Mariela Castro dice que ha mentido y usado el nombre su padre
para defender a homosexuales
Vuelve a exculpar a su tío Fidel Castro de lo ocurrido en las UMAP y dice que su único papel fue 'cerrarlas'.

Mariela Castro Espín parece estar fabricando su "leyenda" como defensora de la comunidad LGBT y en una reciente entrevista ha afirmado que en su juventud mintió y hasta utilizó el nombre de su padre para proteger a homosexuales que iban a ser sancionados.
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual y, tras la recientes "elecciones", diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ha exculpado además a su tío Fidel Castro de lo ocurrido en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) y ha dicho que su verdadero papel fue cerrarlas.
La entrevista, de cuatro partes, publicada por varios sitios en internet, fue realizada por el profesor de la Universidad París-Sorbonne Salim Lamrani, quien con frecuencia escribe en medios oficiales como Cubadebate y Cuba Sí, además de en Rebelión, y ataca a miembros de la disidencia interna como la bloguera Yoani Sánchez.
"No podía soportar las injusticias"
En sus declaraciones, Castro Espín recuerda su etapa de estudiante en el Instituto Pedagógico, a finales de los setenta, y se queja de los "extremistas" dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) que querían excluir a homosexuales y lesbianas de la organización.
"Recuerdo haberme opuesto con mucho vigor a ello. No podía soportar tales injusticias", dice la hija de Raúl Castro.
Pero "los extremistas de la UJC, que no concebían el 'perdón' como algo constructivo, me tildaban de floja (…) No podía oponerme de modo más virulento pues corría el riesgo de que esos mismos sectarios me excluyeran de la UJC", señala.
Añade que por eso, en una reunión en el año 1979, decidió invocar el nombre de su padre.
"Fue una de las pocas veces que utilicé la figura de mi padre, comandante de la Revolución, ministro de las Fuerzas Armadas, hermano de Fidel Castro, el líder de la Revolución. ¡Además para decir una mentira!", comenta.
"Recuerdo haber dicho lo siguiente: 'Se está cometiendo un grave error. Le pregunté a mi padre si era justo y me contestó que no, que había un problema de mala interpretación, que no se podía excluir a una persona de la UJC por su orientación sexual y que había que dejarlos en paz'", relata.
"También agregué: 'Además, durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, en la Sierra Maestra, había homosexuales entre los rebeldes del Movimiento 26 de Julio'. En realidad, no tenía la menor idea. Incluso me atreví a afirmar, con mucha convicción, lo siguiente: "Actualmente hay homosexuales en la dirección de la Revolución'. Ahí también, no sabía absolutamente nada al respecto", asegura.
Castro Espín dice que "nadie se atrevió a oponerse a lo que se pensaba que era la voluntad" de su padre.
Preguntada sobre la reacción del general, afirma que la felicitó: "Me dijo que había hecho lo correcto al oponerme a lo que él consideraba también como una cosa arbitraria e injusta".
Fidel Castro y las UMAP
Lamrani interroga también a Mariela Castro sobre el "Quinquenio Gris" (1971-1976), durante el que muchos intelectuales fueron expulsados de la vida social cubana por su condición sexual, y sobre las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), a las que fueron enviados entre 1965 y 1968 centenares de jóvenes homosexuales, religiosos y otros ciudadanos molestos para el régimen.
El Quinquenio Gris fue una "etapa sombría" que "tuvo un impacto terrible en la vida personal y profesional de los homosexuales", reconoce Castro Espín.
En cuanto a las UMAP, "conviene precisar que (…) afectaban a todo el mundo, a todos los hombres en edad de hacer el servicio militar, no sólo a las homosexuales", dice.
"Nuestro país se encontraba constantemente bajo agresión de Estados Unidos (…) Había en Cuba una movilización general en torno a la defensa de la nación y de aquel contexto nacieron las UMAP, a guisa de servicio militar", justifica Castro Espín.
"Dado que todo el mundo debía participar en la defensa del país, los grupos marginales, como los hippies por ejemplo, tuvieron que integrar las UMAP, pero también los hijos de la burguesía que se habían acostumbrado a una vida de ocio y no trabajaban (…) El ejército creó entonces las UMAP para apoyar los procesos de producción. Pero la realidad fue otra. El Ministerio de Interior tenía la tarea de encargarse de los grupos de marginales y 'parásitos', identificarlos e integrarlos a las UMAP por la fuerza, pues el servicio era obligatorio", añade.
Admite que "el modo de proceder era arbitrario y discriminatorio".
"En esa sociedad homófoba, en ese contexto de hegemonía masculina y viril, las autoridades consideraron que los homosexuales sin profesión tenían que integrar las UMAP para ser verdaderos 'hombres'. En algunas UMAP (…) se les reservó un tratamiento especial con burlas cotidianas, humillaciones públicas, etc", dice.
Sobre la responsabilidad de Fidel Castro en la creación de esas unidades militares, afirma que el dictador "siempre" la ha asumido y lo exculpa una vez más de lo ocurrido.
"Por su cargo, considera que debe tomar la responsabilidad de todo lo que ha ocurrido en Cuba, tanto los aspectos positivos como los lados negativos", pero eso "ni es justo ni se acerca a la verdad histórica", dice.
"Fidel Castro fue víctima de más de 600 intentos de asesinato. No podía ocuparse de todo, y por lo tanto delegaba muchas tareas", añade.
Rechaza que su tío haya desempañado algún papel en la creación de las UMAP.
"En realidad, el único vínculo de Fidel Castro con las UMAP fue cuando decidió cerrarlas, tras las numerosas protestas que emanaban de la sociedad civil, y tras la investigación que llevó a cabo la dirección política de las Fuerzas Armadas", dice.
No es la primera vez que Mariela Castro exime a su tío de responsabilidad. En octubre de 2010 dijo que "ni siquiera estaba al tanto de las UMAP" porque "vivía concentrado en la supervivencia de la revolución (...) y en las leyes en favor de los derechos del pueblo", aunque discursos de la época demuestran lo contrario.
En cuanto a su padre, segura que ha hablado muchas veces con él sobre ese período y también lo excusa.
"Me explicó que era sumamente difícil eliminar los prejuicios sin una política de educación. Por otra parte, el universo militar sigue siendo hoy muy machista en Cuba. Lamentablemente es notorio que en nuestras sociedades rechazamos todo lo que resulta diferente. Imagínese entonces el contexto de los años 1960", afirma.
Castro Espín vuelve a decir en la entrevista que Centro Nacional de Educación Sexual que dirige lleva a cabo una "investigación sobre las UMAP" y recoge "testimonios de las personas que sufrieron esa política", algo que ya había anunciado en 2011.