en Miami. "Es bueno que lo permitan. Es un reconocimiento a su trabajo, popularidad y una constatación de que son populares", dijo a ELMUNDO.es, Eduardo Fernández, un musicólogo de Miami que sigue de cerca el fenómeno del 'intercambio cultural', como se conoce popularmente a la ,cada vez mayor, presentación de artistas residentes en Cuba en los escenarios de la capital del exilio cubano. Este intercambio siempre estuvo desequilibrado. El Gobierno de Estados Unidos siempre dio más permisos a escritores, músicos, académicos e intelectuales estadounidenses para que viajaran a la isla, que los que el Gobierno cubano concedió a los suyos. Por ello, en Miami hay quien ve con desconfianza el próximo fin de la 'lista negra' de cantantes del exilio en las estaciones de radio cubanas. "Mire, a ellos [el Gobierno cubano] no les quedó otra que hacer esto. La presión de la gente es muy grande. Hay toda una generación que no le importa la política y quiere escuchar lo que le gusta. Y ellos tienen que entretenerlos porque, si no, se van a ir", agregó Manuel Elizardo, un exiliado cubano de 70 años, que se confiesa un "acérrimo contrarrevolucionario", pero admite abiertamente que "estos son otros tiempos". 'Tienen que dejarles ir a Cuba' Los hay más radicales. Como Miguel Saavedra, el líder de 'Vigilia Mambisa', una organización callejera, que se ha hecho famoso por destruir discos y casetes de películas de cantantes y actores que residen en Cuba, cuando viajan a Miami. El año 2010, Saavedra adquirió notoriedad cuando alquiló una aplanadora y destrozó en pleno corazón de la Pequeña Habana unos 20 discos del cantante colombiano Juanes, cuando este hizo un concierto en la Plaza de la Revolución, en La Habana. "Nosotros no aceptamos esto de ninguna manera. Pasar a nuestros cantantes en la radio no es lo importante. Lo que tienen que hacer es dejar es que ellos vayan personalmente a Cuba a cantar al pueblo. Pero el Gobierno no los deja porque sabe que aquello se les puede virar a los gritos de 'libertad'", dijo Saavedra a ELMUNDO.es. 'Se han dado cuenta de que es inútil' De momento no se sabe cuando los artistas del exilio comenzaran a ser escuchados en las emisoras de la isla. De hecho, el Gobierno no ha admitido nada oficialmente. Apenas empleados de las estaciones han confirmado a periodistas extranjeros en La Habana que la 'lista negra' ha desaparecido. Una lista que, en una época llegó a incluir al cantante español Julio Iglesias, cuando en los años 80, este se solidarizó con los refugiados cubanos que llegaron en el puente marítimo del Mariel. "El fin de la prohibición en Cuba de radiar las obras de autores contrarios al régimen tiene, al menos, dos aspectos que merecen destacarse. Uno, cotidiano, que tiene que ver con la supresión de la 'lista negra', que nunca fue oficial sino oficiosa y es el final de ciertos niveles deplorables de censura cultural", comentó a ELMUNDO.es el analista cubanoamericano, Alejandro Armengol. El otro aspecto, en su opinión, "es que el Gobierno cubano finalmente se ha dado cuenta de que son mecanismos inútiles y contraproducentes en un mundo cada vez más globalizado, donde es fácil hacer rodar grabaciones de todo el mundo". "Ahora, es el final de una veda que no hay que confundir con la desaparición de la censura porque, si hay un terreno donde Miami y La Habana han manifestado actitudes similares, aunque en direcciones opuestas, es en la intolerancia artística", agregó el analista. Respuesta al 'intercambio cultural' Entre los que recelan de la decisión del Gobierno comunista, hay quien piensa que es una forma de responder al impacto que tiene dentro de la comunidad exiliada la, cada vez mayor, presentación de artistas residentes en Cuba en los escenarios de la capital del exilio cubano. Se trata de un movimiento creciente, no exento de controversia, al que se conoce popularmente como 'intercambio cultural', una frase sacada del lenguaje político de la administración de Barack Obama que ha estado concediendo visados a artistas de Cuba para que se presenten en Estados Unidos, casi siempre haciéndose de la vista gorda cuanto a los requisitos migratorios de pagar impuestos por los ingresos en taquilla. Es así como en Estados Unidos han actuado cantantes con connotación y trayectoria política como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, o otros no tan 'politizados', como Carlos Varela, Paulito FG, la banda los Aldeanos y Omara Portuondo. Esto sin obviar toda una legión de escritores, actores, pintores y escultores que, en los últimos años, han tenido la oportunidad de viajar a Estados Unidos, ya sea por trabajo o como simples visitantes. No ha sido un movimiento visto con simpatía por muchos en el exilio. Casi siempre, sus actuaciones son acogidas por un sector del exilio con manifestaciones de rechazo que llevan, incluso, a gestos públicos de destrucción de discos, libros y boicot de las presentaciones. Uno de los grandes argumentos de los que se oponen a estas visitas, actuaciones y presentaciones, es que el régimen de La Habana nunca ha autorizado que los cantantes, actores, escritores e intelectuales exiliados puedan cantar, actuar o ser publicados en la isla. Inflexibles durante décadas En los últimos años, los escritores han sido una excepción. A poco y poco el régimen ha dado ciertas señales de apertura hacia el exilio, que comenzó con los escritores y actores, a quienes se ha comenzado, tímidamente, a imprimir en publicaciones oficiales o se les ha permitido viajar a Cuba para participar en proyectos junto a sus colegas de la isla. Faltaban los músicos. Posiblemente porque un cantante es siempre más popular que un actor o un escritor, el régimen siempre tuvo reticencias en relación a permitir que los exiliados fueran escuchados en las emisoras cubanas, todas bajo control estatal. Mucho menos actuar en vivo. La explicación era siempre la misma, sea porque se fueron de la isla, desertaron durante una gira o, sencillamente, tuvieron manifestaciones públicas contra la Revolución Cubana. Fue una política inflexible durante décadas que, sin embargo, no impidió que su arte llegara a la isla clandestinamente en el fondo de las maletas de los exiliados que viajan continuamente, o divulgada a través de rústicas grabaciones hechas por aquellos que escuchan las emisoras de radio del sur de Florida. Fue así, como cantantes como Gloria Estefan, Willy Chirino o las fallecidas Olga Guillot y Celia Cruz, se hicieron populares en la isla durante generaciones.
La Grande de Cuba Olga Guillot con el canta autor Meme Solis
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Reacciones a la medida
Por Paquito D'Rivera Músico y compositor
“Gracias mil compañero dictador, por tan generosamente permitir que se toque de nuevo mi música en la radio de (lo que queda de) mi empobrecida tierra. Lo que me intriga es saber si mi pieza dedicada a las ‘Damas de Blanco’ y otras como ‘Ya Viene Llegando’ de Willy Chirino, o ‘El Tabacón’ de Tommy Olivencia, dedicada al comandante en jefe, también entran en esa “amnistía musical. Ahora todo lo que necesito es que ustedes restituyan mi derecho básico de entrar y salir de mi país sin restricciones, hablar lo que me de la gana, votar y organizarme con otros ciudadanos en partidos políticos, sin temor a golpizas, encarcelamientos y hasta a que me maten por ello. Ah, y hablando de todo un poco, ¿planean ustedes en algún momento devolverme la dichosa casa que mi abuela Cuca construyó para nuestra familia en 1929, y que ahora es ocupada por un militarote castrista? Sin más, quedo esperando por su respuesta (de este lado, por supuesto)”.
Paquito D’Rivera, sobre supuesta eliminación de “lista negra” de cantantes exiliados de la radio cubana.
(PD: Por cierto, es increíble la falta de profesionalismo que ha demostrado la prensa al replicar esta noticia. Se habla de lista negra sin verla, de 50 nombres sin citarlos, de veto sin historiar y de caída de prohibición sin que haya sonado un solo artista exiliado en la radio.)
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