Cuba: fumata negra
Por Gina Montaner /
El gobierno cubano pretendió vendérselo al mundo como un gesto aperturista y tal parece que había que agradecerlo. En las últimas semanas han podido viajar al exterior una serie de opositores que en estos momentos recorren distintos países para dar a conocer (por si algún despistado aún no se ha enterado) que en la isla no hay libertades y la oposición democrática sufre un constante acoso.
Así es cómo han coincidido en el extranjero la reconocida bloguera Yoani Sánchez, el activista Eliécer Ávila y Rosa María Payá, hija del desaparecido opositor Oswaldo Payá. De los tres, que son jóvenes y defienden la resistencia cívica frente a la dictadura castrista, tenemos noticias de sus comparecencias en actos y con los medios.
En el caso de Yoani, cuya fama es mundial gracias a su blog Generación Y, ha sufrido en Brasil actos de repudio organizados por grupos comunistas que apoyan al régimen de La Habana. La consigna es acorralarla con el objeto de desacreditarla. Ávila, que se dio a conocer en La Habana cuando defendió públicamente su derecho a viajar libremente, ha compartido encuentros con Yoani en Praga, donde ambos han sido muy bien recibidos. Y en cuanto a Rosa María, como era de esperar, lo primero que ha hecho a su llegada a España es reunirse en privado con el político español Ángel Carromero para conocer su versión de lo que sucedió el 11 de julio de 2011. Hagamos memoria: su padre y Harold Cepero, otro activista del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) que dirigía Payá, perdieron la vida cuando viajaban por una carretera de Bayamo en un vehículo que conducía Carromero acompañado del democristiano sueco Jans Aron Modig. Las autoridades cubanas encausaron al dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular por conducción temeraria y homicidio imprudente, en un proceso donde los familiares de las víctimas no tuvieron acceso al juicio y las evidencias del siniestro nunca fueron contrastadas por investigadores independientes.
Después de pasar meses confinado en unas dependencias de la policía política cubana donde le grabaron un vídeo con un testimonio auto-incriminatorio, Carromero regresó a Madrid, donde ha de cumplir parte de la condena, y en cuanto tuvo oportunidad apuntó a que durante su cautiverio recibió presiones del gobierno cubano. Era cuestión de tiempo antes de que pudiera ofrecerle una explicación a la familia Payá que aclarara las extrañas circunstancias en las que murió el disidente más reconocido de Cuba. Ese momento ha llegado.
En una rueda de prensa celebrada en la capital española el pasado jueves, Rosa María Payá ha revelado lo que le relató Carromero y que ya habían denunciado militantes del MCL en Madrid: aquel fatídico día los seguía de cerca un presunto auto de la seguridad del Estado que los embistió por detrás y provocó que el vehículo en el que viajaban con los dos opositores se saliera de la carretera. Luego, según ha declarado Rosa María, Carromero y Modig fueron trasladados a un hospital mientras que Payá y Cepero permanecieron en el lugar del siniestro. Los dos políticos europeos nunca más volvieron a ver a sus anfitriones en la isla. Hoy la hija de Payá exige una investigación internacional para esclarecer los hechos.
Ya nada puede hacerse para recuperar a dos hombres valiosos como Payá y Cepero, que pasaron la mayor parte de su existencia sorteando las trampas de un gobierno que finalmente los silenció. Pero era necesario que Rosa María, su madre Ofelia y toda la familia Payá supieran de primera mano qué pudo haber sucedido con su ser querido en aquella desvencijada carretera. En medio del pesar tienen la certeza de que la verdad siempre ha estado de su lado.
Frente al cónclave sucesorio del castrismo los testimonios de Yoani, Eliecer y Rosa María son brisa fresca. Otros jóvenes que aún aguardan el permiso de salida como el talentoso fotógrafo y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo (@OLPL) divulgan las andanzas de los más afortunados y denuncian los atropellos que sufren los que alzan la voz y no pueden salir. El aire de Cuba es fumata negra.