El sacerdote cubano José Conrado Rodríguez, conocido por sus fuertes declaraciones sobre el régimen, afirma que la ayuda extranjera enviada el año pasado a Santiago de Cuba tras el huracán Sandy, fue desviada hacia instalaciones militares y del gobierno, pero negada a viviendas particulares.
“La situación en Santiago es muy grave”, porque muchas de las más de 100,000 viviendas dañadas por la tormenta no han sido reparadas, dijo Rodríguez a El Nuevo Herald el martes. “La ayuda no ha llegado a la gente”.
Rodríguez hizo las acusaciones inicialmente en una carta pública al jefe del Partido Comunista en la provincia de Santiago de Cuba, Lázaro Expósito, instándole a tomar medidas enérgicas contra el desvío de la ayuda y “la corrupción que lo rodea”.
“Con estupor hemos visto cómo se escamoteaba la entrega de la ayuda que de tantos países llegó para nuestro pueblo”, escribió; “cómo esa ayuda era vendida… a precios inflados, en flagrante violación de la intención de los donantes”.
“Con estupor hemos visto repararse las instalaciones del gobierno o el ejército en tiempo récord, mientras el pueblo sigue con sus techos sin cubrir”, escribió en la carta, fechada el 16 de junio.
En advertencia de posibles disturbios civiles, agregó, “somos testigos de la frustración de la gente, de su desesperación y su impotencia, de un silencio… amenazador que nos hace pensar que en algún momento podría estallar con una furia incontenible y justificada”.
Rodríguez dijo a El Nuevo que diplomáticos extranjeros que lo visitaron después de Sandy notaron “un grado de exasperación muy alto” en la ciudad de Santiago de Cuba, escogida este año como sede de las celebraciones del 26 de julio, que marcan el inicio de la revolución de Castro.
El huracán Sandy azotó el oriente de Cuba en octubre, causando la muerte de 11 personas y daños por más de $2 mil millones. Muchas de las 100,000 familias cuyas viviendas resultaron dañadas permanecen sin techo o están hacinadas en una o dos habitaciones cuyos techos sobrevivieron, dijo Rodríguez.
El sacerdote, cuya propia iglesia y casa parroquial en la ciudad de Santiago perdieron parte de sus techos, dijo que le ofrecieron en el mercado negro chapas de cubierta de zinc de unos seis por tres pies a 300 pesos por pieza, en comparación con las piezas de nueve por seis pies, a 250 pesos, en el mercado legal.
Pastores protestantes en el este de Cuba se quejaron de que las autoridades se apropiaron de la asistencia que ellos estaban tratando de distribuir a las víctimas de Sandy, según un informe del Departamento de Estado de EEUU sobre la libertad religiosa en todo el mundo, publicado el mes pasado.
Rodríguez, que se ha quejado de que la jerarquía de la Iglesia Católica ha sido demasiado mansa en sus relaciones con el gobierno comunista, también señaló en su carta a Expósito que ésta debería haber sido escrita por alguien más que un simple sacerdote.
“Soy consciente de que, dada la estructura jerárquica de la Iglesia, propiamente no me correspondería a mí hacer esta gestión, sino a mi obispo, Mons. Dionisio García, a quien varias veces le he sugerido hacerlo”, escribió el sacerdote.
Rodríguez también dijo a El Nuevo durante una larga entrevista que la jerarquía de la Iglesia era “mucho más conservador ahora. Cuando era mucho más difícil, era más audaz”.
Rodríguez anunció en junio que García le había pedido que entregara su parroquia y trabajara en un libro sobre la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba. García no le ofreció una nueva parroquia, de modo que el sacerdote obtuvo una asignación en la diócesis de Cienfuegos.
Rodríguez dijo que estaba en Miami al inicio de un viaje de dos meses que le llevará a Brasil para la visita del Papa Francisco, así como a España, Argentina, Chile, Colombia, México y tal vez Costa Rica.
El sacerdote escribió una carta pública a Fidel Castro en 1994, culpándolo de la caótica situación de la economía de Cuba, pidiendo elecciones justas e instándolo a iniciar un diálogo con los disidentes y exiliados. Siguió en el 2009 con una carta abierta al hermano y sucesor, Raúl Castro, instándolo a realizar cambios en la política y en la economía de la isla, de estilo soviético.
Recibió el premio “Tolerancia Plus” el año pasado, que le fue otorgado por tres grupos disidentes cubanos.
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Carta del padre Conrado sobre la ayuda a los damnificados en Cuba
Señor Lázaro Expósito
Primer Secretario del PCC en Santiago de Cuba.
Señor Secretario:
Me dirijo a Ud. en su condición de primera autoridad política en nuestra provincia de Santiago de Cuba. Soy consciente de que, dada la estructura jerárquica de la Iglesia, propiamente no me correspondería a mí hacer esta gestión, sino a mi Arzobispo, Mons. Dionisio García, a quien varias veces le he sugerido hacerlo. Pero en descargo de mi conciencia, y por un elemental sentido de responsabilidad personal hacia nuestro pueblo, en vísperas de mi separación quizá definitiva de este pueblo santiaguero que tanto amo, le hago a Ud. esta carta.
En los últimos meses hemos vivido la tragedia de un pueblo que ha perdido todo o casi todo lo que tenía para vivir: como Ud. sabe más de cien mil familias santiagueras han sido damnificadas por el ciclón Sandy. Con estupor hemos visto cómo se escamoteaba la entrega de la ayuda que de tantos países llegó para nuestro pueblo. Con estupor hemos visto cómo esa ayuda era vendida en el área de la moneda convertible, o a precios inflados, en flagrante violación de la intención de los donantes que lo enviaban gratuitamente. Hemos recibido información de personas serias, que le han seguido el rastro a los transportes y han visto cómo esas ayudas, sobre todo los techos, eran guardadas en almacenes del estado o del ejército, mientras se informaba a la población que ya se habían agotado esos enseres. Con estupor hemos visto repararse las instalaciones del gobierno o el ejército en tiempo récord, mientras el pueblo sigue con sus techos sin cubrir, con sus casas sin hacer.
Somos testigos de la frustración de la gente, de su desesperación y su impotencia, de un silencio sordo y amenazador que nos hace pensar que en algún momento podría estallar con una furia incontenible y justificada, que podría tener consecuencias funestas para la convivencia ciudadana. ¡Cuántas veces, al ir a entregarles nuestras humildes ayudas, venidas casi todas de otros cubanos del resto de la Isla, tan pobres como los mismos damnificados, hemos escuchado: “Uds. son los únicos que se acuerdan de nosotros, los únicos que nos han prestado ayuda”!
Señor secretario, la gente lo percibe a Ud. como un hombre honesto, que trabaja duro por cumplir con sus obligaciones y que se preocupa por el pueblo. También hemos oído decir que la corrupción y a incompetencia lo rodean a Ud. por todos lados y entorpecen, muy a su pesar, su labor. Todo esto nos entristece y nos preocupa.
Como sacerdote he renunciado a tener una familia propia. Al igual que algunos de mis compañeros, cuando nuestras familias, padres y hermanos, decidieron abandonar nuestro país, decidimos quedarnos para servir a este pueblo en desventura. Este pueblo es nuestra familia: nuestros padres, nuestros hijos y nuestros hermanos y hermanas. Para ellos vivimos y por ellos estamos dispuestos a morir. Si hoy levantamos nuestra voz, a riesgo de lo que sea, incluso de ser mal interpretados, es para buscar una solución que ponga remedio a tanta miseria y dolor, y porque estamos dispuestos a no mirar los toros desde la barrera, sino a comprometernos y ayudar con todas nuestras fuerzas.
Le pido en nombre de Dios, en nombre de la verdad y la justicia, y haciendo un llamado a su acendrado patriotismo que no pongo en duda, que investigue seriamente lo que está pasando y le ponga pronto remedio. Le pido además que lo comunique Ud. mismo al presidente de nuestro país, el general Raúl Castro Ruz, y así, con todo el peso del Estado se pueda acometer la reparación de tantos hogares destruidos total o parcialmente, algo tan importante para esas familias afectadas por el Sandy. Ese llamado a la solidaridad de nuestro pueblo, que ya ha mostrado su generosidad y valía durante el ciclón y ante sus devastadores destrozos. Así haremos posible aquella Patria que Martí soñaba, “con todos y para el bien de todos”.
José Conrado Rodríguez Alegre,
antiguo párroco de Santa Teresita del Niño Jesús
Santiago de Cuba, 16 de junio del 2013