Llegó el día donde todo el mundo quiere a todo el mundo, y que mejor que con un regalito para demostrarlo. Si bien en plena crisis, muchos no pueden permitirse ni regalar algo del “todo a cien”, esa excusa a los gays no nos sirve. Quizá no todos tengamos el poderío económico de otros, pero para estas fechas tiramos de la tarjeta de crédito hasta dejarla en rojo o bien de créditos express vía teléfono.
Y es que el cliché no es falso, los gays somos símbolo del buen gusto y del consumismo puro y duro. Nuestro consumo de artículos culturales, productos de belleza y actividades para el ocio y la diversión, es mucho más elevado que el de los heteros de cualquier género, y si esto se comparte con la familia puede ser mucho peor.
Aquí viene la ventaja de tener pareja, ya que si no la tienes te puedes encontrar en los siguientes casos:
Que seas siempre el “impar” en las cenas y comidas familiares: ”hostias, tenemos que invitar a alguien más, que contigo somos trece en la mesa, eso da mal rollo”.
Que tus tíos al brindar siempre pidan de que encuentres a la persona de tu vida: ”a ver si te sale novia el año que viene, que ya no sabemos qué vamos a hacer contigo”
Al ser una fiesta católica serás candidato potencial a ser padrino de bautismo o futuro padre postizo de algún sobrino nacido o por nacer.
Que tu hermana crea que nadas en la abundancia y, como hay confianza te nombre rey mago suplente: ”anda, tú que puedes, cómprale a tu sobrino (futuro ahijado) una WII-Nintendo, que nosotros no llegamos.”
Si se vive solo y lejos de tu familia tampoco se esta a salvo, ya que tus vecinos al no ver subir a tu casa a nadie en los últimos meses, te miren con cara de lástima pensando que vas a pasar solo tan entrañables fiestas, y de consuelo te digan: ”si quieres algo, ya sabes dónde estamos, ¿vale?”
Que tus amigos gays te manden una felicitación por e’mail que siempre consiste en un papa noel que está buenísimo y que se va desnudando -¡qué originales!- y sólo le queda puesto el gorro.
Que tengas que llevar a tus sobrinos y a sus amigos con tu dinero, a ver la última película de Disney a un cine abarrotado de salvajes de un metro y medio devorando palomitas y hablando sin parar.
Aún así las reuniones familiares donde tenemos que participar, suelen ser acogedoras y mucho más económicas, finalmente a la semana siguiente viene la Fiesta de Fin de Año donde muchos no dudamos en gastar más de $100 dólares en una cena con cotillón y barra libre en un local atestado de gente que no conocemos.
FELICES FIESTAS
BONES FESTAS
BOAS FESTAS
HAPPY HOLIDEYS
FELIZ NAVIDAD
MERRY CHRISTMAS