Causa rechazo flexibilización de la Unión Europea con Cuba
La congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, férrea opositora a cualquier acercamiento con Cuba
Juan Carlos Chavez
En una decisión que hizo aflorar encontradas reacciones y más de un llamado de atención sobre el estado de los derechos humanos, la Unión Europea (UE) autorizó a “explorar” la posibilidad de un acuerdo con Cuba. La medida podría abrir las puertas a una normalización de las relaciones bilaterales en el mediano plazo y superar la llamada “posición común” que rige la política con La Habana desde 1996.
El acuerdo de la UE establece la necesidad de esbozar una agenda de trabajo. La agenda debe incluir un paquete de lineamientos cuyo propósito no sea otro que debatir y negociar la posibilidad de un nuevo marco bilateral con la isla.
La posición común ha condicionado en los últimos años todo progreso a las relaciones bilaterales entre el bloque europeo y Cuba. Las limitaciones están sujetas a los avances que se registren en la isla sobre temas puntuales, como la democratización y el estado de los derechos humanos.
El acuerdo de abordar un proceso de carácter gradual responde al hecho de que hay países miembros del bloque europeo que se mantienen “sensibles” a la idea de una plena normalización de las relaciones con La Habana. Entre otras razones debido a las consistentes denuncias, dentro y fuera de Cuba, sobre maltratos y detenciones indiscriminadas.
“A partir de ahora lo que va a hacer la Comisión de la UE es establecer unas directrices para que se negocie este acuerdo de cooperación, que representa un paso adelante en la relación entre la Unión Europea y Cuba”, dijo Gonzalo de Benito, secretario de Estado español de Asuntos Exteriores. Según De Benito, la UE aprecia “una evolución positiva en Cuba” que hace posible avanzar hacia una nueva relación, explicó.
La posición común fue impulsada en 1996 por el gobierno conservador de España, que en ese momento estaba a cargo de José María Aznar. En términos generales las relaciones entre Cuba y la UE han pasado por altibajos.
Uno de los momentos más críticos se registró a comienzos de la pasada década tras una ola de detenciones masivas conocida como “Primavera Negra”. La redada condujo al arresto de 75 activistas pacíficos y periodistas independientes. La UE respondió con la imposición de sanciones diplomáticas de largo alcance.
La posibilidad de hacer a un lado la “postura común” coincide con denuncias sobre el estado de las filas opositoras y la libertad de movimiento de la sociedad civil.
Recientemente grupos de derechos humanos han registrado al menos 520 detenciones por motivos políticos en la isla durante el mes de octubre. En ese contexto, el total de prisioneros políticos ha aumentado de 60, a fines del pasado año, a 82 sancionados o procesados por motivos políticos, según un reporte de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, radicada en La Habana.
En Miami y Washington el anuncio generó encontradas reacciones entre exiliados y legisladores cubanoamericanos.
La congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, férrea opositora a cualquier acercamiento con Cuba, calificó de extremadamente perturbador que la UE considere una agenda de trabajo o análisis de esta naturaleza.
“Naciones responsables deben ver la verdad en la opresión del régimen castrista de los derechos humanos y la democracia, y aumentar la presión sobre la dictadura ”, indicó Ros-Lehtinen en declaraciones a El Nuevo Herald. “Es simplemente cruel que la UE discuta esto cuando hay un aumento de las palizas y detenciones, encarcelamiento y acoso en Cuba”.
El senador federal republicano Marco Rubio rechazó enfáticamente la posibilidad que la UE alcance un nuevo acuerdo bilateral.
“Es una vergüenza que la Unión Europea, cuyos miembros han conocido la vida bajo la tiranía, pueda llegar a abandonar en un momento de necesidad a los líderes a favor de la democracia en Cuba”, declaró Rubio.
Sin embargo Max Lesnik, un comentarista radial de Miami que viaja con frecuencia a La Habana y favorece una fórmula de entendimiento, comentó que la UE está actuando de manera sensata y correcta.
“No tiene sentido que la UE, que tiene relaciones diplomáticas con Cuba, siga una política de hostilidad económica y de enfrentamiento diplomático y de prensa”, sostuvo Lesnik. “Es una visión que ha fracasado”.
Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo del Comité de Acción Política US-Cuba en Washington que está a favor de fuertes sanciones en contra de Cuba, declaró que resulta una vergüenza que la UE ignore el pedido de líderes cubanos que luchan por la democracia.
“A una semana del arresto de tres decenas de Damas de Blanco, de dos decenas de jóvenes blogueros y activistas como Antonio Rodiles, y de una docena de pastores por intentar distribuir ayuda humanitaria a las víctimas del huracán Sandy, es una decisión moralmente repugnante”, dijo Claver-Carone.
Mientras tanto el empresario Carlos Saladrigas, director del Grupo de Estudios Cubanos, con sede en Washington D.C., consideró que un acercamiento ayudará a generar cambios en Cuba.
“Siempre hemos creído que mientas más relaciones diplomáticas exista con Cuba, se puede presionar con mayor efectividad sobre derechos humanos”, dijo Saladrigas. “Cuba necesita el espacio para facilitar sus cambios”.
El Directorio Democrático Cubano (DDC) en Miami fustigó el anuncio de la UE.
“Cualquier acuerdo bilateral que ignore los derechos del pueblo y la lucha de la resistencia cubana equivale a respaldar la represión castrista”, dijo Orlando Gutiérrez, secretario nacional del DDC.
En Cuba, dos de los más respetados opositores de la isla, Guillermo Fariñas y Oscar Elías Biscet, criticaron abiertamente los pasos de la UE sobre el tema cubano.
“La UE tiene derecho a revisar su política, pero ahora lo que necesitamos los cubanos es el apoyo de la UE para que se den cambios hacia la democracia y libertad”, precisó Biscet.
Fariñas se refirió al tema como una traición de los líderes del bloqueo europeo.
“Creo que la inmensa mayoría de la oposición no está de acuerdo con que se le dé más espacio a la tiranía castrista”, dijo Fariñas. “Este mandato se puede ver como una traición a la ciudadanía y oposición pacífica cubana”.