Gracias Padre por no mirar con enojo mis olvidos permanentes que tengo hacia tí.
Gracias por darme lo que no merezco y perdonar todas las veces que te ofendo con mis actitudes egoístas y muchas veces malignas que tengo en mi diario vivir.
De rodillas estoy en tú presencia tratando de mirar muchos más allá de una hermosa imagen que veo delante de mi.
Gracias Padre por darme dolor, para apreciar la alegría cuando se alojan en mi.
Dame fuerzas para seguir en el camino de la vida que muchas veces cansada, no sé distinguir.
Si estoy en el correcto aligera mis pasos más si estoy en el incorrecto hazme tropezar y pueda mirar tu cielo y nunca olvidar que Tú siempre a mi lado estás.
Gracias Padre celestial porque si puedo escribir algo para tí, es porque me amas y me das la oportunidad un día más estar bajo tu mirada protectora.
Yo, un humilde ser que para ti los versos más sublimes salen de este corazón, humilde y sereno así como eres Tú.