Pugna sobre bodas gay llega al Supremo
Karen Golinski, der., y su esposa wife Amy Cunninghis
frente al tribunal federal en San Francisco.
CHANTAL VALERY/
La Corte Suprema de Estados Unidos se reúne a puertas cerradas este viernes para decidir si es la hora de instituir el matrimonio homosexual en un país donde millones de parejas del mismo sexo ya se encuentran legalmente casadas.
“Todo el mundo reconoce hoy en día que es hora de que la Corte Suprema intervenga”, declaró Thomas Keck, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Siracuse.
El contexto es favorable: si la unión entre dos personas del mismo sexo aún no está reconocida a nivel federal, si que está en cambio autorizada, tras las elecciones del 6 de noviembre, en nueve estados de 50 y en la capital federal, Washington.
Además, la aceptación del matrimonio homosexual avanza en los sondeos. Está ya aceptado por un 48 por ciento de los estadounidenses frente al 39 por ciento hace cuatro años, según una encuesta reciente del Instituto Pew.
Además, el presidente Barack Obama se ha mostrado abiertamente a favor del mismo.
Tras las puertas cerradas, los nueve jueces de la alta instancia judicial revisarán, por tanto, los diez recursos pendientes.
Como reveló la juez Ruth Ginsburg, “es más que probable que tengamos esta cuestión ante la Corte antes del fin de esta sesión”.
Los analistas predicen que la Corte Suprema tratará uno o varios de los recursos que se refieren a la ley del matrimonio. La legislación, creada en 1996 y bautizada DOMA (Defensa del acto de matrimonio) estipula que “el matrimonio es la unión legal entre un hombre y una mujer”.
El litigio trata sobre los derechos que la ley concede a nivel federal a los esposos heterosexuales (sucesión, reducción fiscal, declaración común de impuestos, indemnizaciones sanitarias) pero que se deniega a las parejas del mismo sexo legalmente casadas.
Resulta inédito en un asunto de esta importancia que el gobierno estadounidense no defienda su propia ley federal. Como ya hicieron cinco tribunales de apelación, el gobierno de Obama considera la ley discriminatoria y anticonstitucional y ha presentado cuatro recursos en este sentido.
Hay por tanto un grupo de parlamentarios republicanos que pide a la Corte Suprema declarar que la DOMA cumple la quinta enmienda de la Constitución, que establece la igualdad en la protección de las personas.
El estado de Massachusetts, donde el matrimonio gay es legal, figura entre los que se quejan por la invalidez de la norma.
Para el experto Lyle Denniston “si la corte no tomara más que un sólo caso, el mejor sería el de Edith Windsor”, un homosexual legalmente casado en Canadá que debe pagar impuestos sobre la herencia de su esposo difunto.
Es en una demanda contra el matrimonio gay en California en la que se centran los interrogantes.