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General: ¿Primero de mayo, día del trabajo y fiesta de los comunistas?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 01/05/2013 04:47
El 1 de mayo y la revuelta de Haymarket 
El violento desenlace de la huelga de Chicago de 1886 que reivindicaba
la jornada laboral de 8 horas fue el origen del Día del Trabajador que hoy se celebra
 
El 1 de mayo y la revuelta de Haymarket
Ilustración de la Revuelta de Haymarket
 
Entre tantas cosas que me gusta de los Estados Unidos y son casí todas, unas de ellas es que el Dia del Trabajo «Labor Day»  lo celebramos  el primer lunes de septiembre y no el primero de mayo que me trae muchos malos momentos vividos en Cuba, donde de niño me obligaban a desfilar bajo un sol y calor agobiante y sin saber el por qué..
M. Arrizabalaga | Madrid  | 
«Ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir y ocho horas para la casa» reivindicaban los miles de
obreros que el 1 de mayo de 1886 comenzaron una huelga en las fábricas de Chicago para exigir a los patronos una jornada laboral de 8 horas.
  
La Ley Ingersoll, firmada por el presidente estadounidense Andrew Johnson en 1868, establecía la jornada de 8 horas para empleados de oficinas federales y trabajadores en obras públicas salvo excepciones en «casos absolutamente urgentes», pero no afectaba a los obreros industriales con jornadas de más de 11 horas diarias.
  
La Federación Estadounidense del Trabajo lideraba la protesta en todo el país que movilizó a unos 350.000 obreros.
  
Chicago, la segunda ciudad más industrializada de Estados Unidos, se había convertido en el centro del movimiento anarquista americano y en el centro más reivindicativo, quizá porque sus trabajadores vivían en peores condiciones que en otros estados, con jornadas de hasta 14 horas diarias. La tensión desatada en torno a la fábrica de maquinaria agrícola McCormik, llevó a la convocatoria de una manifestación el 4 de mayo en el parque de Haymarket a la que asistieron 20.000 obreros.
  
Durante el discurso del anarquista Samuel Fielden, un desconocido arrojó una bomba contra la Policía, matando a un agente e hiriendo a otros 60. Se desató el pánico y la Policía abrió fuego contra la gente para disolver a la multitud. El balance dejó un total de 38 obreros muertos y 115 heridos. Otros 6 policías alcanzados por la bomba murieron en el hospital, según recoge UGT en su relato de la historia del 1º de mayo. Los líderes (anarquistas, socialistas y marxistas) fueron detenidos y ocho de ellos sometidos a un cuestionado proceso judicial. Cinco dirigentes sindicales fueron finalmente ahorcados en 1887.
  
«La voz que van a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora» , dijo August Spies, uno de los llamados «mártires de Chicago», momentos antes de su ejecución.
  
Varias patronales accedieron a finales de 1886 a otorgar la jornada laboral de ocho horas y tres años después el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional celebrado en París instituía el 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores. Hoy se celebra oficialmente en 80 países, aunque paradójicamente no en Estados Unidos cuyo «Labor Day» es el primer lunes de septiembre, ni tampoco en el Reino Unido.
  
En 1955, el Papa Pío XII estableció la fecha como la festividad de San José Obrero ante más de 200.000 obreros, reafirmando «en este día primero de mayo que el mundo del trabajo ha reclamado para sí como el día propio de fiesta, con la intención de que todos puedan reconocer la dignidad del trabajo y de que esta dignidad pueda ser motivación de la formación de las leyes y del orden social, fundados sobre la equitativa conjunción de derechos y deberes.
 
 
 
 

 
 
 
  
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: SOY LIBRE Enviado: 01/05/2013 16:15
 
Crónica de un Primero de Mayo anunciado
Concentración de Primero de Mayo, Plaza de la Revolución foto de archivo.  
 
Orlando Delgado | La Habana | 
Los trabajadores no alcanzan a vivir de su trabajo y las autoridades no adoptan las medidas necesarias para conseguirlo. Mientras tanto, el desfile oficial se convoca con este lema: 'Unidos por un socialismo próspero y sustentable'.
 
Una pesadilla orwelliana impregna el ambiente de los centros laborales cubanos.  El lema que presidirá el desfile del Primero de Mayo mueve a risa: "Unidos por un socialismo próspero y sustentable". Pero es solo eso, una consigna vacía que nos hace recordar aquel Ministerio de la Verdad de la novela 1984. Donde la mentira se convierte en verdad y la verdad está a la vista de todos, pero para el poder no existe.
 
El ambiente en la capital cubana transcurre sin grandes sobresaltos. En años anteriores, días antes de esa señalada fecha se llenaban las calles con carteles alegóricos al desfile, se anunciaba que Fidel Castro pronunciaría uno de sus largos discursos y se preparaban grandes pancartas. Sin embargo, el ambiente que respira La Habana no se asemeja al de años atrás: en la Plaza de la Revolución solo se ven las señalizaciones que guiarán por donde entrar y salir para el desfile, y en los edificios aledaños no se han desplegado grandes pancartas. Solamente la televisión oficial pone un spot entre programa y programa convocando a todos a asistir.
 
Será un acto muy gris, empezará muy temprano para que el sol no castigue demasiado, y las palabras centrales estarán a cargo del secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés Mesa. El discurso de este señor, muy predecible, reafirmará el compromiso de los trabajadores con la "actualización del modelo económico, con el socialismo, con Fidel…" Bla, bla, bla.
 
Son tantos los compromisos a los cuales está obligado el obrero cubano que los burócratas "olvidan" que el principal compromiso de cualquier trabajador es con la manutención de su casa y su familia. Y que el salario devengado es incapaz de garantizarles a los trabajadores cubanos un sustento digno.
 
Muchos de los allí presentes harán como que le escuchan, pero "Salvador" no le hablará a los trabajadores, sino que recitará el mismo gastado parlamento que la tribuna desea escuchar. Si el inclemente sol comienza a picar, muchos aprovecharán el menor descuido de sus jefes para escabullirse, ansiosos porque termine la pantomima.
 
Lo más probable es que el acto no dure más de dos horas y que la asistencia carezca de la masividad de décadas atrás. Para la inasistencia cualquier justificación será válida en función de librarse de tan pesado trámite.
 
Los más comprometidos con el régimen serán los que rompan el desfile y les seguirán muchos que no desean perder alguna de las prebendas que el sistema les da. Se combinarán carteles de apoyo a los Castro con la petición de la liberación de los cinco espías, convertidos en campos de batalla del régimen para mantener entretenidos a los incautos. Y habrá muchas consignas y llamados rimbombantes a lo que el sistema es incapaz de generar: eficiencia, productividad y disciplina.
 
Tal vez Castro II se aventure a hablar, pero si no lo hace es porque nada nuevo tiene que anunciar.
 
La prensa oficial dedicará grandes espacios a las protestas laborales y huelgas en el mundo entero, para reafirmar el supuesto paraíso insular frente a la difícil situación de muchos trabajadores en distintos puntos del planeta. De igual manera, recogerá declaraciones de participantes del acto habanero donde declararán su satisfacción por estar allí "ratificando su adhesión a la Revolución" y un sinfín de lugares comunes.
 
Este Primero de Mayo es tan dibujable de antemano como el resultado de las "elecciones" castristas. Un día donde no habrá sorpresas de ningún tipo y los cubanos de a pie aprovecharemos para degustar un buen filme, compartir con la familia y descansar. El gran anhelo de la clase trabajadora cubana seguirá pendiente: poder vivir de su trabajo. Y el poder sigue mostrándose incapaz de adoptar las reformas necesarias para poder cumplir ese deseo en la Cuba actual.
 
Por eso el castrismo pierde tantos adeptos y el paso inexorable del tiempo es su mayor conspirador. Este Primero de Mayo no habrá en Cuba celebración ni fiesta —como acostumbra a decir el oficialismo—, solo será un día más en el largo ocaso del totalitarismo caribeño.


 
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