Cuba: Eligen delegado municipal a un transexual
En los ochenta el régimen lo encarceló por homosexual.
El transexual que ejerce un cargo público en Cuba
JODER QUE LOCA TAN FEA ...
POR ANETT RIOS
Le llaman Adela, pero su nombre oficial es José Agustín Hernández. Se declara transexual y vive como mujer en un pueblo del centro de Cuba donde ha sido elegido delegado municipal (concejal), su “mayor victoria” contra todos los “repudios” que dice haber sufrido en sus 48 años y recuerda que en los ochenta fue encarcelado por su condición sexual.
Asegura que su padre presionó a la Policía para que lo pusiera tras las rejas. "le dije entonces al guardia que me acompañó a la celda: 'si salir de este calabozo significa cumplir con la promesa a ese energúmeno que está allá afuera esperando a que me arrepientade ser la loca que soy, ¡pues que me echen cadena perpetua!'" asegura González en un diálogo publicado el página web del Diario de Cuba y agrega que cumplió dos años de prisión bajo la acusación de "peligrosidad", aún vigente en el Código Penal cubano.
"Toda mi vida he sido una mujer de pensamiento y acciones ligadas, atrapada cruelmente en este cuerpito de varón que no pedí", dijo.
En la segunda vuelta de los comicios locales celebrada este mes en Caibarién, un pueblo de la provincia central de Villa Clara, Hernández ganó por 100 puntos de ventaja el puesto de delegado a las Asambleas Municipales del Poder Popular, un caso “inédito” para un transexual de la isla, según algunos activistas cubanos.
“Mis dos oponentes eran funcionarios de esa Asamblea, y yo soy de la calle, un homosexual abierto que siente como mujer desde que nació y se inyecta hormonas femeninas hace tres años”, dijo Hernández, quien trabaja como técnico de electrocardiogramas en un hospital.
Travestido con tacones, blusa, argollas y maquillaje, el atuendo de mujer que habitualmente usa, explicó que su victoria en las elecciones le llena de “orgullo” y le demuestra que en Cuba “hay más aceptación”.
“Es un reto más para doblegar el dolor que llevo por dentro y que empezó con el rechazo de mi familia. Yo siempre me he impuesto a la sociedad: no querían que me vistiera de mujer, me cargaba la policía, pero yo seguía haciéndolo, y me he dado a respetar como soy”, explicó.
Como en su guardarropa solo hay prendas de mujer, para la foto de candidato a la Asamblea Municipal tuvo que pedir prestada ropa masculina, dice, “por un problema de respeto’’.
Esta semana, en su primera reunión como delegado para informarse del presupuesto municipal, asistió vestido de hombre “para defraudarlos a todos, porque esperaban verme de mujer”, comenta.
Con relación al cargo público que ejerce en un barrio humilde sin servicios básicos asegura estar “cansada de ver cómo nos pelotean de un lado a otro cuando no tienen soluciones que ofrecer. Ha sido demasiado el tiempo invertido, más el derrochado, en el imperdonable malgaste. No hay más vuelta atrás. Y la esperanza puede agotarse", agregó.
El sobrenombre de Adela lo adquirió desde niño, cuenta, porque era el único homosexual abierto de su comunidad, en un central azucarero que llamado así.