La palabra Cuba ha tenido una curiosa historia en los casi cinco siglos de vida de nuestra lengua. El primero en registrar el nombre y también en tratar de sustituirlo fue su descubridor Cristóbal Colón. El 21 de octubre de 1492 lo asienta por primera vez en su Diario de Viaje.
Parece no haber entendido bien y suscribe; “otra isla grande, mucho que creo que debe ser Cipango según las señas que me dan estos indios que yo traigo, a la cual ellos llaman Cohíba”.
Esta palabra parece provenir de la voz ciba que significa en el idioma de los taínos “piedra, montaña, cueva”. Los taínos que vivían en Haití daban a la parte montañosa oriental de nuestra isla el nombre de Ciba. Esta voz ciba, se supone que, además de haber originado el nombre de Cuba, es también el origen de otras voces como siboney, cibao, cibucán, siguanes, cigua. El nombre siboney se atribuye a que los aborígenes cubanos vivían en cavernas o cuevas.
Durante años esta ha sido la versión acerca del origen de la palabra Cuba; sin embargo, en los últimos años han surgido algunas dudas sobre tal etimología, expresadas en varios artículos periodísticos-historiador Fernando Dávalos, quien lleva más de diez años indagando ese tema.
Las discrepancias fundamentales con el autoctonismo de la palabra radican en que la bibliográfica de ello–el tal Diario de Navegación- no es sino una versión sumarizada de los papeles originales de Colón, extraviados desde hace muchísimos años.
Existen autores que, además, consideran que el estado cultural muy primitivo de los aborígenes de Bahamas y aun de los que vivían entonces en nuestra tierra, hace muy difícil que éstos reconocieran un territorio con un nombre y mucho menos que lo consideraran como “isla” que es un concepto geográfico muy complejo, tal como el Dairio afirma cinco días antes de la llegar Colón a Bariay el 27 de octubre de 1492.
Al mismo tiempo contrasta el supuesto origen arahuaco - antillano que reitera el documento (y las obras de Bartolomé de las Casas y Fernando Colón, derivadas también de la papelería colombina), con la existencia entonces y desde cientos de años antes, en España, de numerosas localidades nombradas exactamente igual - Cuba, Cubas- algunas de las cuales todavía existen.
Todas esta Cubas y sus derivaciones Cubillas, Cubels, etc. y aún el vocablo coba, también con su familia de palabras, geográficamente se localizan en lo que fue el imperio islámico fundado en el primer milenio de nuestra era, lo que ha permitido señalar para esta palabra un origen árabe. En esta lengua, Cuba o Coba significan mezquita cupulada, cúpula o sepulero de un santo personaje rematado en cúpula.
El contenido de esta palabra-concepto, en árabe, lo aproxima así a nosotros por cuanto en Bariay (norte de Holguín), existe una curiosa montaña que tiene encima otro montecillo a manera de una hermosa mezquita (es decir una cúpula).
Tal como afirma el Diario en una parrafada inequívoca de Colón. La conducta del Descubridor, con una trayectoria muy relacionada por los árabes, pudo haber gestado el nombre de Cuba para nuestro territorio, en virtud de esa elevación oriental, pero este hecho pronto debió ser reconsiderado por él, habida cuenta de los problemas que potencialmente podría tráele en la corte española y con la iglesia, la filiación árabe – islámica del vocablo utilizado.
Hoy se añaden nuevos y más curiosos argumentos a favor de esta hipótesis hispano-árabe, para el origen del nombre de Cuba, como lo es el dominio de Colón de antiquísimas creencias cosmogónicas árabes - hindúes, vinculadas al nombre de Cuba, y de otros textos históricos de su contemporaneidad, que consagraban en una tierra con tal nombre la localización del mítico paraíso terrenal.
Y ustedes amables lectores, pueden quedarse con la versión que más les plazca, pero yo antes las dudas me inclino por las versiones aborígenes, así como prefiero Quisqueya para Santo Domingo, Borinquen para Puerto Rico, y Cuba para…Cuba!