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General: Otro pedacito de la historia de Cuba
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: BuscandoLibertad  (Mensaje original) Enviado: 18/08/2012 17:14
 
Bandera CubanaCuba
Por Nelson Maica C
Nota 3. Otro pedacito de historia. Numerosos opositores a Castro, que se veían privados de cualquier posibilidad de expresión, entraron en la clandestinidad, a la que se sumaron veteranos promotores de la guerrilla urbana contra Batista.
 
A principios de los años 60, esa oposición, además clandestina, se transformó en un movimiento de “acción”, dirigido por “auténticos barbudos”, se instalo en las montañas de Escambray, porque allí rechazaban la “colectivización forzosa de las tierras” y la dicta­dura.
 
Raúl Castro envió todos sus recursos militares, blindados y artillería, así como cientos de milicianos, para poner fin a la rebelión. Las familias de los campesinos rebeldes fueron trasladadas, reubicadas a la fuerza, con el objeto de minar la base popular de la revuelta.
 
Centenares de familias se vieron trasplantadas, tal como se hizo en la URSS, en China, en Alemania, en el comunismo y el nazismo, etc., a cientos de ki­lómetros de Escambray, a la región de las plantaciones tabaqueras de Pinar del Río, en el extremo oeste de la isla. Esta fue una ocasión en que el po­der castrista recurrió a deportar a la población.
 
No obstante, la rebelión se prolongo por cinco años. Pero esos nuevos gue­rrilleros, cada vez más aislados, fueron desapareciendo uno tras otro. La justi­cia castrista fue sumaria para los rebeldes y sus jefes.
 
El Che Guevara halló el momento para liquidar a uno de los antiguos jefes de la guerrilla contra Batista, a Jesús Ca­rreras, quien desde 1958 se había mostrado contrario a su política. Carreras resultó herido en una escaramuza, y fue llevado al paredón sin que Gueva­ra quisiera concederle el perdón. En Santa Clara fueron capturados y luego juzgados supuestos 381 guerrilleros, calificados luego de “bandidos”.
 
En los años que siguieron al triunfo de 1959 y du­rante la liquidación de la resistencia de Escambray, en la cárcel de La Loma de los Coches fueron fusilados más de 1.000 supuestos “contrarrevolucionarios”.
 
Después de dimitir del cargo de ministro de Agricultura, Humberto Sori Marín, intentó crear en Cuba un foco de lucha armada. Detenido y juzgado por un tribunal militar, Sori Marín fue condenado a la pena capital. Su madre imploró a Castro el perdón, recordándole que ambos se conocían desde los años cincuenta. Fidel Castro prometió el indulto. Días después Sori Ma­rín era fusilado.
 
Con cierta periodicidad, después de los guerrilleros de Escambray, se re­pitieron las tentativas de implantar comandos armados en suelo cubano. La mayoría pertenecía a los comandos Liberación de Tony Cuesta y a los grupos Alpha 66, creados en los primeros años sesenta. La mayoría de estos desem­barcos, inspirados en el del propio Castro, fracasaron.
 
En 1960 los jueces perdieron su inamovilidad y pasaron a depender de la autoridad del poder central, lo que suponía la negación de la separación de poderes, una característica de la dictadura comunista. ¿En Venezuela, hoy, ocurre lo mismo?
 
Tampoco la universidad pudo escapar a este proceso de coacción gene­ral. Pedro Luis Boitel, un joven estudiante de ingeniería, antiguo opositor a Batista y encarnizado adversario de Fidel Castro, se presentó a la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Sin embargo, con el apoyo de los hermanos Castro, sería Rolando Cubella, el candidato del régimen, el ele­gido. Boitel sería detenido poco después y condenado a diez años de prisión. Fue encarcelado en una cárcel dura: Boniato. En varias ocasio­nes Boitel hizo huelga de hambre en protesta por el trato inhumano que se daba allí.
 
El 3 de abril, fecha del inicio de una huelga para obtener condicio­nes más decentes de encarcelamiento, manifestó a uno de los responsables de la cárcel: “Hago esta huelga para que se me apliquen los derechos reservados a los presos políticos. ¡Unos derechos que ustedes exigen para los detenidos de las dictaduras de países latinoamericanos y que les niegan a los de su país!”.
 
Pero en vano. Boitel agonizó sin que se le prestara asistencia médica. A los cuarenta y cinco días su estado era crítico. A los cuarenta y nueve, caía en un estado semicomatoso. Las autoridades seguían sin intervenir. El 23 de mayo, a las tres de la madrugada, después de cincuenta y tres días de huelga de ham­bre, Boitel murió. Las autoridades no permitieron que su madre viera su cuer­po. ¿Se acuerdan del Sr. F Brito?
 
Castro no tardó en apoyarse en un servicio de información eficaz. La “seguridad” le fue confiada a Ramiro Valdés, mientras que Raúl Castro tenía el mando supremo del ministerio de Defensa. Raúl reactivó los tribunales mi­litares y pronto el paredón se convirtió en un instrumento judicial más.
 
El Departamento de Seguridad del Estado (DSE), al que los cubanos lla­maban la “Gestapo roja”, era también conocido con el nombre de Dirección General de Contra-Inteligencia. Este departamento realizaría sus primeras ac­ciones en 1959-1962 cuando recibió el encargo de infiltrarse en los distintos grupos de oposición a Castro y destruirlos. ¿Se acuerdan de la afirmación, con relación a la oposición: “los tengo infiltrados hasta los tuétanos”?
 
El DSE dirigió la sangrienta liqui­dación de la guerrilla de Escambray y se ocupó de la implantación de trabajos forzados. Por supuesto, el DSE es el que detenta el control del sistema carce­lario. ¿Para y por qué un ministro para cárceles?
 
Inspirándose en el sistema soviético, el DSE estuvo dirigido desde el prin­cipio por Ramiro Valdés, un hombre próximo a Castro desde los tiempos de Sierra Maestra.
 
Con los años, el DSE representaría un papel cada vez más desta­cado, obteniendo asimismo cierta autonomía. Teóricamente, depende del “Minit”, el Ministerio del Interior. Comprende varias ramas que serían descritas con todo detalle por el general de aviación Del Pino después de refugiarse en Miami en 1987. Algunas secciones se encargan de vigilar a los funcionarios de las administraciones.
 
La tercera sección controla a los que trabajan en el sector de la cultura, los deportes y la creación artística (escritores, cineastas). La cuar­ta sección se ocupa de los organismos vinculados a la economía, el ministerio de Transportes y de Comunicaciones. La sexta sección, que emplea a más de 1.000 agentes, tiene a su cargo las escuchas telefónicas. La sección octava vigila la correspondencia, es decir, viola el secreto del correo postal.
 
Otras secciones controlan al cuerpo diplomático y a los visitantes extranjeros. La DSE sirve a la supervivencia del sistema castrista al utilizar con fines económicos a los miles de detenidos destinados a trabajos forzados. Este organismo constituye un mundo de privilegiados que disfrutan de poderes ilimitados.
 
La Dirección Especial del Ministerio del Interior o DEM recluta a miles de “chivatos” para controlar a la población. La DEM trabaja apoyándose en tres ejes: el primero, llamado “información”, consiste en elaborar un informe so­bre cada cubano; el segundo, “estado de opinión”, sondea la opinión de los habitantes, y el tercero, llamado “línea ideológica”, tiene la misión de vigilar a las iglesias y congregaciones mediante la infiltración de agentes. Seguiremos.
 

analitica.com

 


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