Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

Cuba Eterna
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Tools
 
General: EL SUEÑO CHINO DE RAÚL CASTRO
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 1 on the subject 
From: cubanet201  (Original message) Sent: 23/03/2013 14:04
 
Un sueño chino
rainbow flagLA CHINA ESTA FELIZ...
  
Miguel Sales | Málaga |
Un partido hegemónico que controla indirectamente la economía,  agrupaciones opositoras toleradas aunque poco menos que simbólicas, tribunales serviles, iglesias dóciles y sindicatos amaestrados: la solución de recambio parece ser el modelo postsoviético.
  
El general Raúl Castro, presidente de la República de Cuba por sucesión dinástica, refrendada en los últimos comicios indirectos y unipartidistas allí celebrados, tuvo hace algunos años un sueño o una visión de futuro. En su ensoñación, Cuba volvía a ser un país próspero, con un dinamismo económico basado en iniciativas privadas, abundantes inversiones extranjeras, créditos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, millones de turistas estadounidenses que cada año visitaban la Isla y un caudaloso comercio exterior fomentado desde Miami.
 
Todo eso, en el sueño, estaba debidamente coordinado y vigilado por el Partido Comunista de Cuba (PCC), única agrupación política autorizada por la ley, en cuya cúpula los miembros más jóvenes de la familia Castro ocupaban cargos fundamentales. El Parlamento se reunía ocho días al año, en vez de los cuatro de ahora, y aprobaba en votaciones unánimemente unánimes todas las leyes necesarias para el funcionamiento armonioso de la nación y la emigración. El diario Granma, órgano oficial del PCC, tiraba 5 millones de ejemplares diarios y en las iglesias del país se cantaba un Te Deum solemne el 13 de agosto, para conmemorar el natalicio de su difunto hermano.
 
En resumen, un sueño chino.
 
Pero la terca realidad está empujando a Cuba por otros derroteros. Hay por lo menos once millones de razones para que el modelo chino anhelado por el general/presidente y algunos de sus colaboradores no resulte viable en la Isla. Entre las más obvias, cabe mencionar la historia, la geografía, la economía, la demografía y el folclor.
 
La solución de recambio parece ser el modelo postsoviético o putinesco. Sus elementos son bien conocidos: un partido hegemónico que ejerce el control indirecto de la economía, agrupaciones opositoras toleradas aunque poco menos que simbólicas, parlamento plural pero obsecuente, tribunales serviles, prensa "crítica" financiada por el propio Estado, iglesias dóciles y sindicatos amaestrados.
 
Esta fórmula podría prosperar sin grandes dificultades en el Caribe. De hecho, el difunto Hugo Chávez demostró que sí se puede, que es posible monopolizar el poder con un partido prácticamente único, tribunales sumisos y un parlamento dócil, siempre que el ejército quede bien trincado entre las dos pinzas del alicate: la milicia presidencial y la policía política. A condición, por supuesto, de que estén a mano los dineros indispensables para engrasar la maquinaria. En ese régimen se celebran elecciones de previsible resultado, se tuercen las leyes sin quebrar la Constitución y se aprueba en el parlamento cuanto el ejecutivo considere necesario. El montaje ostenta toda la escenografía del Estado de derecho y no presenta ninguno de sus inconvenientes. La prensa, la oposición, las iglesias y los sindicatos conocen los límites de la crítica y, por lo general, se cuidan de las transgresiones.
 
En Cuba ese proyecto contaría además con la colaboración de un sector de la emigración dispuesto a ampliar sus negocios con la Isla en nombre de la reconciliación familiar y el perdón de los pecados. Las reformas necesarias para que ese modelo funcione ya están en marcha y los cabilderos de La Habana sostienen que su aplicación legitima al Gobierno y vacía de contenido lo poco que queda del embargo estadounidense. Además, si Estados Unidos ha convivido 14 años con un régimen similar en Venezuela, ¿por qué no va a tolerarlo sin mucha irritación en Cuba?
 
Aunque se ajusten a las circunstancias del momento, esa sociedad y ese Estado que el castrismo, disfrazado de neochavismo, va urdiendo lentamente en Cuba, están lejos de ser inevitables. Uno de los peores errores que pueden cometerse en política es dejarle al adversario la certidumbre de una complicidad con la Historia. Ya lo advertía Machado (el poeta, no el presidente): "No está el mañana —ni el ayer— escrito"


First  Previous  Without answer  Next   Last  

 
©2025 - Gabitos - All rights reserved