Miami baila con el Carnaval de la Calle Ocho
Melissa Sanchez
Desde horas de la mañana hasta el atardecer, el sonido de los tambores se escuchaba el domingo a varias cuadras de la Calle Ocho.
Era la música de ese festival anual que atrae miles de personas al corazón simbólico de la comunidad cubana: el Carnaval Miami.
“Es algo sabroso”, dijo Mirtha Aguilar, quien aprovechó la música para bailar salsa con su esposo Manuel, con quien ha estado casada por 49 años. “Todos los años volvemos. Nos encanta bailar aquí”.
No eran los únicos. En distintas tarimas, artistas de varios géneros de música latina, desde la salsa al reggaeton, interpretaron sus canciones ante diversas audiencias.
Después de bailar y sudar, los asistentes escogieron entre las decenas de puestos de comida latina a lo largo de casi dos millas de la Calle Ocho. También se vendían artículos típicos, perfumes y camisetas para los niños con los diseños de las banderas de los países de América Latina.
“La hemos pasado muy bien en la Calle Ocho”, comentó Daniel Romero, un joven que usaba gafas de sol con los colores de su Cuba natal. “Es un día para celebrar el ser cubano”.
En su edición número 35, el evento fue organizado por el Club Kiwanis de La Pequeña Habana, una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a las familias más necesitadas de la comunidad.
Aparte de los amantes de la música, el festival atrajo a muchos vecinos de La Pequeña Haban que tenían una misión única: visitar todos los puestos de las grandes empresas, como Winn-Dixie y Kmart, donde eran regaladas muestras de cereal, botellitas de agua y hasta sopas empaquetadas. Algunos asistentes llegaron con maletas vacías a fin de llenarlas con los productos.
Una coalición de grupos pro inmigrantes también se aprovecharon de las festividades para organizar una marcha desde la Iglesia San Michael, en la calle Flagler y la avenida 29. Alrededor de 200 personas caminaron hasta la Calle Ocho con carteles en la mano animando a los choferes que pasaban.
Al llegar a la Calle Ocho, los manifestantes visitaron a varias de las tarimas e imploraron a los presentadores a decir algunas palabras a favor de la reforma migratoria. También distribuyeron cientos de folletos sobre sus esfuerzos.
Entre los manifestantes se encontraba Felicita Torres, una ecuatoriana de 66 años.
“Soy ciudadana, pero apoyo la causa porque soy latina y tengo familiares que necesitan el respaldo del gobierno”, comentó Torres. “Creo que hacer la manifestación en el Festival de la Calle Ocho es bueno porque hay mucha gente de otros países, y esperamos que se unan”.
Muchos asistentes a la celebración expresaron su solidaridad con la causa, a pesar de ser pocos en un evento tan grande y ruidoso.
Durante las festividades, hubo un tiroteo que dejó a un hombre herido, pero pocos se enteraron debido a la música que salía de bocinas por todas partes de la calle.
El incidente ocurrió a las 4:20 p.m., detrás de una tarima al este de la intersección de la Calle Ocho con la avenida 11 del Suroeste, informó el capitán Richard Walterman, del Departamento de Policía de Miami.
La víctima, que no ha sido identificada, recibió un disparo en el glúteo izquierdo y fue transportada al Centro de Trauma de Ryder del Hospital Jackson Memorial. Su agresor desapareció entre la multitud y las autoridades lo seguían buscando el domingo por la tarde.
“Había sido un día muy tranquilo hasta que pasó esto”, afirmó Walterman. “Pero generalmente cuando ocurren disparos así, suele ser en las horas antes de que termine el evento”.
Para muchos asistentes, el festival sigue siendo un evento familiar y divertido.
“Es tan bonito, hace casi seis años que venimos”, aseguró Fátima Bolaños, quien vistió a sus dos pequeñas hijas con vestidos de la bandera de El Salvador para el evento. “Es una oportunidad de conocer gente de otros países y estar alegre”.