Accesible y, a un tiempo, infranqueable. ¿A qué juegas, mujer? ¿Cómo es tu puerta? Si la ofreces de par en par abierta, por qué es tu sugerencia revocable?
El tono de tu voz, sensual y afable, desde el balcón, hace vital la oferta; me acerco en júbilo, y me desconcierta tu cambio de actitud vituperable.
¿Alguien ha traspasado tus umbrales, profanado la alcoba y sus rituales, y ejercitas venganza en inocentes?