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General: EX REPRESOR CUBANO EN MIAMI ROMPE SU SILENCIO
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 02/11/2012 15:44
 
Ex represor cubano en Miami rompe su silencio
http://www.zonagratuita.com/imagenes/barras_animadas/barra-015.gif
   Crescencio Marino Rivero, ex jefe de prisiones en la provincia de Villa Clara, en Cuba, entrevistado por el canal 41.
 
Juan Carlos Chavez y Juan Tamayo /
Tras pasar dos años viviendo en el anonimato en Miami, el ex jefe del Departamento de Prisiones de la provincia Villa Clara, en Cuba, decidió el jueves romper su silencio y reconoció que fue un alto funcionario del Ministerio del Interior (MININT).
“Hasta febrero de 1996 fui jefe [director] del Dpto. Jurídico del MININT que tenía como función supervisar y controlar el actuar jurídico de los jefes y funcionarios del sistema penitenciario de la provincia de Villa Clara”, afirmó el ex coronel Crescencio Marino Rivero en un correo electrónico enviado a El Nuevo Herald.
 
En una entrevista posterior que concedió a América Tevé (Canal 41), admitió que no había revelado a las autoridades de Estados Unidos su condición de ex alto militar al servicio del gobierno cubano.
 
“Los documentos nos los hizo un tramitador en Santa Clara. En ese momento estaba 14 años fuera del MININT, no le di importancia, ya llevaba 14 años fuera del MININT trabajando como profesor adjunto de la universidad”, indicó Rivero. “Aquí tampoco me lo preguntaron. Los documentos para presentar la residencia los hizo una agencia que se dedica a eso”.
 
Por otra parte, Rivero negó las acusaciones de que es responsable por cometer abusos y maltratos en las prisiones y tildó de “mentirosos” a los tres ex presos políticos y disidentes que lo han denunciado.
 
“En este país viven cientos de personas honestas y veraces que estuvieron presos en algunas de las prisiones de Villa Clara, que sí me conocen, que saben de mi comportamiento ético y moral como jefe del Dpto de Prisiones, a cientos de ellos los ayudé a progresar hacia mejores condiciones carcelarias”, sostuvo el ex militar a El Nuevo Herald.
 
Figuras de la oposición interna como Guillermo Fariñas, Premio Sájarov del Parlamento Europeo 2010, y los ex presos políticos Rafael Pérez y Benito Ortega acusaron a Rivero de negar tratamiento médico a un recluso de conciencia, proferir amenazas de muerte y ordenar golpizas, incluso contra una mujer embarazada, entre otros actos humillantes.
 
El caso de Rivero se dio a conocer recientemente cuando dos abogados de inmigración en Miami, Santiago Alpízar y Wilfredo Allen, contactaron a fiscales federales para saber cómo se les pudo permitir la entrada al país a él y a su esposa, Juana Ferrer, una ex oficial de migración, sin considerar sus antecedentes ni los cuestionamientos de los opositores.
 
Rivero y Ferrer son residentes legales en Estados Unidos y aparentemente están recibiendo beneficios con dinero de los contribuyentes, explicaron los abogados.
 
Rivero acusó a Allen y Alpízar de amparar mentiras y buscar protagonismo mediático para agenciarse “fama” entre los cubanos inmigrantes en Estados Unidos con el propósito de obtener más clientes.
 
Sobre la esposa de Rivero ha trascendido que se trata de una mujer que llegó a teniente coronel del Ministerio del Interior. Algunos disidentes aseguran que participó en actos de repudio y amenazas contra la oposición pacífica.
 
Hace solo dos días Rivero se negó a dar declaraciones a un reportero de El Nuevo Herald que se presentó en su modesto apartamento en el suroeste de Miami. Una mujer que se identificó como la hija de Rivero abrió la puerta y dijo escuetamente que su padre no haría declaraciones públicas ni tendría contacto con los medios.
 
Los disidentes recuerdan a Rivero como un hombre de temperamento fuerte y desagradable. De acuerdo con fuentes consultadas por El Nuevo Herald, Rivero trabajó para la Seguridad del Estado cubano en las décadas de 1960 y 1970. Luego fue promovido a director de reeducación de las prisiones juveniles de Villa Clara. En 1994 Rivero ya era jefe de prisiones en esa provincia, según los disidentes.
 
No obstante, Rivero aseguró en su carta que su tarea era exigir el cumplimiento de la ley y los reglamentos que organizan la ejecución de las sanciones.
 
“No aplicar criterios personales sino los previstos en los documentos rectores del sistema, no favorecer o privilegiar o endurecer la sanción aplicada a ningún recluso”, explicó. En ese contexto afirmó ser abogado y profesor adjunto de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de las Villas.
 
“Sobre este asunto no daré más declaraciones, cierro el capítulo”, agregó Rivero al final de la carta. “Solo declararé lo competente a la fiscalía, a inmigración o a la corte si así me lo solicitaran, sobre la forma legal en que ingresé a este país y resido en él”.
 
En Miami, el abogado Allen descalificó los argumentos de Rivero, al tiempo que restó importancia a sus intentos por desacreditar su trayectoria profesional y la de Alpízar.
 
“Nunca se ha recibido un centavo de nadie por representar y ayudar a personas abusadas o perseguidas en Cuba”, indicó Allen.
 
Fariñas declaró que Rivero debe aceptar su pasado represivo y enfrentar las consecuencias de sus actos.
 
“Rivero demuestra en esta carta que es un excelente discípulo de Fidel Castro”, precisó Fariñas a El Nuevo Herald desde su casa en Santa Clara. “Es un gran demagogo y mentiroso”.
 
Afirman que represor cubano vive en Florida
 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 03/11/2012 17:31
 
Inmigración está tras la pista de ex represor cubano en Miami  Alfonso Chardy

 
Por Alfonso Chardy /  
Las autoridades de inmigración están tras la pista del ex coronel cubano Crescencio Marino Rivero, acusado de cometer abusos y maltratos en las prisiones en Cuba y quien luego obtuvo residencia en Estados Unidos sin revelar que había sido un alto militar al servicio del régimen en la isla.
Aunque por ahora no hay una investigación formal contra Rivero, que vive en Miami, un funcionario federal que tiene familiaridad con el asunto dijo a El Nuevo Herald que en el gobierno federal hay interés en el caso, que ha causado revuelo dentro de la comunidad de exiliados cubanos.
 
“Las autoridades de inmigración tienen jurisdicción para echarle un vistazo a este asunto”, dijo el funcionario que pidió no revelar su nombre o puesto dentro del gobierno porque no tiene autoridad para discutir el caso con los medios de prensa.
 
Por otra parte, los congresistas cubanoamericanos, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, ambos republicanos de Miami, enviaron el viernes una carta a los secretarios de Estado, Justicia y Seguridad Interna - Hillary Clinton, Eric Holder y Janet Napolitano, respectivamente - exigiendo la “inmediata expulsión” de Rivero así como una explicación oficial de cómo las autoridades migratorias le otorgaron visa y luego residencia sin aparentemente verificar su pasado.
 
“Como coronel de alto rango dentro de Partido Comunista de Cuba y director de prisiones donde prisioneros políticos eran repetidamente abusados y tratados con negligencia, Rivero y su esposa, Juana Ferrer, también miembro prominente del Partido Comunista de Cuba, nunca deberían haber recibido visas y residencia permanente ya que la ley estadounidense prohíbe la entrada a miembros del Partido Comunista así como a cualquier extranjero que haya participado en actos de tortura”, dice la carta de los congresistas.
 
Según la fuente federal consultada sobre el caso, las autoridades migratorias están particularmente interesadas en verificar porqué Rivero no dio a conocer inicialmente, cuando solicitó una visa y posteriormente su residencia, que había sido un militar de alto rango del Ministerio del Interior y que fungió como jefe del Departamento de Prisiones en la provincia de Villa Clara en Cuba.
 
En una entrevista el jueves con América Tevé (Canal 41), Rivero admitió que no había revelado a las autoridades estadounidenses su condición de ex alto militar cubano.
 
Una de las secciones de la forma migratoria para solicitar residencia específicamente pide que el peticionario revele si alguna vez realizó “servicio militar” en Estados Unidos o cualquier otra parte.
 
En la entrevista con la televisión, Rivero dijo que cuando presentó la petición de residencia ya habían pasado 14 años de que había salido del Ministerio del Interior.
 
“Aquí tampoco me lo preguntaron”, agregó. “Los documentos para presentar la residencia los hizo una agencia que se dedica a eso”.
 
Rivero también negó las acusaciones de que es responsable por cometer abusos en las prisiones y calificó como “mentirosos” a tres ex presos políticos y disidentes que lo denunciaron.
 
El caso salió a la luz cuando dos abogados de inmigración, Santiago Alpízar y Wilfredo Allen, contactaron a fiscales federales para preguntar cómo es que se le pudo permitir la entrada a Estados Unidos a Rivero y a su esposa, una ex funcionaria de migración en Cuba.
 
La revelación sobre la presencia en Miami de Rivero recuerda el sonado caso de Eriberto Mederos, un exiliado cubano que en el 2002 fue llevado a juicio por las autoridades de inmigración a raíz de acusaciones de que había torturado a opositores al régimen en un hospital psiquiátrico de La Habana. El 1ro de agosto del 2002, un jurado federal encontró culpable a Mederos de no haber revelado detalles sobre su pasado en su petición de ciudadanía. Semanas después del veredicto, Mederos murió de cáncer de próstata.


 
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